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El Gobierno recompone las alianzas con sus socios: salva el paquete fiscal y allana el camino de los presupuestos

Luis Planas: "Tenemos un compromiso claro de las distribuidoras para aplicar la bajada del IVA”

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En su día fue el huerto del Botánico. Pero en el siglo XIX se levantó el impresionante Palacio de Fomento sobre esas tierras en el centro de Madrid. Y desde allí ahora se dirige la agricultura, la pesca y la alimentación de España. Con el mando de Luis Planas, un veterano dirigente socialista que lleva en el Gobierno con Pedro Sánchez desde la moción de censura de 2018.

Se mueve con la misma cotidianeidad en las zonas rurales como en la biblioteca del Ministerio, donde se lleva a cabo la entrevista. Ha tenido un papel clave en el recién aprobado decreto con ayudas para paliar los efectos de la guerra de Ucrania. Con una obsesión por parte del Ejecutivo: frenar la subida de los precios de la cesta de la compra. Para ello, finalmente se ha optado por eliminar el IVA de los productos de primera necesidad y rebajar del 10% al 5% el del aceite y la pasta. Se pone además en marcha un cheque de 200 euros para familias con rentas inferiores a los 27.000 euros.

El ministro se muestra “optimista” con el posible resultado de estas ayudas, aunque advierte de la situación de incertidumbre que vive la economía mundial. Promete, al hilo, que estarán “vigilantes” para que sea efectivo en las tiendas y confía en las distribuidoras: “Tenemos un compromiso claro de ellas”. La alimentación, como subraya, también es pura política. Todo ello en un ambiente en el que el ministro critica la oposición de Alberto Núñez Feijóo y su obstrucción de la renovación del Consejo General del Poder Judicial: "El PP tiene que dejar de bloquear el CGPJ, es una obligación constitucional".

El Consejo de Ministros aprobó este martes un paquete de ayudas contra la inflación. ¿Cuándo notarán los ciudadanos esa bajada del IVA en sus compras?

Es bueno situar el contenido del paquete en relación con la cronología de los últimos meses. La invasión rusa ha producido tres efectos fundamentales a nivel internacional: la realidad de una guerra con los costes humanos, el desarreglo en los mercados energéticos y la perturbación en los mercados alimentarios mundiales. El Gobierno se ha visto obligado a adoptar sucesivos paquetes de ayudas, este es el tercero. Ahora nos centramos en cómo limitar el incremento del precio de los alimentos de cara a la población y, en segundo lugar, reiterar el apoyo a agricultores, ganaderos y pescadores.

En un mercado abierto y no regulado, tenemos que adoptar decisiones que influyan y disminuyan el peso de lo que es el gasto alimentario de la cesta de la compra. El Gobierno actúa porque ese nivel de afectación es excesivo. Y lo hacemos sobre aquellos productos que constituyen el volumen fundamental del gasto de las familias y, en segundo lugar, en los que han sufrido un mayor incremento. Este es el sentido de la medida aprobada y esperamos y deseamos, que con la cooperación que esperamos eficaz por parte de la distribución, pueda significar una disminución efectiva del coste de la compra.

Hay muchas críticas a la eficacia de las bajadas de impuestos para supuestos como los que el Gobierno ha decidido, desde los sindicatos hasta el comisario Paolo Gentiloni. ¿El Ejecutivo está en condiciones de garantizar que esto se va a notar realmente?

Más que criticable, es opinable, como todo. El Gobierno no ha improvisado en absoluto esta decisión, ha contemplado todas las posibles actuaciones para un resultado eficaz. Y no es sencillo. Otras propuestas barajadas o que algunos han planteado tienen dificultades desde el punto de vista jurídico y de eficacia económica. Evidentemente no la hemos adoptado porque el Ejecutivo esté a favor de las rebajas fiscales urbi et orbi como hace el PP en cualquier circunstancia. Entre otras cosas, porque el Estado del Bienestar tiene que financiarse. Pero pensamos que puede ser la medida más eficaz. Tenemos un compromiso claro por parte de la distribución en su aplicación efectiva. Yo mismo he sugerido algunas fórmulas que no están incluidas en el decreto ley que pueden ser demostrativas de esa buena voluntad.

¿Cuáles?

La inclusión en el tique de compra o en los propios rótulos del producto de los precios antes y después para que se muestre que hay un resultado eficaz. 

¿Hasta qué punto está la distribución dispuesta a cooperar?

