ENTREVISTA
Juan Lobato: "Ayuso está pasando de ser graciosa a ser graciosilla y eso le supondrá un coste"
Juan Lobato (Madrid, 1984) acaba de llegar a la secretaría general del Partido Socialista de Madrid (Madrid) para afrontar la eterna asignatura pendiente de convertir a su partido en alternativa de gobierno en la Comunidad. Hoy ni siquiera es la primera fuerza de la oposición y enfrente tiene a la todopoderosa Isabel Díaz Ayuso. Su diagnóstico es que el PSOE se ha desconectado de la mayoría social madrileña y que eso ha ocurrido, principalmente, por no tomarse en serio a la Comunidad. Aterriza en la política autonómica tras ser alcalde desde 2015 de Soto del Real, desde 2019 con mayoría absoluta. Y estima en "diez o quince años" el tiempo necesario para llevar a cabo los cambios sustanciales que, a su juicio, necesita la región.
Liderar el PSM y enfrentarse a Isabel Díaz Ayuso. Ha elegido un reto facilito.
Pues sí. Aunque ya vengo de otros difíciles. Con 18 años fui elegido concejal de Soto del Real cuando teníamos el 14% de los votos y acabamos teniendo el 60%. No fue nada sencillo, desde luego.
Soto del Real siempre ha sido territorio PP, entonces.
Sí, ahora tiene algún invitado vip, incluso. Siempre ha sido un territorio muy conservador pero le conseguimos dar la vuelta social y políticamente con una gestión muy valorada por los vecinos.
Hay compañeros en situaciones parecidas a la suya, con panoramas políticos muy adversos como puede ser Andalucía, que se han puesto al frente porque se lo han pedido o porque les tocaba. Usted, sin embargo, lo ha hecho a posta. Le va la marcha.
Sí, es probablemente la situación más complicada para el PSOE. Pero estoy donde quiero, a mí me encanta esto y me genera rabia la impotencia de ver a una región que pierde oportunidades.
Yo creo que Madrid no es de derechas. La gente lo que quiere en Madrid es tener condiciones para que le pueda ir mejor
Imagino que, ante una situación tan adversa, su proyecto no tiene intención de ser efímero y que es consciente de que necesita tiempo para voltear aquí la situación.
Nosotros nos presentamos para cambiar las cosas con un horizonte de diez o quince años en los que podamos convertir a Madrid en lo que creemos que debe ser. Por supuesto que tenemos un objetivo a corto plazo que es competir en las elecciones y tener una mayoría parlamentaria de cambio de gobierno. Pero se trata de que el PSOE se tome en serio Madrid y vaya a por todas. El PSOE de Madrid necesitaba una visión seria y a medio plazo de esta Comunidad. Por supuesto que vamos con todo a mayo de 2023, por supuesto, pero que vamos a tener la paciencia y el compromiso de querer cambiar las cosas, también.
¿Hasta ahora no se ha tomado en serio Madrid el PSOE?
En las últimas décadas se ha producido una separación paulatina entre el PSOE y la mayoría social progresista que hay en Madrid. La gente de Madrid es gente normal que se levanta por la mañana para ir a trabajar y a lo que aspira es a que le vaya bien, a tener empleos y viviendas dignas, a progresar. En una circunstancia normal en la que el PSOE hiciera un papel serio en Madrid, se tendría que producir una identificación que se tradujera en una mayoría parlamentaria y en una fuerza de gobierno. Esto no ha pasado. Pero tenemos ganas y creemos que ese Madrid progresista puede cambiar muchas cosas para mejor. La gente tiene que percibir esto, que venimos a eso y que no estamos de paso para hacer otra cosa en la vida.
¿Madrid, entonces, no es de derechas?
Yo creo que no. La gente lo que quiere en Madrid es tener condiciones para que le pueda ir mejor. Y el PSOE lo que defiende es que a todo el mundo le vaya mejor, especialmente a quien menos tiene, pero también a quien no le va tan mal. Que el que tiene un buen trabajo pues pueda tener uno aún mejor. O que pueda tener unas mejores vacaciones el año que viene. No siempre hemos conseguido trasladar este mensaje y por eso hay que insistir en un PSOE que defiende a los empresarios, a los pequeños comerciantes, a los que estén contra las cuerdas…Somos un partido que le tiene que hablar a la mayoría.
