De la ruta del 'caloret' al tapeo en los bares de los ERE: guía para visitar los grandes hitos del desfalco patrio

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Marbella, año 2006. La corrupción copa las televisiones: la Operación Malaya se extiende desde los telediarios a los programas del corazón. La indignación de la opinión pública ante la trama delictiva crece, pero de forma paralela surge una cierta exotización de los responsables. No es para menos, dada la implicación directa del reciente fallecimiento del expresidente de un club de fútbol y de una tonadillera envuelta en un romance de película.

La mística de lo corruptoencuentra su más directa translación en el nacimiento de una especie de ruta extraoficial, como detalla este artículo de La Opinión de Málaga. En dicha pieza, un taxista local llamado Nicolás Guerrero relataba el creciente interés de los turistas nacionales que visitan Marbella por visitar los lugares más señalados de Malaya: el domicilio de la exalcaldesa Marisol Yagüe, una casa de Juan Antonio Roca próxima a la Delegación de Urbanismo que el otrora mano derecha de Jesús Gil dirigía o, por supuesto, el Ayuntamiento de la ciudad malagueña. “Son muchos los que aprovechan cualquier acto oficial para visitar las dependencias municipales y conocer de primera mano dónde se llevaron a cabo acciones tan importantes como la moción de censura contra el exalcalde de la ciudad Julián Muñoz”, declaraba Guerrero.

La gallina de los huevos de oro

15 años después, este tipo de recorridos se han refinado. Con un matiz mucho más crítico, aunque sin renunciar a los salseos que rodean a estos delitos, el artista barcelonés Erik Harley (1993) organiza recorridos por las grandes catástrofes económico-arquitectónicas de España. Lo hace como parte de su firme labor por dar a conocer el (falso) movimiento artístico que ha calificado como pormishuevismo, con el que trata de explicar “aquella arquitectura que busca superar lo real mediante el impulso constructivo de lo absurdo e irracional”.

Desde su punto de vista, arquitectos, políticos “o incluso algún que otro periodista” pueden llegar a ser artistas pormishuevistas en sus respectivas disciplinas. “Es una actitud ante la vida de llevarse la mayor tajada que puedas sacar de un proyecto, siempre pensado que lo peor es utilizar el dinero público para el beneficio de unos cuantos cuando no hace ni diez años que todos los españoles salvamos a unos bancos”. Harley incluye en esta corriente a todo aquel que “en su posición de poder ha sacado beneficio económico de la voluntad española por mejorar y llegar a un mayor desarrollo”. “Nos han vendido la idea de que estábamos a un único puente, en este caso de Calatrava, del futuro. Entre tú y yo, eso es mentira”, asegura.

El término pormishuevismo es una referencia a Huevos de oro (Bigas Luna, 1993), película en la que el protagonista interpretado por Javier Bardem hace lo indecible por lograr su sueño de construir un gran rascacielos. “Hablar del cine, como en el algún momento de las visitas hablamos también de Marujita Díaz, permite trasladar todas esas personas que han estado construyendo grandes fortunas a una cosa que reconoces o has visto por la tele”, cuenta Harley. El artista recuerda el caso de la presentadora Anne Igartiburu, rostro de la hoy destartalada Ciudad de Vacaciones Marina d’Or. Y si Igartiburu fue la cara visible, Merche fue la voz.

Harley estudió Bellas Artes y posteriormente Geografía, pero a través de un trabajo autodidacta ha acabado hablando de “ingeniería, urbanismo, política, economía y de salsa rosa”. Comenzó hace año y medio en su cuenta de Instagram (@preferiria.periferia), donde subía pequeñas stories en forma de capítulo hablando, por ejemplo, sobre determinados puentes de Santiago Calatrava (el gran pormishuevista).

Está a punto de alcanzar los 40 capítulos en Instagram con una entrega sobre el fútbol titulada De pelotazo en pelotazoDe pelotazo en pelotazo. El número de salidas organizadas es ya de 118, divididas en seis rutas que tienen lugar en cinco ciudades distintas: Barcelona, Marina D’ Or (Oropesa del Mar), Valencia, Benidorm y Madrid. A lo largo de 2021 se unirán Zaragoza, Murcia, Bilbao y Sevilla. Todas estas excursiones, que gestiona a través de su Instagram y de la web, cumplen estrictamente los protocolos sanitarios y el límite de asistentes marcados por cada Comunidad Autónoma.

