La nueva legislatura
PSOE y Podemos avanzan en una negociación basada en la propuesta de Compromís
PSOE y Podemos están negociando un acuerdo en busca de una salida a la actual situación de bloqueo institucional y lo están haciendo sobre la base de las dos propuestas de pacto que la coalición valenciana Compromís presentó a ambas formaciones en abril y en septiembre, tras las citas electorales del 20D y del 26J. Como entonces, el objetivo ahora es lograr un acuerdo de Gobierno entre las fuerzas de izquierda que evite la repetición electoral. Así lo han confirmado a infoLibre fuentes conocedoras de estas negociaciones.
Las dos propuestas de Compromís que ahora están sirviendo de soporte para esas negociaciones son muy similares, con la salvedad de que la presentada en septiembre define con mayor concreción las medidas planteadas. Además, ninguna de ellas incluye la propuesta de organizar un referéndum de autodeterminación en Cataluña, algo que habría supuesto un obstáculo insalvable para el PSOE.
La primera de esas propuestas de pacto fue presentada el 26 de abril, en la recta final de un proceso que ya se daba por amortizado tras la fallida investidura de Pedro Sánchez, en la que sólo logró sumar el respaldo de Ciudadanos y Coalición Canaria. De hecho, el portavoz de Compromís en el Congreso se la trasladó al rey Felipe VI en la tercera ronda de contactos tras la que el monarca anunció que no propondría a ningún candidato y que acabó por verificar el fracaso de la XI Legislatura.
Pues bien, ese acuerdo incluía 30 medidas para lograr un acuerdo programático para un Gobierno de coalición y estaba estructurada en cinco bloques: "rescatar personas, regeneración y lucha contra la corrupción, gobernar para las personas, nuevo modelo productivo, el Estado y Europa". Compromís lo bautizó como Acuerdo del Prado, en alusión al museo madrileño. La propuesta tenía también cierto aroma al Acord del Botánic, el pacto de Gobierno entre el PSOE y Compromís en la Comunitat Valenciana.
La coalición valenciana planteó en ese documento garantizar las necesidades básicas de todos los ciudadanos con un ingreso vital mínimo, asegurar la dotación de la ley de dependencia, impulsar un plan de empleo juvenil y contra la fuga de cerebros, aprobar medidas contra la violencia machista, derogar la ley mordaza, impulsar una nueva ley educativa, reconvertir el ICO en una banca pública o reformar el sistema fiscal para "adoptar una fiscalidad más justa".
Los escollos para el PSOE
Compromís incluyó también "las cinco propuestas de la PAH" –dación en pago retroactiva, alquileres asequibles, paralizar los desahucios, viviendas sociales públicas y suministros garantizados frente a la pobreza energética–, donde chocó con el PSOE. De hecho, aunque el documento incluía algunas ideas bastante genéricas con el objetivo de evitar rechazos, esta fue una de las tres medidas que no aceptaron los socialistas.
Las otras dos propuestas no aceptadas por el PSOE fueron la exigencia de derogar la reforma laboral que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero aprobó en 2010 y reformar el artículo 135 de la Constitución para "priorizar el gasto social y reestructurar la deuda", artículo que había sido reformado por PP y PSOE en el verano de 2010. El portavoz parlamentario del PSOE, Antonio Hernando, fue el encargado de anunciar en público que su partido aceptaba 27 de las 30 medidas propuestas.
Sin embargo, a los socialistas tampoco les convenció la demanda de Ejecutivo de coalición que hizo Compromís y esa misma tarde contraofertaron ofreciendo un Gobierno liderado por Sánchez con ministros independientes. La coportavoz de Compromís, Mónica Oltra, calificó esa contraoferta de "insultante". Podemos también la rechazó. Y ahí se esfumaron las posibilidades de pacto. Esa misma noche el rey cerró su ronda de contactos sin proponer a ningún candidato y el país quedó abocado a nuevas elecciones.
