García-Valdecasas, excónsul en Jerusalén: "La solución al conflicto tendrá que venir impuesta desde fuera"
Ignacio García-Valdecasas Fernández (Granada, 1953) ha dedicado casi toda su vida a la diplomacia. Ha sido embajador en Paraguay y Chipre. Ha ejercido como número dos de la Embajada en Moscú. Ha estado destinado en Ciudad del Cabo. Y estuvo al frente del Consulado General de España en Jerusalén. Una delegación que se encuentra ahora mismo en el centro de la ofensiva diplomática iniciada por Israel tras el anuncio de España de que reconocerá formalmente al Estado palestino. El Gobierno del Estado hebreo ha anunciado este viernes su intención de impedir que dicha representación preste servicio a los palestinos. Una decisión que, desliza García-Valdecasas, puede tener consecuencias "a todos los niveles", desde cultural hasta político, de cooperación o académico.
El Consulado General de España en Jerusalén, explica el excónsul en conversación con infoLibre, es "un caso único en la red diplomática y consular". Es uno de los llamados "históricos". Se creó en 1853, mucho antes de que existiese el Estado de Israel. "A diferencia de otro puesto diplomático o consular, cuando a alguien le nombran Cónsul General en Jerusalén no tiene que pedir un visado de acreditación ni el ministerio hace una comunicación formal ni a Israel ni a Palestina informando del nombramiento. El cónsul se presenta allí, toma posesión y manda una nota verbal a las autoridades israelíes anunciando su llegada y pidiendo ser documentado para moverse con libertad", señala el embajador de España (jubilado) al otro lado del teléfono.
El área de trabajo de la legación, que realiza las labores consulares habituales en materia asistencial, notarial, de registro civil o de visados, comprende la ciudad de Jerusalén, reclamada por la Autoridad Palestina como capital de su Estado, así como Cisjordania y la franja de Gaza, los territorios palestinos ocupados. Por lo tanto, el Cónsul General en Jerusalén, un puesto que García-Valdecasas ocupó durante dos años, es el "representante" de España en Palestina. "En los territorios palestinos, el Consulado funciona como una pequeña embajada: labores políticas, culturales, comerciales...", apunta el diplomático, que durante su estancia en la zona mantuvo una relación fluida con ministros y altos cargos palestinos: "Cruzaba casi todos los días a los territorios ocupados".
Impedir el acceso a miembros del Consulado
El movimiento israelí en torno al Consulado General de España aún está por concretarse. "He decidido cortar la conexión entre la representación diplomática de España en Israel y los palestinos y prohibir al consulado español en Jerusalén prestar servicios a los palestinos en Judea y Samaria –Cisjordania–", se ha limitado a anunciar en redes sociales su ministro de Exteriores, Israel Katz. García-Valdecasas cree que en lo que puede estar pensando el Gobierno de Netanyahu es en "impedir" a miembros del Consulado el "acceso total" a unos territorios palestinos que Israel controla, dado que el Estado hebreo ya ponía antes del anuncio de este martes trabas a los palestinos para llegar a la zona donde se ubica el Consulado: "Bloquea los movimientos de los palestinos cuando quiere y como quiere".
Ahora bien, ¿y si los mismos no residen en los territorios ocupados? ¿Y si viven ya en Jerusalén Este, donde se ubica la legación? En ese caso, García-Valdecasas da por hecho que podrán seguir accediendo al Consulado General de España. "Salvo que Israel ponga una barrera de soldados en la puerta, pero no creo que la sangre llegue a ese río", apunta el diplomático. De hecho, el ex cónsulgeneral en Jerusalén asevera que hacer algo así sería "bloquear una representación diplomática", algo que iría en contra del Convenio de Viena de relaciones diplomáticas y consulares. "Como también puede ser contrario al mismo el impedir el acceso de los diplomáticos y funcionarios del país a los territorios ocupados", completa.
