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La memoria histórica se cuela en el debate

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En el debate de investidura que se celebró en marzo con el líder del PSOE, Pedro Sánchez, como candidato, fue el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quien más tiró de referencias históricas en su discurso. Entonces, Rajoy mencionó en sus intervenciones el Pacto de los Toros de Guisando o el Compromiso de Caspe, dos tratados firmados durante el siglo XV. Pero su propio debate tampoco ha estado exento de alusiones a la historia, aunque en este caso a un período mucho más reciente: el de los años de la II República, la dictadura y la transición democrática.

Rajoy tuvo que enfrentarse este miércoles a las duras críticas de la práctica totalidad de los grupos de la Cámara, a excepción, obviamente, del PP y sus aliados. Sus políticas económicas, los recortes presupuestarios, la supuesta pérdida de soberanía de España o la corrupción dentro de su partido fueron dardos que los líderes de PSOE, Unidos Podemos, ERC o PNV lanzaron contra el candidato conservador. Para apoyar sus argumentos, los oradores no dudaron en utilizar referencias históricas, relativas fundamentalmente a la historia española del siglo pasado.

Diputados como Joan Tardá (ERC), Pedro Sánchez o el propio Rajoy, que mencionó al expresidente del Gobierno republicano Manuel Azaña, utilizaron este instrumento retórico. Pero, sin embargo, quien más se recreó en el uso de las referencias históricas fue el portavoz de Unidos Podemos, Pablo Iglesias, que mencionó a figuras como el expresidente del Gobierno Adolfo Suárez, los soldados republicanos de la compañía La Nueve, o los exministros franquistas que fundaron, allá por 1977, Alianza Popular, el germen de lo que hoy es el PP.

El PP y la dictadura franquista

"Usted, que representa a un partido fundado por ministros de una dictadura". El portavoz de Unidos Podemos se refirió en estos términos a Rajoy y al PP para criticar que el candidato conservador hubiera reivindicado "la soberanía y el constitucionalismo". La referencia es cierta, ya que el PP es el sucesor de Alianza Popular, una coalición de partidos fundada en 1977 y que se unificó en el año 1989 cambiando su denominación. Así lo recogía por ejemplo, en su portada del 7 de marzo de 1977, Diario 16 bajo el titular "Neofranquistas entusiasmados celebraron su primer congreso". "Los siete líderes de Alianza Popular anunciaron su federación y el paso hacia un partido único", explicaba el subtítulo de la información, que aseguraba que se habían escuchado gritos de "Franco, Franco" durante el congreso.

Estos siete líderes eran Manuel Fraga –dirigente de Reforma Democrática y ministro de Información entre 1962 y 1969–, Cruz Martínez Esteruelas –líder de Unión del Pueblo Español y ministro de Educación entre 1974 y 1975–, Federico Silva –ministro de Obras Públicas entre 1965 y 1970, su partido era Acción Democrática Española–, Laureano López Rodó –ocupó diversos ministerios entre 1965 y 1974 y luego fundó Acción Regional–, Licinio de la Fuente –ministro de Trabajo entre 1969 y 1975 y líder de Democracia Social–, Gonzalo Fernández de la Mora –de Unión Nacional Española, fue ministro de Obras Públicas entre 1970 y 1974– y Enrique Thomas de Carranza –exembajador en Portugal y líder de la Asociación Nacional para el Estudio de Problemas Actuales–.

No fue esa la única referencia a la dictadura de Iglesias, que insistió en relacionar al PP con sus fundadores franquistas echando en cara a Rajoy que "su partido lo fundaron unos señores que obligaban a hacer el saludo romano [utilizado por los franquistas especialmente durante los primeros años de la dictadura] y que a veces juraban sus cargos con camisa azul", uno de los símbolos de Falange Española de las JONS. 

Iglesias también se acordó del fascismo al hacer una referencia a La Nueve, la brigada de militares republicanos españoles encuadrados en el ejército de la Francia Libre en la Segunda Guerra Mundial que colaboraron en la liberación de París. "Leía el otro día a Jorge Semprún, que reivindicaba los valores de La Nueve como el origen democrático de la UE, como ese proyecto antifascista que reivindicaba los derechos sociales", planteó Iglesias mientras acusaba a Rajoy de ceder la soberanía española a los poderes financieros. "Esta Europa ordoliberal, esta Europa contra los derechos, es una Europa distinta a la que nosotros queremos construir, una Europa democrática con derechos sociales y con soberanía", contrapuso.

