De los resultados del Partido Popular el pasado 24-M pueden extraerse varias conclusiones. Como repiten machaconamente los máximos dirigentes conservadores, el partido presidido por Mariano Rajoy es el más votado en el cómputo global, tanto en las municipales como en las autonómicas. Pero en el camino se deja mucho: pierde todas las mayorías absolutas en las comunidades y 2,4 millones de votos en las municipales. El panorama es todavía más desolador en siete provincias en las que no llegó al 10% de los sufragios: Barcelona (8,32%), Tarragona (6,8), Lleida (4,9), Girona (5,98), Navarra (3,48), Bizkaia (7,92) y Gipuzkoa (4,94). Se trata de territorios en los que el PP compite con fuerzas independentistas y camina hacia lo residual y cuya delicada situación no ha sido todavía abordada por la dirección nacional del partido. El foco postelectoral sigue puesto en sus feudos tradicionales, especialmente Madrid.
En Navarra, desde julio pasado, el PP lo dirige una gestora tras la marcha de Enrique Martín de Marcos. Su presidente, Pablo Zalba, ha sido candidato a la Alcaldía de Pamplona. En el País Vasco, los cambios impulsados por la presidenta del PP de Euskadi, Arantza Quiroga, aupada por la secretaria general de la formación, María Dolores de Cospedal, no han tenido efecto en las urnas. Todo lo contrario. Y en Cataluña, el PP de Alicia Sánchez-Camacho se deja 259 concejales en las cuatro provincias.
En el PP admiten que desde su ruptura con Unión del Pueblo Navarro (UPN) en 2008 no levantan cabeza en la comunidad foral. Los datos de estos comicios y los de 2011 corroboran la delicada situación de la formación regional. Si en 2011, en las municipales, el PP logró 46 concejales y el 5,99% de los votos, el pasado 24 de mayo perdió más de la mitad de los ediles –se quedó en 21– y bajó al 3,48% de las papeletas.
A nivel foral, la representación del PP en la cámara autonómica se reduce también a la mitad: de 4 diputados autonómicos a 2, y del 7,2% de respaldo electoral al 3,9%.
Estos resultados dejan a los conservadores en una posición muy débil y fuera de toda posibilidad de tocar poder. Esta misma semana, Geroa Bai y EH Bildu confirmaron su voluntad de pactar en la comunidad foral. A priori, el acuerdo es el siguiente: el candidato de EH Bildu a la Alcaldía de Pamplona, Joseba Asirón, sería el regidor municipal, y Uxue Barkos, la candidata de Geroa Bai a presidir la comunidad, obtendría la presidencia gracias a sus votos, los de EH Bildu, los de Podemos y los de Izquierda-Ezkerra, la coalición liderada por Izquierda Unida.
El PP nacional tiene desde hace un año la tarea pendiente de relanzar la dirección regional del PP navarro, en manos de una gestora. La impresión general en el partido es que el congreso se celebrará en 2016, cuando tengan lugar los de Baleares, Comunidad Valenciana y Aragón. Sus respectivos líderes anunciaron su marcha dos días después de las municipales y autonómicas. Y Génova no quiere bajo ningún concepto abrir periodos de sucesión en el partido antes de que Rajoy se examine de nuevo ante las urnas.
En el PP, a la hora de buscar causas a este descalabro en la comunidad foral, además de apuntar a la ruptura con UPN, señalan la inestabilidad que han vivido los conservadores navarros en los últimos años. "La implicación de la dirección nacional ha sido la misma que en toda España, hasta Rajoy protagonizó un mitin en Pamplona", recuerda un diputado.
El PP de Quiroga, a prueba
Era una de las primeras pruebas de fuego para Arantza Quiroga, presidenta de los conservadores de Euskadi tras un polémico congreso en marzo de 2014, al que había llegado muy debilitada en el seno de su propio partido –por su enfrentamiento con el PP alavés– pero respaldada por Cospedal. A tenor de los resultados, el giro que prometió para ubicar al partido en un nuevo escenario en el que ETA ya ha abandonado la violencia no ha cuajado.
En el País Vasco, el PP sólo supera en Álava el 10% en porcentaje de voto. Los conservadores alaveses, presididos por el ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, lograron en 2011 un total de 82 concejales en el territorio, una cifra que ahora bajó a 46. No obstante, el porcentaje de voto desciende menos de un punto, del 25,34% al 24,63%. La ciudad de Vitoria es clave en este resultado. La candidatura encabezada por Javier Maroto mantiene el tipo sin perder ninguno de los 9 escaños que ya logró en 2011. En porcentaje pasa del 29,81% al 29,19%.
Pero ni siquiera en Vitoria, donde el PP es fuerte, está asegurada la continuidad de Maroto. Este jueves, EH Bildu presentó un documento para "desalojar al PP" de la Alcaldía. La propuesta fue trasladada al PNV, PSE, Sumando e Irazabi y fue presentada como una iniciativa de "compromiso para el funcionamiento ético y democrático" del consistorio.
Tras los resultados en Álava, pero a mucha distancia, se ubican los de Bizkaia: 26 concejales menos que en 2011 (los 55 de entonces se quedaron ahora en 26) y el 7,92% de los votos. El panorama de Gipuzkoa es aún más delicado. El peor para el PP vasco. De 26 concejales ha pasado a 7 y el porcentaje de voto cae del 9,65% al 4,94%. Paradójicamente, el presidente del PP de Gipuzkoa es Borja Sémper, uno de los dirigentes del PP al que muchos de su partido señalan como una de las caras del futuro del partido.
