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La situación en el PP

Rajoy se encastilla para mantener su control férreo del PP hasta después de las generales

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"Me presento porque me lo ha pedido mucha gente, no ningún periódico ni ninguna radio, sino mis compañeros de partido". Dos meses antes del XVI Congreso Nacional del Partido Popular, celebrado en junio de 2008, Mariano Rajoy respondía así a quienes cuestionaban prácticamente a diario su liderazgo y su capacidad para ponerse de nuevo al frente del partido y a aquellos sectores de la derecha mediática que hacían de altavoces del denominado "sector crítico". Ahora, en su entorno, vuelven a recordar esta frase cuando se les pregunta sobre la posibilidad de que el presidente del Gobierno y de los conservadores vaya a emprender un giro en su estrategia para dar cabida a las voces que desde dentro del PP le recomiendan otro tipo de mensajes y caras nuevas para enfilar la recta final hacia las municipales y autonómicas de mayo y las generales de finales de año. De hecho, para disipar dudas, este mismo lunes sostuvo en una entrevista concedida a RNE que salvo "pequeños ajustes""pequeños ajustes" su intención es dejar las cosas como están. Sus palabras vinieron a calmar la convocatoria de la Junta Directiva Nacional para este martes en la sede nacional del partido.

El PP está en campaña, pero su presidente, que en la misma entrevista recordó que será candidato a las generales, también. Y hacer cualquier cambio con unos plazos tan apretados trasladaría el mensaje de que él, máximo responsable de todas las decisiones de la formación, se ha equivocado. "No va a enmendarse a sí mismo", señala un dirigente provincial. Con esta estrategia de cierre en banda a cualquier cambios de calado Rajoy se garantiza, además, el control férreo del partido hasta las generales, salvo catástrofe generalizada en los comicios de mayo. "Todas y cada una de las personas que están ahora en la cúpula del PP están ahí porque Rajoy ha querido. Todas y cada una de ellas tienen el poder que él ha decidido darles. Y le deben lealtad", añade la misma fuente en conversación con infoLibre. Rajoy, que sabe desde la etapa precongresual de 2008 lo que es tener a una parte importante del partido en contra, no quiere dar imagen de que es permeable a las batallas internas de poder en su partido. Sobre todo porque cuando critican a cargos como María Dolores de Cospedal, su secretaria general, le critican indirectamente a él, que fue el que la eligió.

"En el PP, a nuestros presidentes los elegimos en los congresos. Luego son ellos los encargados de conformar sus equipos", señala un veterano diputado. Si nada se tuerce, la idea de Rajoy es convocar un congreso tras las generales de finales de año. Será en este momento en el que el partido aprovechará para renovar sus cuadros internos. Y, si no cambian los estatutos, el presidente de la formación seguirá teniendo la última palabra sobre los equipos. 

Rajoy, "molesto"

Cuentan quienes conocen a Rajoy que está molesto con el "espectáculo" protagonizado esta Semana Santa por el PP de Andalucía y el de Castilla-La Mancha PP de Andalucía y el de Castilla-La Mancha a cuenta de los resultados en las elecciones andaluzas del pasado marzo. "Quienes pretendían con sus presiones que Rajoy modificase sus planes han pinchado en hueso. Y no conocen al jefe. Se equivocará. O no se equivocará. Pero no se deja influir porque está convencido de que las cosas van a ir bien siguiendo el modelo y el equipo que él eligió", dice un cargo de partido no precisamente marianista.

La dirección nacional del partido se temía una revuelta interna con los resultados en Andalucía. Bajar de los 50 a los 33 escaños, 17 menos, ha sido un trago difícil de digerir no sólo para el candidato Juanma Moreno y su equipo de campaña, sino para todos los que van detrás de Moreno y tendrán que presentarse a las autonómicas y municipales del 24 de mayo que temen también pagar en las urnas el desgaste de casi cuatro años de Gobierno del PP. Lo que no se esperaba era una reacción tan dura, con comunicados de por medio, en los que el PP de Cospedal cargaba contra sus compañeros en Andalucía tras el varapalo en las autonómicas. "Tras la dura etapa precongresual de 2008, no habíamos vivido una crisis interna tan dura. Los ataques nos venían de fuera, de la oposición. No de dentro", señala un miembro del Comité Ejecutivo Nacional.