Es normal que cuando el PSOE no hace las cosas bien mucha gente progresista se fije en espacios como Más Madrid. Es como darle un toque al PSOE
¿Que Mónica García y Más Madrid lideren la oposición a Ayuso tiene que ver con esa desconexión del PSOE?
Más Madrid representa un espacio sociológico que tiene que ver con Izquierda Unida, con Podemos, con el comunismo clásico. Es un espacio diferente al del PSOE. Es normal que cuando el PSOE no hace las cosas bien mucha gente progresista se fije en ese espacio. Es como darle un toque al PSOE. Pero nuestro problema no está ahí. Nuestro problema es conseguir que haya mayorías de progreso.
¿Cuál es, a su juicio, el principal problema que tiene hoy en día la Comunidad de Madrid?
Yo hablaría de dos. El primero, las consecuencias que está teniendo en las vidas de las personas el desmantelamiento de los servicios públicos que el PP ha llevado a cabo en los últimos 25 años. En Sanidad y Educación la situación es extrema. Hay más de 700.000 madrileños en listas de espera de hasta 18 meses, centros de salud cerrados, atención hospitalaria de urgencias cerradas. Hay un problema estructural de servicios públicos. Por otro lado, tenemos un problema de modelo de región. El PP solo defiende los intereses del 1% de la población y eso se ve en la reforma fiscal que ha llevado a cabo con la ayuda de Vox.
Usted dice que las políticas del PP benefician al 1% pero sus resultados electorales obtienen el respaldo de la mayoría.
Bueno, hace dos años el PP sacó el peor resultado de su historia. En mayo sacó muy buenos resultado en una situación excepcional y por saber conectar con un sentimiento de frustración, rabia y enfado general. Pero esto no quita que se haya estado gobernando para el 1%, por muchos eslóganes y aparatos mediáticos que los apoyen.
Hay más de 700.000 madrileños en listas de espera de hasta 18 meses, centros de salud cerrados, atención hospitalaria de urgencias cerradas. Hay un problema estructural de servicios públicos
¿Cuál diría que es la clave del éxito de Ayuso?
Ha sido capaz de identificarse con un sentimiento mayoritario que tiene que ver con el hartazgo de la pandemia pero que no tiene nada que ver con políticas públicas ni con formas de gestión. La capacidad de identificarse con ese hartazgo, ella la ha tenido y ha sabido leerla muy bien. Pero es muy puntual y muy excepcional.
¿Qué diría que es lo más urgente de abordar en materia sanitaria?
La atención primaria. Se ha desmantelado y es un elemento básico para la calidad de vida de la gente de los barrios y de los pueblos.
Hay que empezar a decir que Madrid es la región con mayor exceso de mortalidad de toda Europa. La gestión sanitaria que se ha hecho ha tenido unos costes horribles
En esta sexta ola se ha visto el colapso de la atención primaria y el descontento de la ciudadanía al respecto. Dijo Ayuso hace unos días que el mejor centro hospitalario está en la casa de cada uno. Normalmente estos mensajes le suelen funcionar bien pero ¿cree que puede llegar el día en que se pase de frenada y enfade a la gente que sufre el desmantelamiento de la sanidad?
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Ser gracioso en política es un valor, pero ser un graciosillo tiene un coste muy alto. Ayuso está pasando de ser graciosa a ser graciosilla. En mitad de una ola como la que estamos viviendo, y cuando no tienes detrás un modelo de gestión serio, en cuanto entras en la dinámica de ser graciosillo se te derrumba el castillo de naipes.
La Justicia acaba de reabrir la causa sobre el protocolo que impidió atender a los mayores de las residencias en hospitales de Madrid y que desveló infoLibre. ¿Qué le parece?
El peor momento que he vivido en mi carrera política fue en esa primera ola, siendo alcalde. Me llamó una vecina para decirme que su madre estaba muy mal y que la habían metido en el sótano de la residencia y no la llevaban al hospital. No entiendes nada, da la sensación de que estás en mitad de una guerra y que se toman decisiones sin sentido alguno. Al final esa mujer falleció. Y aquello fue una decisión política, entiendo que compleja, pero que tuvo consecuencias que hay que asumir. Hay que empezar a decir que Madrid es la región con mayor exceso de mortalidad de toda Europa. La gestión sanitaria que se ha hecho ha tenido unos costes horribles. Cuando había 600 muertos al día Ayuso dijo que por cuidar al 1% no se podía sacrificar el resto. Eso es una declaración de intenciones que tiene consecuencias. Las familias merecen que se haga justicia.