El refranero español puede ayudar: hecha la ley, hecha la trampa. A menudo en política se confunde interesadamente lo legal con lo conveniente o incluso con lo moral. Si la ley lo permite, yo puedo aprovecharme al máximo, retorcer el sentido de la norma, incluso reírme de ella y su espíritu, pero siempre utilizarla en mi favor. Y en favor de mi bolsillo.
Hablamos de Enrique Ossorio, el vicepresidente de Ayuso que no veía pobres por ninguna parte, que faltó al respeto a los familiares de mayores que murieron en residencias mientras la Comunidad impedía que ingresaran en hospitales, el diputado más rico de la Asamblea de Madrid. El que cobra ayudas para que los consumidores vulnerables, esas ayudas para que los que no tienen nada, o casi nada, puedan tener calefacción en invierno.
O de Alfonso Serrano, número dos de Ayuso en el PP, punta de lanza de sus propuestas más agresivas y los ataques furibundos contra la izquierda, que cobra una ayuda mayor, para “vulnerables severos”.
Cuántas veces se han reído de la izquierda que subsidia a los pobres, cuando ellos sólo 'quieren' libertad, mientras por detrás cobraban rápidamente esos subsidios que proceden del Gobierno central. Porque lo grave es esto: aquellos que vienen a la política a dar lecciones, a provocar conflictos, a defender modelos imposibles… hasta que se demuestra que toda su moral es un castillo de naipes que se viene abajo en cuanto alguien, en este caso un medio como infoLibre, consigue abrir un poco la ventana para que corra el aire.
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Analizamos con Alicia Gutiérrez, periodista de infoLibre, el caso.
Ver másEl quinto párrafo: De la cultura de la coalición a la cultura de la autolesión
El quinto párrafo es un podcast de infoLibre dirigido por Daniel Basteiro y hecho en Taller de Ideas.
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El refranero español puede ayudar: hecha la ley, hecha la trampa. A menudo en política se confunde interesadamente lo legal con lo conveniente o incluso con lo moral. Si la ley lo permite, yo puedo aprovecharme al máximo, retorcer el sentido de la norma, incluso reírme de ella y su espíritu, pero siempre utilizarla en mi favor. Y en favor de mi bolsillo.