El Gobierno navarro anuncia la retirada de la Cruz Laureada de San Fernando del palacio presidencial

El Ejecutivo navarro, capitaneado por Uxue Barkos (Geroa Bai), anunció este viernes que el próximo lunes comenzarán los trabajos para la retirada de la Cruz Laureada de San Fernando de la fachada del palacio presidencial en el marco de las actuaciones previstas en cuanto al programa de retirada de símbolos. Una condecoración que Franco concedió a Navarra en 1937 por sus "gestas heroicas en el Movimiento Nacional" y como homenaje a "quien tan reciamente atesora las virtudes de la Raza", según se recogía en el Real Decreto 411/1937.

La retirada de este símbolo, insertado en el conjunto escultórico que se colocó en 1951 en el frontón del Palacio de Navarra, fue anunciada por la consejera de Relaciones Ciudadanas e Institucionales, Ana Ollo, quien compareció junto al director general de Paz, Convivencia y Derechos Humanos –órgano creado tras el cambio de Gobierno en la comunidad–, Álvaro Baráibar. 

La actuación contempla, como primera opción, la retirada del grupo escultórico y, en el caso de que no fuera "técnicamente posible sin dañar de forma importante la escultura", tapar de la misma la cruz laureada. "Cuando se inicien los trabajos y se analice de qué manera la retirada puede afectarla, se tomará una decisión definitiva al respecto", recoge el comunicado de prensa.

Además, la intervención se acompañará de la instalación de varios paneles para que los ciudadanos puedan conocer en qué consiste la actuación, cuál es el fin de esta, qué dice la ley al respecto y cuál es el programa de retirada de símbolos que está detrás de la eliminación de este vestigio y que tiene un doble objetivo: "Por un lado, la democratización del espacio público de Navarra desde una posición ética y democrática, y por otro, cumplir las leyes".

Banco de ADN

Además, la consejera anunció también la creación de un banco de ADN para las futuras identificaciones. Según aseguró Ollo, la empresa pública Nasertic será la encargada del proceso, que arrancará con una partida de 8.000 euros para 2016. Navarra se convierte así en la tercera comunidad autónoma que anuncia en los últimos meses la puesta en marcha de esta iniciativa que tanto han demandado las asociaciones memorialistas.

En una primera fase del proyecto está previsto iniciar la toma de muestras de familiares directos de desaparecidos (hijos e hijas, hermanos o hermanas) y la extracción del ADN, para proceder, más tarde, a su secuenciación. Posteriormente, se extenderá el programa a otros grados de parentesco en familias en las que los hijos o hijas hayan fallecido o en caso en que las víctimas no tuvieran descendencia.

La toma de muestras la hará personal de la Dirección General de Paz, Convivencia y Derechos Humanos, que se encargará de explicar el proyecto a los familiares, así como de recopilar información de la víctima y de la familia, y de su disponibilidad para la toma de testimonios.