El segundo intento de Compromís tuvo lugar el pasado 6 de septiembre, apenas cuatro días después de la investidura fracasada de Mariano Rajoy. La coalición valenciana propuso entonces al PSOE y a Podemos conformar un Gobierno de coalición sobre la base de un documento con 31 medidas, entre ellas, la mayoría de las incluidas en el citado Acuerdo del Prado del 26 de abril, y entre las que tampoco se encontraba la propuesta de organizar un referéndum de autodeterminación en Cataluña.
Precisamente, según las fuentes del entorno de Pedro Sánchez consultadas por infoLibre, el hecho de que el hipotético acuerdo que se pueda fraguar ahora con Podemos no incluya ninguna referencia al tema del derecho a decidir es relevante para la dirección socialista pues evitará que los barones críticos con Sánchez puedan usar ese argumento para echarlo por tierra.
Además, en el entorno del secretario general admiten que el acuerdo con Podemos les ayuda a construir un relato en los dos frentes que tiene abiertos: externo e interno. De cara al exterior, en la dirección socialista admiten que no pueden presentarse a unas posibles terceras elecciones únicamente con el discurso de los tres noes (a gobernar, a la investidura del candidato del PP y a las terceras elecciones). De esa forma, consideran que un acuerdo con Podemos les serviría para reivindicar que ellos, al menos, sí lo han intentado y han hecho todo lo posible para desbloquear la situación.
Pero también de puertas para adentro este hipotético acuerdo con Podemos contribuiría a fortalecer la posición de Sánchez, siempre según su equipo. Y lo haría en el sentido de que se constataría que el secretario general ha conseguido sumar los 71 votos de los diputados de Unidos Podemos y sus confluencias en contraposición a la actuación de los barones críticos, que se han mostrado partidarios de acabar con esta situación de interinidad pero "pagando el precio de mantener al Partido Popular en la Moncloa".
En Cataluña, el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, mantiene contactos con la antigua Convergència para conocer su posición ante una posible investidura de Sánchez. De hecho, este martes, el líder de los convergentes en el Congreso, Francesc Homs, se abrió a "abordar en el mundo independentista" si la prioridad es el referéndum o sacar a Mariano Rajoy de la Moncloa. ERC, sin embargo, mantiene que votará no al PSOE si no hay referéndum.
La pelea por el relato
La dirección socialista, en cualquier caso, destaca que toda esta operación está pensada para "tener un relato, aunque las posibilidades de lograr la investidura sean mínimas". Los críticos, sin embargo, desconfían absolutamente de esta versión. Fuentes de los sectores contrarios a Sánchez dicen temer que la dirección mantenga de puertas para adentro que el fin de esta estrategia es "el relato" y que el objetivo sea en realidad lograr la investidura "aunque sea con el voto de los independentistas catalanes".
Lo cierto es que en el equipo de Sánchez están convencidos de que Podemos puede tener ahora más incentivos para pactar con el modelo Compromís que hace meses, pues consideran que en la formación morada han asumido que fue un error aparecer ante los electores como uno de los causantes de las repetición de las elecciones. No obstante, señalan que Pablo Iglesias "sigue siendo el más duro" a la hora de plantear acuerdos con los socialistas.
En este punto, conviene recordar el conflicto entre las dos formas de entender qué estrategia tiene que seguir Podemos, que Iglesias y su número dos, Iñigo Errejón, mostraron este martes en Twitter: seguir "dando miedo" al poder, apuesta de Iglesias, o "seducir" a quienes aún no confían en el partido morado, según Errejón. En el sector de este último son también más partidarios de explorar pactos con el PSOE.
Comité Federal el 1 de octubre
En cualquier caso, el objetivo de Sánchez es llegar al Comité Federal –el máximo órgano entre congresos del partido y al que, llegado el momento, le correspondería analizar la posibilidad de intentar una mayoría alternativa– que se celebrará el próximo 1 de octubre con este acuerdo avanzado. En los últimos días ha habido opiniones encontradas en el partido en relación a la fecha en la que se debería convocar ese Comité Federal: el 1 o el 8 de octubre. Finalmente, será el primer sábado tras las elecciones gallegas y vascas, que es la opción que defendían la mayoría de barones críticos.
