Las cuentas del Gobierno ya dan para sacar adelante el decreto de ahorro energético que el PP, con la ayuda de Vox y Ciudadanos, ha tratado de boicotear. Pero el Ejecutivo no se conforma: trata de cerrar un acuerdo lo más amplio posible que retrate el “obstruccionismo” ordenado por Alberto Núñez Feijóo contra un paquete de medidas que no sólo implican reducir el consumo de gas, el combustible del que depende la Unión Europea y que en parte consigue de suministradores rusos, sino también ayudas extraordinarias para estudiantes y transportistas y bonos gratuitos de transporte para las personas que utilizan el ferrocarril a la hora de acudir al trabajo.
Fue la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, la que anunció que el Gobierno cuenta con el respaldo necesario para sacar adelante la votación. En declaraciones a La Sexta aseguró que el Ejecutivo cuenta ya con votos “suficientes” y lamentó, al mismo tiempo, que el plan de ahorro no vaya a “contar un respaldo unánime”, dando por hecho el voto en contra del principal partido de la oposición.
Ribera insistió en que toda Europa se encuentra en “una situación muy complicada” ante el “chantaje” de Vladímir Putin, por lo que es necesario dar una respuesta “eficaz y ágil” para ahorrar energía y ayudar a las familias y empresas. En esa dirección, pidió a a todos los grupos políticos, administraciones y organizaciones empresariales que planteen ideas de “manera constructiva” que puedan incorporarse al plan de contingencia que el Gobierno presentará en septiembre y que será un “documento estratégico más importante”.
La vicepresidenta confirmó la voluntad del Gobierno de tramitar el decreto como proyecto de ley para que todos los grupos puedan presentar propuestas de ahorro pero les emplazó a plantear “ideas concretas” más allá de criticar las que ha aprobado el Ejecutivo.
“Lo que no se puede hacer es pedirle al Gobierno que derogue” el real decreto. Es “muy importante” que España “esté unida” en esta materia. “Lo que no me hace sentir cómoda es una voluntad de encontrar problemas cuando se plantean soluciones. Necesitamos soluciones más que peros a una situación muy complicada para las familias y la sociedad europea”.
El primero de los socios habituales del Gobierno en confirmar su respaldo al real decreto fue el PNV. Un anuncio especialmente relevante a las puertas del encuentro que Feijóo está buscando con la dirección de los nacionlaistas vascos en un intento de reconstruir las relaciones con esta formación, con las que en su momento pactaron tanto Mariano Rajoy como José María Aznar durante sus respectivos mandatos como presidentes del Gobierno. El PNV cuenta con que sus propuestas sean tenidas en cuenta cuando deba presentarse a Bruselas el futuro plan de contingencia, que se ha convertido en el principal argumento del Ejecutivo para atraer el apoyo de los grupos parlamentarios.
Camino despejado
El respaldo de los seis diputados del PNV más la decisión de ERC de no oponerse a su convalidación despeja el camino al Gobierno de coalición, que suma apoyos suficientes para superar el anunciado voto en contra del PP, Vox y Ciudadanos.
La formación nacionalista justifica su apoyo al decreto ley “por responsabilidad”. En línea con el Gobierno, asegura que las medidas que se contemplan "deben ser implementadas con inmediatez para que logren el efecto requerido”. Todo lo contrario de lo que defiende el PP, partidario de paralizar la iniciativa y de que el Ejecutivo abra negociaciones con ellos y con las 17 comunidades autónomas.
No obstante, el PNV mantiene sus críticas por “las formas” empleadas por el Gobierno central y le emplaza a encarar este próximo periodo de sesiones que empieza en septiembre con “más diálogo y negociación”, una demanda recurrente de los grupos que forman la llamada mayoría de la investidura.
A los nacionalistas vascos les gustan cada vez menos los reales decretos que mezclan medidas “que nada tienen que ver y que polarizan los debates, dejando a los grupos parlamentarios con un escaso margen de maniobra”.