Para cerrar su intervención, el líder de Unidos Podemos quiso también acordarse al final de su discurso de las "fosas" de víctimas del franquismo que hay en España. "Ayer se conmemoraba el Día Internacional de los Desaparecidos, y España encabeza el siniestro ranking europeo ranking en número de fosas comunes; en el mundo solo nos supera Camboya. Que no triunfe nunca el olvido: porque fueron somos, porque somos serán", denunció.

El puño en alto, Azaña y Suárez

"No tiene ningún sentido que hagamos un debate sobre los orígenes de todos los que estamos aquí", respondió Rajoy a tenor del nacimiento de su partido. No obstante, Rajoy deslizó una referencia al "puño" que levantan algunos dirigentes de Podemos habitualmente y que es un símbolo de las fuerzas socialistas desde el siglo pasado. "Oiga, yo nunca le he reprochado que levante el puño... mientras no sea obligatorio, señor Iglesias", sostuvo irónicamente Rajoy en su réplica, a lo que el diputado de Podemos Rafael Mayoral respondió desde su escaño "la única dictadura, la vuestra".

Rajoy también se refirió, no obstante a otra figura histórica del siglo XX español: el expresidente republicano Manuel Azaña. Lo hizo para recomendar al líder de En Comú Podem, Xavi Domènech, que leyese la obra La velada en BenicarlóLa velada en Benicarló –un ensayo escrito por Azaña en plena Guerra Civil–, después de que el diputado catalán citase al expresidente republicano para afirmar que "el último Estado peninsular procedente de la antigua monarquía católica que sucumbió al peso de la corona despótica y absolutista fue Cataluña. Y el defensor de las libertades catalanas pudo decir, con razón, que él era el último defensor de las libertades españolas".

Pero Azaña estuvo en boca de otro de los líderes que intervinieron en el debate: Sánchez, que utilizó una cita del presidente republicano para criticar que Rajoy argumente que apoyar su investidura es un acto de patriotismo. "Recuerden las palabras de Azaña, que dijo: 'Ningún problema político tiene escrita su solución en el código del patriotismo. Nadie tiene el derecho de monopolizar el patriotismo, nadie tiene el derecho en una polémica de decir que su solución es la mejor porque es la más patriótica; se necesita que, además de ser patriótica, sea acertada'", señaló Sánchez.

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"España, antes azul que rota"

Azaña, sin embargo, no fue el único expresidente democrático que fue nombrado por los intervinientes. También se acordó Iglesias de Adolfo Suárez, el mandatario que pilotó la transición, para lanzar una dura arenga contra el líder de Ciudadanos, Albert Rivera. "Supongo que el Suárez que usted admira es el Suárez que fue presidente mientras le apoyaron Juan Carlos y los poderes fácticos, y que empezó a dejar de serlo cuando ya no les era tan útil y tomaba sus propias decisiones", señaló Iglesias a tenor de las habituales alabanzas de Rivera al expresidente. El líder de Ciudadanos le respondió posteriormente: "Usted es más partidario de hombres de Estado como [Arnaldo] Otegi, pero yo soy más partidario de hombres de Estado como Adolfo Suárez o Felipe González".

Además de los portavoces de los cuatro grandes partidos, el líder en el Congreso de ERC, Joan Tardá, también hizo una referencia histórica a un personaje de la II República. En este caso, el citado fue el dirigente conservador José Calvo Sotelo, a quien se le atribuye la frase "España, antes rota que roja". "Desgraciadamente, el PSOE ha interiorizado la máxima de José Calvo Sotelo, la de España antes rota que roja, que se ha tornado en España antes azul que rota”, criticó Tardá en referencia a la negativa de los socialistas a apoyar un referéndum de autodeterminación en Cataluña.

En el debate de investidura que se celebró en marzo con el líder del PSOE, Pedro Sánchez, como candidato, fue el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quien más tiró de referencias históricas en su discurso. Entonces, Rajoy mencionó en sus intervenciones el Pacto de los Toros de Guisando o el Compromiso de Caspe, dos tratados firmados durante el siglo XV. Pero su propio debate tampoco ha estado exento de alusiones a la historia, aunque en este caso a un período mucho más reciente: el de los años de la II República, la dictadura y la transición democrática.

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