Las fuentes consultadas corroboran que la división y el enfrentamiento en el PSOE crece cada día que pasa. En el entorno de Sánchez consideran que los barones tienen "muy difícil" presentarse ante el Comité Federal y no poner al menos como condición la cabeza de Rajoy, teniendo en cuenta el vía crucis judicial al que se enfrentará el partido en las próximas semanas. "Tendrán que explicar que prefieren que gobierne la derecha porque eso es la consecuencia de la abstención que reclaman", dicen estas fuentes.
Por su parte, los dirigentes que desautorizan la gestión de su líder aseguran que lo único que le preocupa a Sánchez es seguir como secretario general y llegar a la Moncloa "al precio que sea, incluyendo el pacto con los independentistas". Como ha dicho esta semana Susana Díaz, estas fuentes reiteran que "no se puede gobernar España con 85 diputados" y "dependiendo para todo de Podemos, que quiere aniquilar al PSOE, y con los independentistas, que quiere aniquilar España".
Los críticos recuerdan, además, que las exigencias de la Unión Europea provocarán que, en 2017, el Gobierno tenga que hacer nuevos recortes y señalan que no tendría sentido que el PSOE tuviera que asumir ese coste. "Esto lo ve cualquiera, salvo Pedro, que está cegado por su ambición de llegar a Moncloa", añaden estas mismas fuentes.
El futuro de Sánchez
Otra cuestión presente en los debates de los dirigentes socialistas es si los críticos se atreverán o no a buscar la caída de Sánchez a corto plazo. En el entorno del secretario general piensan que, salvo verdadera hecatombe electoral en Galicia y Euskadi, no habrá movimientos en este sentido, ya sea vía dimisión masiva de miembros de la ejecutiva o mediante la presentación de una moción de censura en el Comité Federal.
Fuentes de la dirección del PSOE señalan que lo de menos sería que ganaran o perdieran los críticos, pero que provocar de esta manera la salida de Sánchez sería "volar el partido". Además, indican que en el caso de que los seis barones críticos lograran doblar el brazo al secretario general, eso pondría a más militantes de su parte, pues aseguran que en las bases está extendida la convicción de que determinados líderes territoriales están actuando con "deslealtad". "¿Qué pasaría si defenestran ahora a Pedro y luego él se presenta al congreso que tendría que convocar la gestora y gana las primarias? ¿O acaso piensan quitar las primarias para elegir al secretario general?", se preguntan estas mismas fuentes.
Algunas fuentes del sector crítico, por su parte, admiten que es "absurdo" intentar destituir al secretario general para luego facilitar la investidura de Rajoy. "Es hacer las cosas al revés. Primero hay que solucionar el tema de la gobernabilidad y luego el orgánico. Los ciudadanos no entenderían que lo hiciéramos al revés y nos pusiéramos con nuestros temas internos mientras el Gobierno sigue en funciones", dice una dirigente contrario a la gestión de Sánchez.
Quilombo en el PSOE
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No obstante, esta misma fuente mantiene que la situación podría cambiar en el caso de que el líder socialista intentara pactar con los independentistas catalanes. "En ese caso, coincidirían los intereses y los tiempos de España con los orgánicos del partido", asevera. Y, por tanto, entiende que estaría justificada una rebelión interna para forzar la salida del actual líder.
Los más moderados del sector crítico mantienen que "negociar con Podemos no es problema". "Fuimos a segundas elecciones por la actitud de Pablo Iglesias, que exigía pactar con los independentistas y el derecho a decidir. Si Podemos hubiese dicho lo que dijo este miércoles el senador Ramón Espinar en la Cadena Ser, ahora tendríamos un gobierno de Pedro Sánchez", asevera un dirigente crítico con el secretario general. A preguntas de Pepa Bueno, Espinar deslizó que sería preferible un acuerdo en el que estuviera Ciudadanos a la repetición de las elecciones.
Por el momento, todo sigue abierto.