Lo que sí rechazará el PNV es la tramitación del decreto como proyecto de ley, que es precisamente lo que ERC ha valorado como “una buena noticia” para poder introducir cambios en la redacción. A juicio de la formación vasca es de “sentido común” que no se tramite como proyecto porque las medidas que se incluyen en él tienen un carácter “temporal o momentáneo” y de nada serviría realizar modificaciones vía enmienda que ya no se podrían aplicar cuando la ley entrara en vigor.
El plan de ahorro ya tiene garantizado el ‘sí’ de 161 diputados (PSOE, Unidas Podemos, PNV, Compromís y PRC), suficientes para plantar cara a los 153 de la derecha (PP, Vox, Ciudadanos, Coalición Canaria, Foro, dos tránsfugas de UPN y uno de Cs). El Gobierno, no obstante, no se conforma y espera sumar a los votos a favor a una parte significativa de los grupos que se mueven ahora mismo en la abstención, entre ellos ERC (13 escaños) y EH Bildu (5), aparentemente satisfechos con la posibilidad de introducir enmiendas. Si se suman PDeCAT (4), Más País (2), BNG, Teruel Existe y la exdiputada morada Meri Pita el decreto puede salir adrlante por una holgadísima mayoría absoluta.
El PP sigue en el ‘no’
En el ‘no’ sigue el PP. Su portavoz parlamentaria y número dos de Feijóo en el partido, Cuca Gamarra, insistió en rechazar el decreto e ignorar la urgencia de las medidas de ahorro. Según ella, hay tiempo para dividir el decreto en dos: uno sobre medidas de ahorro enérgetico, que no precisó, y otro de ayudas, entre ellas al transporte por carretera.
Gamarra se quejó de que el Gobierno no les haya llamado, como a los demás grupos, a pesar de que uno de sus representantes, Guillermo Mariscal, sí fue citado a las dos reuniones convocadas por la ministra Ribera el pasado mers de julio. Se trata de un plan, insistió, “aprobado de forma unilateral” y que “representa una imposición”.
Ver másFeijóo utiliza el decreto de ahorro energético para intentar debilitar los apoyos parlamentarios del Gobierno
El PP, explicó, defiende que el ahorro se consiga a través de recomendaciones y no de obligaciones, como las que contiene el decreto para la temperatura del aire acondicionado o la iluminación en la calle, medidas que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, defendió hasta que el Gobierno las incluyó en el decreto en aplicación del acuerdo alcanzado en Bruselas el pasado 26 de julio.
Podemos respaldó la estrategia del PSOE al exigir a sus socios de gobierno que se concentrasen en cerrar los apoyos de los socios de investidura y dar la espalda al PP. Según la secretaria de Acción Institucional de la formación morada, María Teresa Pérez, el PSOE “se equivoca” cuando le “tiende la mano constantemente” a los de Feijóo en un “esfuerzo realmente estéril” porque el PP “no está dispuesto ni es capaz de afrontar los desafíos de nuestra época”.
“El PP del señor Feijóo, el supuesto perfil moderado que iba a renovar la derecha española, está anclado en el negacionismo climático del que ha hecho gala toda la vida", acusó. “Todo el mundo sabe que hacer un uso responsable de la energía es una buena idea y es necesario no sólo ahora por las consecuencias de la guerra, sino también a medio y largo plazo”.
Las cuentas del Gobierno ya dan para sacar adelante el decreto de ahorro energético que el PP, con la ayuda de Vox y Ciudadanos, ha tratado de boicotear. Pero el Ejecutivo no se conforma: trata de cerrar un acuerdo lo más amplio posible que retrate el “obstruccionismo” ordenado por Alberto Núñez Feijóo contra un paquete de medidas que no sólo implican reducir el consumo de gas, el combustible del que depende la Unión Europea y que en parte consigue de suministradores rusos, sino también ayudas extraordinarias para estudiantes y transportistas y bonos gratuitos de transporte para las personas que utilizan el ferrocarril a la hora de acudir al trabajo.