Lo que nos traslada la distribución, y lo ha hecho incluso públicamente, es que está dispuesta. Ahora, también, el Gobierno tiene prerrogativas y, sin perjuicio de la actuación de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, vamos a estar muy vigilantes, a través del Observatorio de la Cadena Alimentaria y del INE, de que efectivamente esos márgenes que con cargos a los presupuestos se producen como consecuencia de la bajada del IVA sean para eso y no para un incremento de los márgenes empresariales. Mi principal preocupación ha sido que cualquier decisión no alterara el funcionamiento de nuestra cadena alimentaria. Hemos buscado una solución eficaz de cara al consumidor pero que no altere la cadena. Seamos claros, en el pasado quien ha perdido siempre es el eslabón más débil.

No polemizo con Yolanda Díaz, tenemos un punto de vista de Gobierno

¿Por qué no se ha incluido en la rebaja del IVA a la carne y el pescado?

Hay un doble aspecto. En lo que se refiere al consumo, nos hemos concentrado en aquellos productos que desde el punto de vista del volumen son más significativos de cara a la capacidad de compra de nuestros ciudadanos y de los sectores con menor capacidad adquisitiva. Y, en segundo lugar, hemos tenido en cuenta la evolución de los precios. Cuando se habla de carne y pescado, normalmente a quien se refiere es a los propios productores (pescaderos y ganaderos). El paquete trae medidas de apoyo para ellos (120 millones de euros para el tema del gasóleo pesquero y también 300 millones para fertilizantes). El primer paquete ya tuvo 169 millones de euros para el sector lácteo y 193 millones para subsectores ganaderos de carne. No hay que confundir un objetivo de disminución de precios con lo que es el apoyo a los sectores. No hay ningún desdén, ni mucho menos. Pero no todo se podía incluir. Haberlo hecho en todos los productos no solo supondría un coste presupuestario adicional, sino que no se habría conseguido focalizar selectivamente aquellos productos más necesarios y que de forma más significativa pueden disminuir el precio de la cesta.

La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ha dicho que la bajada del IVA no es una medida que ayude. ¿Por qué cree que se pronunció así? ¿Piensa que será efectiva?

No polemizo. Tenemos un punto de vista de Gobierno, las decisiones del Consejo son del Ejecutivo. Cada uno puede tener sus puntos de vista y exponerlos públicamente o no. Soy una persona cauta. Lo he dicho en más de una ocasión y lo demuestra la realidad: no es una crisis derivada de márgenes empresariales sino derivada de precios y del incremento de los costes. Es un problema muy complejo y hay que ver cuáles son las soluciones. ¿En España nos encontramos con un problema de precios? Sí. Y, por eso, el Gobierno actúa. Pero no somos un país que tenga una inflación de entre un 90 y un 100% o que tengamos un tercio de la población en riesgo de pobreza. Por tanto, hay que tener en cuenta qué tipo de medidas y en qué contexto se adoptan. Esperamos que sean eficaces y, sin duda, se han aprobado con la mejor voluntad posible.

Sobre el contexto, ustedes llevaban meses rechazando estas bajadas del IVA. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, lo propuso y ahora dice que esto llega tarde. ¿Por qué ahora?

El líder de la oposición va a acertar siempre con cualquier pronóstico porque lo ha dicho todo. Han querido bajar todos los impuestos, pero una sociedad sin impuestos es una sin servicios públicos. Hay algunos que piensan que cada uno se tiene que pagar la educación y la sanidad de su bolsillo según su capacidad económica. Ese no es el modelo del Gobierno ni del PSOE. Por tanto, hemos respondido en función de la situación. Ha habido una evolución de precios significativa en los últimos meses. Se ha más que triplicado en los últimos doce meses, como en el resto de la UE. Somos ahora el país con la menor inflación en la UE y hay una consecuencia directa de las medidas adoptadas en materia de electricidad, gas, fiscalidad, la excepción ibérica y las subvenciones al transporte. Ahora es intención del presidente y del Ejecutivo intentar extenderlo al mercado alimentario. Si hemos tenido éxito en lo primero, esperamos tenerlo en lo segundo. 

Una característica significativa: la formación de precios en la cadena alimentaria no es similar a la de los mercados energéticos. Va a tener una secuencia más lenta desafortunadamente que en otros mercados, por su complejidad. Frente al populismo y las ideas sencillas que a veces distorsionan las cosas, es obligación del Gobierno diseccionar por qué adoptamos una medida y cómo pensamos que va a tener reflejo. Soy optimista, estas medidas van a tener resultado. Estamos en un contexto donde todos los organismos económicos internacionales señalan claramente que estamos en el nivel más alto de inflación y va a disminuir en los próximos meses. Me gustaría que se refleje en el marco de la alimentación, pero tengamos claro que estamos en un contexto muy volátil y lo que ocurre en Ucrania o en China son factores que pueden influir. Es la dificultad de este Gobierno.