El proyecto pormishuevista cuenta, además de las rutas e Instagram, con una tercera pata en forma de merchandising del ladrillo. merchandising del ladrilloHarley ultima además su segundo libro: Pormishuevismo a la valenciana, que según puntualiza “no es un libro de cocina”. Por si fuera poco, y como última extensión de su actividad (al menos de momento), el artista prepara un programa de radio en La Casa Encendida titulado Manda huevos.

Del ‘caloret corrupto’ a la ruta gastronómica de los ERE

También en 2006, cuando el turisteo de la corrupción proliferaba en Marbella, el colectivo periodístico Xarxa Urbana inició en València las conocidas como Rutas del Despilfarro. “Un recorrido que trata los fenómenos de corrupción de fondos públicos en la capital valenciana y su Comunitat”, puede leerse en la web de la iniciativa. El recorrido se detiene en lugares de enorme urgencia que quedaron abandonados en detrimento de obras faraónicas. Es el caso del Colegio 103, una escuela pública fabricada con contenedores. La remodelación del puerto para una regata de lujo que lleva años sin celebrarse, la Ciudad de las Artes y las Ciencias o por supuesto el circuito de Fórmula 1 son algunas joyas de la corona de las cuales la ruta no se olvida.

Xarxa Urbana ha organizado otras expediciones por la corrupción valenciana. En abril de 2016 llevaron a cabo la visita Tras las huellas de Rita. Del caloret corrupto al peso de la justicia. Por ese entonces el cerco legal se estrechaba sobre la excalcaldesa de València, que fallecería en noviembre de ese mismo año, apenas dos días después de declarar en el Tribunal Supremo como imputada por un delito de blanqueo de capitales. Curiosamente, una de las paradas del recorrido era el Estudio de Arquitectos de Calatrava. Porque Calatrava y València fueron uno durante el mandato de Barberá.

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Como última propuesta, no podemos dejar de recomendar alguna ruta gastronómica. Es cierto que en este caso sería recomendable esperar a una mejora de la situación sanitaria, pero estimular el paladar aunque sea a través de la imaginación nunca está de más. Sobre todo si estamos pensando en Andalucía. En 2013, el periodista Agustín Rivera proponía una fascinante ruta sevillana por los bares de los ERE. Desde el bar de Mercasevilla (económico menú a 7,50€), la autodenominada “gran lonja de los productos frescos” convertida en “gran lonja de la corrupción andaluza”, hasta el selecto bar El Parlamento, donde el exdirigente sindicalista Juan Lanzas se codeaba con la jet set sevillana.

Rivera recomienda visitar también el bar El Caramelo, uno de los múltiples establecimientos que frecuentaba Francisco Javier Guerrero (exdirector general de Trabajo y Seguridad Social de la Junta de Andalucía, así como uno de los cabecillas de la trama). Según Rivera, en El Caramelo Guerrero se reunía con Juan Francisco Trujillo, su chófer, para tomarse un par de copitas después del trabajo. Conviene recordar que, según el auto que condenó a Guerrero a casi ocho años de prisión, el exdirigente andaluz llegó a desviar 1,3 millones de euros destinados a ayudas públicas a Trujillo en un solo día. Este declaró que su antiguo compañero de correrías le enviaba ese dinero para que ambos se costearan “cocaína, fiestas y copas”.

De unas vacaciones familiares por las ruinas de Marina D’ Or a una despedida de solteros en la noche sevillana, el turismo por la corrupción española se adapta a cualquier público objetivo (no tanto al contexto pandémico). Eso sí, el común de los mortales no podemos disfrutar de estos viajes con todos los gastos pagados.

Marbella, año 2006. La corrupción copa las televisiones: la Operación Malaya se extiende desde los telediarios a los programas del corazón. La indignación de la opinión pública ante la trama delictiva crece, pero de forma paralela surge una cierta exotización de los responsables. No es para menos, dada la implicación directa del reciente fallecimiento del expresidente de un club de fútbol y de una tonadillera envuelta en un romance de película.

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