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Las decisiones del nuevo CGPJ muestran que el empate pactado entre PP y PSOE favorece a la derecha

El futuro de Cataluña

Los indultos resucitan la foto de Colón: PP, Vox y Cs se movilizan para agitar la bandera de la ruptura de España

Fernando Varela

La intención del Gobierno de conceder el indulto a los condenados por la intentona secesionista de octubre de 2017, prácticamente confirmada por el presidente del Gobierno en la sesión de control de este miércoles, desató la ira de las formaciones de la derecha, PP, Vox y Ciudadanos, en una Cámara en la que la mayoría de los diputados están a favor de la medida. Las tres exigen a Pedro Sánchez que desista de sus planes, especialmente después del durísimo informe con el que la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, la misma que dictó sentencia condenatoria, se opuso también este miércoles a cualquier posibilidad de indulto. Incluidas las que no dependen de su criterio.

La derecha está convencida de que la concesión de la medida de gracia será el momento decisivo de la legislatura. Con las encuestas favor, gracias al viento de cola de la victoria de Isabel Díaz Ayuso en Madrid, en el PP creen que los indultos, que el presidente defiende en nombre “de la convivencia de todos los españoles”, serán la tumba política de Sánchez porque revelarán el precio que según ellos ha pagado por la investidura y por mantenerse en el poder. Y se van a aplicar a la tarea de sacarle el máximo partido. “El PSOE, por mucho que mande Moncloa, es un partido que está vivo y no lo va a aceptar. No hay precedentes”, aseguran las mismas fuentes.

Los indultos, si finalmente se confirman, quebrarán la unidad del PSOE porque muchos socialistas están en contra, según fuentes próximas a Pablo Casado. Le “costará explicarlo” a la sociedad española en su conjunto, pero en el PP están pensando especialmente en los barones que más incómodos se sienten en compañía de los independentistas, como los presidentes de Aragón (Javier Lambán), Castilla-La Mancha (Emiliano García-Page) y Extremadura (Guillermo Fernández Vara) —a los que previsiblemente se sumaría Susana Díaz si logra ganar la primarias del PSOE andaluz—. A todos ellos les van a presionar para que se pronuncien en contra.

También esperan una reacción de la vieja guardia socialista, encabezada por Felipe González. Y tienen la vista puesta en los votantes socialistas más moderados a los que aspiran a captar para derrotar a Sánchez en las próximas elecciones generales. Será su “fin”, aseguran, convencidos. “No hay necesidad de hacerlo” y sería “un lose-lose” (una derrota segura) para él.

La batalla que se disponen a dar los tres partidos se desarrollará en varios frentes. PP, Vox y Cs convertirán este asunto en el tema central de su tarea de oposición en los próximos meses. Quieren que el Gobierno dé marcha atrás. Y algunos de sus dirigentes confían en que lo haga porque el informe del Supremo, sostienen, deja poco margen para justificar la medida. No obstante, si el Ejecutivo sigue adelante, no cederán. Harán de los indultos ellos el tema central de la legislatura.

No será ese el único teatro de operaciones de la ofensiva de la derecha. Los equipos jurídicos de PP, Vox y Cs ya trabajan, con la inestimable ayuda del informe del Supremo, en los fundamentos teóricos de la presentación de recursos —ante la sala de los contencioso del mismo tribunal— con la intención de tumbar con el auxilio de los jueces la medida de gracia. Tal es su convencimiento de que es ilegal que algunos, como el PP, ya están incluso deslizando la idea de que el jefe del Estado, Felipe de Borbón, no debería firmarla si, como está previsto constitucionalmente, el Gobierno la aprueba. No sería “responsable” que Sánchez le hiciese firmar, dicen. Indultar a los condenados por el procés incumpliría “todos los parámetros” exigibles.

Los tres partidos están convencidos de que si el Supremo anula los indultos será la puntilla del Gobierno. Y la legislatura habrá terminado. Entre otras cosas porque, sospechan, Sánchez no podría cumplir los compromisos secretos que según PP, Vox y Cs tiene con los independentistas.

Más allá de la estrategia parlamentaria y judicial, la calle se convertirá en el tercer escenario de esta batalla. De momento sólo Vox ha confirmado su intención de convocar manifestaciones para presionar al Gobierno. Ni los de Casado ni los de Arrimadas han anunciado, de momento, si se sumarán a ellas, pero tampoco lo han descartado. Pero la coincidencia de ambos dirigentes con Santiago Abascal en la denuncia de que el Gobierno está traicionando a España y la trascendencia que los tres otorgan a la posibilidad de que el Gobierno indulte a los condenados por el procés resucita en la practica la foto de Colón de 2019.

Los argumentos de Colón

En aquella ocasión PP, Vox y Cs unieron fuerzas para acusar al Gobierno, que entonces trataba de abrir una vía de diálogo con la Generalitat, con argumentos muy semejantes a los que se escucharon este miércoles en el Congreso. “Los acontecimientos de los últimos días suponen una humillación del Estado sin precedentes en nuestra vida democrática” porque el Ejecutivo, según la derecha, había aceptado “los términos y exigencias impuestos por el presidente de la Generalitat” para abordar el conflicto catalán. Y eso que el Gobierno había roto las negociaciones con los independentistas. El manifiesto leído en aquella concentración, en la que por primera vez se fotografiaron juntos Casado, Abascal y el entonces líder de Cs, Albert Rivera, estaba plagado de mentiras.

De momento no hay constancia de coordinación alguna entre los tres partidos. Inés Arrimadas se mostró muy enfadada con Sánchez, con el que asegura no mantener ningún diálogo desde el fracaso intento de pactar el proyecto de Presupuestos.

“El informe es tan claro, que cualquier persona digna de ser presidente del Gobierno de España lo que tiene que hacer es acatarlo”, aseguró obviando que no es vinculante. “No se le puede pasar por la cabeza indultar a estos golpistas después de lo que nos hicieron a los catalanes constitucionalistas, del desafío y el ataque a España y a nuestra democracia que supuso el golpe de Estado de 2017”, subrayó la presidenta de Cs, para quien esto es “lo más grave” que ha pasado en lo que va de legislatura.

En la misma línea, el portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, consideró que los indultos supondrían “un fraude de ley”. “No hay absolutamente ninguna justificación jurídica para un posible indulto” y Vox hará “toda la presión” posible en contra en la calle con marchas y manifestaciones. “Pondremos toda nuestra fuerza, vigor y empeño para evitar este auténtico bochorno”, prometió.

El empeño de PP, Vox y Cs en rechazar los indultos contrasta con el respaldo que la mayoría absoluta de los partidos representados en el Congreso ha mostrado a la medida de gracia. Una mayoría formada no sólo por PSOE y Unidas Podemos sino también por Esquerra, la totalidad del Grupo Plural (Junts, PdeCAT, Más País, BNG y Compromís), el PNV, EH Bildu y las CUP. “La España de las banderas frente a la España de la diversidad”, señalaba este miércoles un diputado en los pasillos del Congreso.

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