Vamos a estar muy vigilantes y que no haya un incremento de márgenes empresariales

Si pasan uno o dos meses y no se ve que se contenga el precio de la cesta de la compra, ¿estarían dispuestos a adoptar más medidas?

Vamos a esperar que pasen ese mes o esos dos meses. Espero y deseo que haya resultados positivos. Un Gobierno tiene siempre que adoptar las medidas que tenga en su mano en cada momento para responder a las situaciones. Lo otro son hipótesis. Vayamos partido a partido, mes a mes.

Citaba al señor Feijóo, ¿cree que está utilizando la cesta de la compra políticamente contra el Gobierno? ¿Se avendrá a apoyar este decreto en las Cortes?

La alimentación, contra lo que algunos piensan, es una cosa tremendamente política. ¿Qué cosa hay más política que comer y beber? Lo que pasa es que lo damos tan por supuesto que a veces parece que no forma parte de la sociedad. No es ajeno a la política. Forma parte del debate, aunque creo que el señor Feijóo prefiere el debate del bloqueo de las instituciones, en el que el PP es especialista.

También se pone en marcha un cheque de 200 euros para familias con rentas inferiores a 27.000 euros. Muchas veces las personas más vulnerables son las que tienen más distancia con la administración, a las que les resulta más difícil acceder a prestaciones como el IMV. ¿Qué previsión tienen sobre esta ayuda? ¿Llegará efectivamente?

Es una preocupación fundamental, porque soy ministro y gestor. Que llegue a cada ciudadano me parece absolutamente fundamental. Es verdad que algunas otras medidas adoptadas por el Gobierno anteriormente en esta materia no han alcanzado el eco que esperábamos. Quien esté interesado debe movilizarse, es muy sencillo. Es una única demanda a efectuar ante la Agencia Tributaria. El diseño de esta medida tiene una característica suplementaria, teniendo en cuenta el incremento del IMV y las discusiones en curso sobre el salario mínimo, hemos situado un umbral y unas incompatibilidades para alcanzar ese segmento intermedio que es la clase media trabajadora, que no se beneficia por abajo con esas ayudas para los sectores más vulnerables pero que tampoco tiene un nivel de renta que no se encuentre afectado por el incremento de precios. Son medidas, como nos pide la Comisión Europea, muy dirigidas a sectores muy concretos, pero que son de gestión compleja. Estamos haciendo un gran esfuerzo por parte de la administración. Haremos lo que esté en nuestras manos para que llegue a los potenciales beneficiarios.

¿Cree que la inflación dará una tregua en 2023? ¿Cuál es su previsión?

Sigo de cerca las previsiones del BCE, de la Reserva Federal, de la Comisión Europea, de la OCDE y del FMI. Hay un cierto consenso en el sentido de una contención de la inflación y una disminución progresiva de la misma. Pero vuelvo a decir que estamos en un contexto muy volátil. Esto hace que no sea fácil hacer previsiones a largo plazo. En el caso de España, hemos conseguido crecer por encima del 5% del PIB y The Economist dice que somos uno de los cuatro países del mundo que ha salido mejor desde el punto de vista económico. Tenemos 20.200.000 afiliados, el nivel de paro más bajo de los últimos años y la inflación más baja de la UE. ¿Significa que esté todo claro para el futuro? No. Pero hay un Gobierno atento a cualquier circunstancia para dar una respuesta. Soy optimista sobre 2023, espero y deseo que la evolución sea positiva en el primer semestre. Pero soy realista. hay que estar prestos para cualquier incidente de recorrido y adoptar una medida eficaz.

Estamos atravesando un momento difícil, el Gobierno está tomando medidas que no son sencillas pero pensando en la mayoría de la población

Es optimista para 2023, pero hay encuestas adversas para el Gobierno de coalición y el PSOE. ¿Hay una distancia entre las medidas que toman y la percepción pública? ¿Confía en que las fuerzas progresistas se recuperen para este año electoral?