"Una semana entera de ataques"

Fue el pasado viernes cuando la senadora por Toledo y portavoz del PP castellanomanchego, Carmen Riolobos, lanzó una nota de prensa en la que cargaba contra Javier Arenas, aunque sin citarlo: “Los que perdieron en Andalucía, esos que no han ganado nunca o que no se han presentado a unas elecciones o, incluso, que no saben nada de política, se están dedicando a desestabilizar el Partido Popular”. Además, acusaba a esos “perdedores” de filtrar a la prensa “supuestas decisiones” del presidente, Mariano Rajoy, que “sólo existen en su cabeza”. Con la expresión "supuestas decisiones" se refería a algunas informaciones en las que apuntaban a que Rajoy iba a restar poder a Cospedal en la dirección nacional del partido en favor del vicesecretario de Política Autonómica y Local

Fuentes del PP de Castilla-La Mancha defienden que la dirección regional nunca habría tenido esta reacción si durante "una semana entera" no se hubiese enfrentado a "ataques" a la secretaria general desde "varios frentes". Y es que, además de señalar al PP andaluz y a Arenas, desde Castilla-La Mancha apuntan al entorno de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Tanto Arenas como Santamaría mantienen una relación muy fría con Cospedal.

Cargos del partido fieles a Cospedal sostienen que sus rivales en el PP se han encargado de dibujar a una secretaria general despreocupada del partido y centrada en Castilla-La Mancha cuando no es así. Señalan que la implicación de Cospedal en Andalucía fue muy importante, pero que en esa comunidad en la que el PP no tiene antecedentes de gestión, se optó por que primara el desembarco de cargos del Gobierno en lugar de cargos del partido. Además, subrayan que no pasa por alto que Moreno siempre fue el candidato de Arenas y Santamaría y no originariamente el de la secretaria general. "Podríamos haber hecho sangre con eso y nos hemos mantenido callados hasta que el vaso ha rebosado", señala una diputada regional.

Pese a que el terreno en el que se ha desarrollado esta última batalla es el de la resaca de los resultados de las andaluzas, las fuentes consultadas sólo entienden estos enfrentamientos en el contexto del largo plazo. De la toma de posiciones de cara al futuro liderazgo en el PP.

En juego: la sucesión de Rajoy en el PP

El presidente del Gobierno y del PP tiene en mente presentarse de nuevo a las generales y a la presidencia de los conservadores en el próximo congreso nacional. Pero las personas mejor ubicadas para sucederle y sus entornos no disimulan su toma de posiciones. "Por lo que pueda pasar", señala un alcalde conservador que no descarta que esta crisis pueda sufrir "réplicas" en función de los resultados de las municipales y autonómicas del 24 de mayo. 

De hecho, es en este contexto en el que se interpreta la negociación que Cospedal mantuvo con Esperanza Aguirre antes de que esta fuese designada candidata a la Alcaldía de Madrid: si gana, debe renunciar a presidir el partido. Con esto, Rajoy se garantiza que la presidenta del PP de Madrid no liderará una rebelión interna si gana.

No es un secreto que Cospedal y Santamaría son dos de las personas mejor posicionadas para tomar el relevo de Mariano Rajoy junto al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.

Los fieles a Cospedal están convencidos de que las "filtraciones" contra la secretaria general parten de compañeros de partidos preocupados por el hecho de que una victoria en Castilla-La Mancha la convierta en una dirigente "todavía más fuerte" en el PP –recuerdan que consiguió aterrizar en un feudo tradicional del PSOE, algo que no ha logrado todavía del PP andaluz–. Y apuntan al nerviosismo del entorno de Santamaría, que, pese a su acumulación de cargos en el Gobierno, goza de cada vez menos apoyos entre sus compañeros en el Consejo de Ministros –son de su círculo los titulares de Hacienda, Empleo y Sanidad– frente al otro sector liderado por la titular de Fomento, Ana Pastor. Rajoy, mientras, observa el paisaje y lanza el mensaje de que hay Rajoy para rato.El debate sobre el mensaje

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Además del debate sobre las personas, que el presidente del PP parece haber cerrado, en el partido hay otra inquietud. Los cargos de la formación consultados comparten la idea de que el resultado de las andaluzas pone de manifiesto que la idea de la recuperación económica no ha calado en los ciudadanos y que hay que apostar más por la política.

Rajoy sí comparte con los suyos la necesidad de abundar en un discurso más cercano a los electores. Con "más piel", en palabras del propio partido. Pero está convencido, una idea que le ha trasladado su asesor de cabecera, Pedro Arriola, de que el discurso de la recuperación económica va a ser clave sobre todo en su campaña de las generales. Y por ello no va a dejar de insistir. De ahí que se espere que este martes, ante la Junta Directiva Nacional del partido, insista en los datos que, a su juicio, indican que lo peor de la crisis ha pasado además de dar una pincelada de su estrategia de campaña.

En este contexto, Rajoy tiene previsto liderar en los próximos meses la iniciativa del PP y del Gobierno en lo que a la extensión del mensaje de la recuperación económica se refiere. El grueso del paquete de medidas sociales recae sobre Alfonso Alonso, ministro de Sanidad.

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