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El PSOE supera el trago de la declaración de Lobato y sale a la ofensiva contra el discurso "golpista" del PP

En las acreditaciones que llevan los delegados e invitados en el congreso del PSOE en Sevilla se leen dos palabras: “rojo” y “roja”. Y la tienda de merchandising está dominada por las expresiones “zurdo” y “zurda” nada más entrar al cónclave. Es toda una declaración de intenciones de un partido que busca durante el fin de semana reivindicarse como el gran garante frente al avance de las derechas, mostrar un apoyo cerrado a su líder y capear los frentes judiciales que se han recrudecido en los últimos días.

Los socialistas vivieron la primera jornada del 41 congreso en la capital andaluza con la mirada puesta en el Tribunal Supremo por la declaración de Juan Lobato. Muchos contenían la respiración por lo que pudiera decir el ya ex secretario general del PSOE de Madrid y la revelación del contenido de la conversación que llevó a la notaría con su compañera Pilar Sánchez Acera, que ha zarandeado el caso de la supuesta filtración de la Fiscalía General del fraude fiscal de la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

Un aire de incertidumbre cubría por la mañana las salas del recinto ferial de Fibes mientras los delegados iban llegando a cuenta gotas. Pero la declaración de Lobato y el análisis que se hizo a lo largo del día llevó a la familia socialista en general a superar el trago y tener la sensación de que pueden estar un poco más tranquilos. En los mensajes, según confiesan en privado dirigentes socialistas, no hay ningún delito.

Y, de hecho, durante las primeras horas de este cónclave, que se alargará hasta el domingo, los socialistas han logrado que cierta normalidad domine un congreso marcado por la investigación sobre el fiscal general, la reciente declaración explosiva de Víctor de Aldama, la imputación del hermano del presidente y el secretario general del PSOE de Extremadura y la citación por parte del juez Juan Carlos Peinado de una asesora de Begoña Gómez en La Moncloa. Todo ello en un panorama también dominado por la catástrofe de la dana en Valencia.

El PSOE, en modo resistencia: "Nos tenemos que concentrar en el congreso"

Asimismo se extiende entre los delegados concentrados en Sevilla la sensación de “resistencia”, como indican fuentes socialistas, ante el ataque de las derechas en los tribunales. “Nos tenemos que concentrar en el congreso”, como confesaba uno de los principales barones del PSOE al cruzar la puerta de entrada. Y es que los socialistas reconocen que el “ruido” que se ha generado ha empañado un cónclave pensado en su día por Sánchez para darle aire a la legislatura y refrescar al partido para aguantar el resto de la legislatura. 

Los socialistas también en privado mostraban su indignación porque se filtraron a los minutos los mensajes entre Lobato y Pilar Sánchez Acera tras la declaración: “¿Quién lo ha hecho? Ahora no se abre ninguna investigación…”. Una alta fuente de Ferraz también recordaba en los pasillos: “Una semana después seguimos esperando las pruebas de Aldama”.

El PSOE trata además de abrirse paso entre el relato desplegado por la derecha política y mediática sobre la supuesta corrupción del Gobierno y del entorno de Pedro Sánchez. Por eso, los principales cargos del partido salen a la ofensiva y ponen el foco en que el origen de todo esto surge de manera paradójica por el caso del fraude fiscal confesado por Alberto González Amador, pareja de Isabel Díaz Ayuso y que trató de llegar a un pacto con la Fiscalía para no acabar en la cárcel.

La vicepresidenta primera y ‘número dos’ del partido, María Jesús Montero, fue la que puso la voz más firme sobre el tema y llegó a acusar al PP de tener un “discurso golpista” al haber pedido a los delegados que derroquen a Pedro Sánchez como secretario general (que será reelegido como líder de nuevo el domingo). Tras señalar que están “tranquilos” en el Gobierno y en el PSOE, la dirigente socialista reivindicó al partido frente al PP y la ultraderecha: “A quien benefician estas acusaciones contra el entorno del presidente es al PP, que hace de vocero de Aldama. Feijóo se convierte en su portavoz”. 

“Las palabras de un delincuente no pueden ser el elemento sobre el que el PP ejerza toda la oposición. Si Feijóo tiene una alternativa de país, que presente una moción de censura. No lo va a hacer porque está solo de la mano de la ultraderecha. Su único proyecto es tumbar a Sánchez”, remachó en una declaración ante la prensa.

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A la espera de que entre el sábado y el domingo se diriman los debates ideológicos y se configure la nueva Ejecutiva federal, el partido abrazó con entusiasmo el discurso del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, que fue uno de los dirigentes que recibió un premio Rosa Manzano entregado por el partido por su labor en favor de la igualdad. Una intervención en la que remachó: “El feminismo ha sido lo mejor que le ha pasado a la evolución de la historia y de la democracia”.

“Queremos una España progresista, sólo depende del PSOE, de nuestra convicción”, lanzó Rodríguez Zapatero, que alineó mensajes para confortar a los socialistas en días difíciles: “Hay que defender con pasión a los compañeros, creemos en un proyecto común”. “En el PSOE la lealtad por toda regla”, concluyó en el acto de cierre de la primera jornada, con la simbólica participación de la histórica dirigente Amparo Rubiales.

En el congreso del PSOE, como ocurre en todas las ediciones, también bulle ya el posible baile de nombres de la Ejecutiva y, sobre todo, el proceso que arrancará a partir del domingo por la noche en las federaciones. No quisieron hablar de su futuro, pero ya desde este viernes las miradas están puestas especialmente en Juan Espadas, que ejerce como anfitrión y líder del PSOE-A, y de Luis Tudanca, cuyo futuro en Castilla y León está en entredicho. Pero no sólo se habló en las esquinas de posibles salidas, y es que también ven dirigentes gestos por parte de Pilar Alegría de saltar a Aragón. Ella ni confirma ni desmiente.

En las acreditaciones que llevan los delegados e invitados en el congreso del PSOE en Sevilla se leen dos palabras: “rojo” y “roja”. Y la tienda de merchandising está dominada por las expresiones “zurdo” y “zurda” nada más entrar al cónclave. Es toda una declaración de intenciones de un partido que busca durante el fin de semana reivindicarse como el gran garante frente al avance de las derechas, mostrar un apoyo cerrado a su líder y capear los frentes judiciales que se han recrudecido en los últimos días.

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