El presidente del Gobierno insiste, y estoy de acuerdo con él, en que una cosa es gobernar y otra es el reflejo electoral que pueden tener o no las medidas. La labor del Gobierno es gobernar. Es la cuestión fundamental. En cuanto a los sondeos, los ciudadanos nunca se equivocan y sabrán juzgar. Si dan su apoyo a las fuerzas de la coalición, pues acertarán. Y si no lo hacen, pues también acertarán. Hay que tener espíritu democrático, tanto en las propias elecciones como el día después y aceptar los resultados, cosa que al PP le cuesta. Pero si se refieren a la última encuesta interna del PP, y tengo una cierta experiencia política, quiere decir que no le deben ir muy bien las cosas. Estamos atravesando un momento difícil, el Gobierno está tomando medidas que no son sencillas pero pensando en la mayoría de la población. Espero que llegado el momento tengan un juicio positivo.

¿Qué va a pasar al final con la ley de bienestar animal? ¿Se aprobará finalmente en las Cortes con acuerdo con UP? ¿Por qué han excluido a los perros de caza?

Hay determinadas categorías que estaban excluidas de entrada en la ley, como los animales de producción. Había dos categorías de las que me preocupé particularmente: perros de guarda y los animales vinculados a la actividad cinegética. Ese tema ya salió del Consejo de Ministros y está en las Cortes Generales. El grupo socialista ha presentado una enmienda de exclusión, con apoyo de otros grupos, y es una buena situación de equilibrio de cara a la aplicación de la ley. Estamos todos a favor del bienestar animal. Una cuestión son los animales de compañía y otra es la cinegética. Piso mucho el campo y el mundo rural, y en ese debate hay mucho de visión rural y de urbana. No digo que una sea superior a la otra. La cinegética no es una actividad elitista. Es muy popular y me consta que la inmensa mayoría de los cazadores cuidan a los animales. La enmienda del PSOE permite una salida y me gustaría que la ley pueda acabar en el BOE. 

Conociendo bien la administración, ¿cómo vive la crisis institucional y el bloqueo del PP sobre el CGPJ? ¿Le preocupa?

Es una cuestión que no es meramente institucional o administrativa, es política. Me parece absolutamente fundamental. La Constitución es un conjunto de artículos pero también un espíritu democrático. El que gana unas elecciones gana unas elecciones y el que pierde pierde las elecciones. En democracia hay que ser capaz de ganar con generosidad y también de aceptar la derrota. El PSOE lo ha hecho en ambas situaciones y nos hemos comportado siempre constitucionalmente. Hay obligaciones constitucionales, como renovar el CGPJ o el TC. El PP no sólo ha bloqueado en España sino que ha intentado llevar el tema a Bruselas, me parece increíble. El PP tiene que asumir que esta es una obligación constitucional y dejar de bloquear. Y, en particular, el señor Feijóo. Fue elegido hace menos de un año como líder del PP porque supuestamente iba a suponer un cambio respecto a Casado. Bueno, pues ha perdido hasta ahora muchas oportunidades. Aún le quedan unos meses antes de las elecciones para demostrar que tiene mando en el PP y no otros. 

Cita las elecciones, ¿va a ser otra vez el ‘número uno’ en la lista del PSOE por Córdoba?

No hay convocadas elecciones.

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Mi preocupación en este momento son las medidas adoptadas este martes. Tiempo se andará. El año 2023 va a ser intenso y largo, tenemos dos citas electorales y la Presidencia española de la UE.

¿Va a ser complicado organizar esa Presidencia cuando tocan elecciones? ¿Puede haber una cierta inquietud de cómo España va a afrontar este momento?

Cuando en la UE éramos doce, era casi un tabú eso de hacer elecciones durante una Presidencia. Pero ha dejado de serlo con esta ampliación a 27, es casi imposible que no se cruce un proceso electoral durante una Presidencia. También es verdad que las Presidencias no son como las de antes, ahora son clave, pero la celebración de consejos regulares en Bruselas ha facilitado mucho el funcionamiento. Tiene que ser un momento de orgullo nacional y de unidad. No quiere decir que estemos en todo de acuerdo, pero debería ser un momento en el que la oposición se pusiera al lado del Gobierno. Tengo una visión muy consensual de estos temas. Cuando juega España, hay que apoyar a España. Espero y deseo que no sea motivo de fricción suplementaria, sino de discusión de temas interesantes y complejos. 

En su día fue el huerto del Botánico. Pero en el siglo XIX se levantó el impresionante Palacio de Fomento sobre esas tierras en el centro de Madrid. Y desde allí ahora se dirige la agricultura, la pesca y la alimentación de España. Con el mando de Luis Planas, un veterano dirigente socialista que lleva en el Gobierno con Pedro Sánchez desde la moción de censura de 2018.

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