Dicho esto, el diplomático, que asegura que durante su estancia en la zona nunca tuvo problema con las autoridades israelíes, señala que un bloqueo como el que ahora desliza el Ejecutivo de Netanyahu puede tener consecuencias. "Puede afectar a todos los niveles: de cooperación, académico, consular, cultural, político...", resalta. Al fin y al cabo, el Consulado supervisa mediante una Oficina Técnica la cooperación española en los territorios ocupados. En 2023, España triplicó su apoyo a Palestina con respecto al año anterior, hasta superar los 50 millones en fondos humanitarios y de cooperación. "En la medida que la decisión detenga la presencia de diplomáticos y funcionarios españoles en los territorios ocupados, esto puede verse afectado", apunta García-Valdecasas.
¿Un reconocimiento necesario?
El de este viernes es el segundo movimiento diplomático de Israel –el primero fue la llamada a consultas de sus embajadores– desde que el Gobierno español, en coordinación con el irlandés y el noruego, anunció su intención de reconocer a Palestina como Estado, dando cumplimiento a una exigencia salida del Congreso de los Diputados hace ya casi una década. Un reconocimiento que para el diplomático jubilado era necesario. "Hasta ahora, hemos estado haciéndonos trampas al solitario, reconociendo a la parte fuerte, que es Israel, y condicionando el reconocimiento a la parte débil a la consecución de un acuerdo entre las dos partes. Pero eso no ha funcionado. Y, por ello, hay que buscar otra vía", dice García-Valdecasas.
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"Y la otra vía es poner a las dos partes en pie de igualdad, que es lo normal, que es lo que han hecho 140 Estados miembros de Naciones Unidas", sostiene el diplomático en conversación con este diario. Dado el paso, habrá que ver si el mismo genera un efecto dominó en el Viejo Continente. Una incógnita que se irá despejando la próxima semana. "Los candidatos son Eslovenia, Malta, Bélgica y Luxemburgo", apunta el ex cónsul general en Jerusalén. "Cuando llegue un momento en el que en lugar de 140 sean 160 o 170 los Estados que lo reconozcan, y entre ellos esté buena parte de la Unión Europea y países como pueden ser Japón o Australia, Estados Unidos va a tener una presión bastante notable y le va a resultar difícil mantener el veto a Palestina en el Consejo de Seguridad de la ONU", continúa García-Valdecasas.
El diplomático está convencido de que la solución a un conflicto que lleva enquistado más de medio siglo no va a salir de dentro de Oriente Próximo. "Tiene que venir impuesta desde fuera", apunta. Pero eso tiene que aceptarlo Estados Unidos. "Y no lo va a hacer mientras el lobby israelí tenga la influencia que tiene y mientras haya sesenta millones de evangelistas que apoyan a Israel por razones teológicas", prosigue. Por eso, es pesimista sobre una resolución del conflicto en un corto espacio de tiempo. "Por tanto, lo que habrá que hacer será gestionarlo y tratar de curar las heridas y calmar los dolores y el sufrimiento", sentencia el ex cónsul general en Jerusalén.
Mientras tanto, la presión de la justicia internacional sobre el Estado hebreo se redobla. A comienzos de semana, el fiscal jefe de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, solicitó formalmente la emisión de órdenes de detención contra, entre otros, el primer ministro israelí y su titular de Defensa, Yoav Gallant, una petición que, de concretarse, impediría a Netanyahu viajar tranquilamente por los 124 países que son parte del Estatuto de Roma. Pero este viernes, además, la Corte Internacional de Justicia ha ordenado al Estado hebreo que detenga inmediatamente su ofensiva sobre la ciudad de Rafah, al sur de la Franja de Gaza. En teoría, las resoluciones de este tribunal son vinculantes para los Estados. Ahora bien, Israel sabe bien lo que es hacer oídos sordos a lo que sale del Palacio de La Paz de La Haya.