En las diputaciones forales, que tienen un gran poder en Euskadi, también es Álava la que mejor resiste. Pierde cuatro junteros si se compara con los 16 de hace cuatro años. La mitad se deja por el camino en Bizkaia, de 8 a 4, y en Gipuzkoa pierde tres y sólo conserva uno.
Fuentes del PP de Euskadi consultadas por infoLibre achacan los resultados, en primer lugar, a la situación política nacional. "En 2011 íbamos subidos a la ola. Ahora, el PP ha bajado en toda España y en los sitios en los que siempre lo hemos tenido complicado la cosas se ha complicado todavía más", señala un dirigente. También mencionan como culpable a la "polarización del voto". "En Gipuzkoa, por ejemplo, la gente ha votado al PNV para echar a Bildu", señalan.
Las mismas fuentes manifiestan que han "ganado a las encuestas", pero admiten que no han llegado a donde querían llegar y que Ciudadanos, sin haberles supuesto un gran problema, sí les ha podido arañar algunos votos. En la provincia de Álava, el partido de Rivera ha logrado un concejal (2,42% de los votos), igual que en Bizkaia (1,47%). En Gipuzkoa, el 1,30% de los sufragios no le ha supuesto ningún edil.
El caso de Errenteria
Errenteria es uno de los ejemplos de la delicada situación que el PP vive en Gipuzkoa. En las últimas legislaturas siempre mantuvo dos concejales. En esta ocasión los ha perdido, así como casi la mitad de los votos. Si en 2011, 1.579 ciudadanos de esta localidad apostaron por el PP, el pasado 24-M sólo lo hicieron 877. Un error en el reparto de las papeletas por correo podría estar, según fuentes del partido, en este desplome.
Javier Arenas, responsable de Política Autonómica y Local del PP, fue el número 21 de esta lista municipal que encabezó José Manuel Herzog. Es habitual que los dirigentes nacionales conservadores completen las listas de Euskadi tanto en las municipales como en las autonómicas.
Cataluña y el problema con c's
Este viernes, a primera hora de la mañana se confirmaba la pérdida por parte del PP de uno de sus bastiones en Cataluña: el Ayuntamiento de Badalona. El alcalde saliente, Xavier García Albiol, aseguró que el acuerdo alcanzado por la izquierda –Badalona en Comú, PSC, ERC e ICV-EUiA– para arrebatarle la alcaldía "anímicamente" fue "un golpe". Y, muy en la línea desplegada por su partido a nivel nacional, sostuvo que estaba convencido de que los votantes del PSC no querían que sus votos sirvieran para hacer alcaldesa a la "izquierda radical". García Albiol se quedó a 4 concejales de la mayoría absoluta.
El ejemplo de Badalona sirve para ilustrar el desánimo que cunde en el PP catalán, que lamenta que la dirección nacional del partido haya empezado a tomarse en serio a Ciudadanos cuando ya era tarde. "Desde hace tiempo se alertó desde aquí a Génova del problema de Ciudadanos, que no había que despreciarlos, que había que tener cuidado. Que aquí no era un fenómeno nuevo y que podía darnos disgustos", recuerda un miembro de la dirección del PP de Cataluña.
Ver másDimite la dirección de Ciudadanos en Navarra
A nivel comunidad autónoma, el PP logró en las municipales del pasado 24-M un total de 234.847 votos (7,54% y 214 concejales). Y el partido de Rivera le pisa los talones: 231.293 votos (7,43% y 176 concejales). Pero para verlo en perspectiva hay que ir a los datos de 2011, cuando el PP logró el 12,68% de los sufragios frente al 1,22 de C´s.
A juicio de los dirigentes conservadores catalanes consultados por infoLibre, en las municipales les ha perjudicado la insistencia de Génova a la hora de ubicar a Ciudadanos como un partido catalán y "pasadas de frenada" como la del portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, llamando al partido de Rivera "Naranjito" en alusión a su color corporativo.
A la espera de análisis más profundos otra de las tesis del PP que preside Alicia Sánchez Camacho es que les está costando crecer por el centro. "La burguesía, la parte conservadora de la burguesía catalana que tenía al PP como referencia se ha ido a CiU porque se siente muy cómoda dentro de los planteamientos de Unió", subrayan.
De los resultados del Partido Popular el pasado 24-M pueden extraerse varias conclusiones. Como repiten machaconamente los máximos dirigentes conservadores, el partido presidido por Mariano Rajoy es el más votado en el cómputo global, tanto en las municipales como en las autonómicas. Pero en el camino se deja mucho: pierde todas las mayorías absolutas en las comunidades y 2,4 millones de votos en las municipales. El panorama es todavía más desolador en siete provincias en las que no llegó al 10% de los sufragios: Barcelona (8,32%), Tarragona (6,8), Lleida (4,9), Girona (5,98), Navarra (3,48), Bizkaia (7,92) y Gipuzkoa (4,94). Se trata de territorios en los que el PP compite con fuerzas independentistas y camina hacia lo residual y cuya delicada situación no ha sido todavía abordada por la dirección nacional del partido. El foco postelectoral sigue puesto en sus feudos tradicionales, especialmente Madrid.