El futuro del PSOE
Sánchez ignora a Podemos y centra todo su ataque en Rajoy: “A quien teme el PP es al PSOE”
Toda la artillería contra el PP. Toda. Y ninguna mención explícita a Podemos. Sacando pecho del "orgullo" de la marca, de la identidad "socialista" y "de izquierdas". Pedro Sánchez buscaba arengar a sus huestes, reunidas en Valencia, para insuflarles ánimo, lanzar la precampaña y fijar como adversario principal la derecha, y no otra cosa, convencido de que "a quien teme el PP es al PSOE".
En el secretario general había recaído todo el protagonismo de una Conferencia Autonómica, celebrada en el Palacio de Congresos de Valencia y desvaída en parte por la ausencia de la baronesa andaluza, Susana Díaz, enferma de gripe. Y lo que Sánchez quiso trasladar a los suyos era oxígeno, "ganas de ganar a la derecha", porque en eso nadie "gana al PSOE". Prefirió olvidarse del aliento en la espalda de la formación en auge en las encuestas –y, según este sábado se vio en Madrid, también en las calles– para dirigir todo el foco en el PP y reivindicar la "otra forma de hacer" de los socialistas. Lema, precisamente, de esta convención. Su apuesta le salió rentable: su discurso, animoso, enérgico, sobre todo en el trayecto final, recibió el aplauso de sus compañeros, que de cuando en cuando le aclamaban con gritos de "¡presidente, presidente!". A ellos se dirigió, para reclamarles "unidad, fortaleza y salir a por todas" en todos los comicios que quedan por delantes, desde las andaluzas a las generales. En ningún caso se postuló como candidato a la Moncloa. Sánchez sólo ejerció de secretario general.
Unidos y fuertes. Lo dijo desde el arranque de su intervención, de casi 40 minutos, leído con la ayuda de teleprompter. "Salimos de esta Conferencia fuertes y preparados, con ideas sólidas, con voluntad de trabajo duro y honesto, con equipos solventes y comprometidos, con un proyecto claro de país y una agenda del cambio para conseguirlo. Tenemos ambición de una España mejor y aquí se ha visto. En nuestros 130 años de historia siempre nos presentamos a las elecciones con ánimo de ganar, de gobernar. Y nuestro reto sigue siendo hoy el mismo: ganar. Y lo vamos a conseguir. Seremos la primera fuerza en España en mayo. Nuestro partido es un partido de ganadores".
Las encuestas, sin embargo, están a la contra, y no está nada claro que el PSOE recupere la posición de primera plaza, ni tan siquiera que sea la fuerza hegemónica de la izquierda. De los ciudadanos depende, reconoció, decidir quién vence en unos comicios. "Pero lo que sí depende de nosotros es ganar en ganas de ganar". O sea, nada de venirse abajo pese a que lleguen malos datos. Porque frente a quienes defienden a los más pudientes, el PP, y los que "pescan en el río revuelto del desencanto", en alusión indirecta a Podemos, podrán batir a los socialistas, aseguró.
El "plan contable" de Rajoy
Sánchez endosó a la derecha y al Ejecutivo de Mariano Rajoy todo el cúmulo de males del país. Gobierna España como quien gestiona un "plan contable", cuando lo que necesita es un "plan ético, asentado en los principios de igualdad, libertad, dignidad y convivencia". Intenta imponer su "catecismo ideológico" para convertir "derechos en mercarcías y que sus amigos hagan negocios", para recortar derechos y quitar "hasta la libertad de protestar". "No es la crisis, siempre fue la derecha", remarcó. La derecha que "perdona" 4.000 millones de euros de impuestos a las grandes corporaciones y se lo quita a los parados, la que salva a la banca y permite desahucios. "Y nosotros decimos que si hay dinero para rescatar a los bancos, lo debe haber para rescatar a familias y autónomos". Por eso en los balances que hagan los socialistas siempre contará, prometió, la "dignidad" de los ciudadanos, que han sido "defraudados, engañados y maltratados" por el PP.
Frente a esa derecha contrapuso el secretario general la alternativa socialista. Sus "causas", las que se incorporarán al contrato ciudadano que el PSOE firmará allí donde gobierne a partir de las autonómicas y locales del 24 de mayo y tras las generales del otoño. A saber: crear "buen empleo", combatir la desigualdad y rearmar moralmente la política. Sánchez glosó propuestas ya conocidas: derogar la reforma laboral –la "reforma de la pobreza laboral y la falta de derechos", como indicó en Washington a la directora gerente del FMI, Christine Lagarde–, aprobar un nuevo Estatuto de los Trabajadores que "cierre las puertas al despido", prohibir las amnistías fiscales, luchar contra la "explotación" de los trabajadores. Mostrar a los españoles, en fin, "el camino de la igualdad, la justicia y la esperanza", y de que es posible suscribir un nuevo contrato "con la clase media trabajadora" –el sector a quien siempre se dirige– para hacer verdad "la España de las oportunidades", para "refundar el capitalismo" y ponerlo "al servicio de la gente.
Más caña al PP: la derecha, dijo, "equivale a desigualdad", y pretende hacer creer que España ha de elegir entre economía y bienestar, entre crecimiento y derechos, entre recuperación y "derechos de ciudadanía", y "no es cierto". "Los socialistas decimos que esa es la trampa neoliberal que no estamos dispuestos a aceptar". Quieren, reiteró, una recuperación "justa" que combine "mercado y democracia, competitividad y derechos laborales, crecimiento y cohesión social". Y esa "economía para la igualdad" exige, para Sánchez, una "política firme ante los poderosos", ante quienes hay que decir "no". "No" a bancos rescatados con dinero público, "no" a fondos buitres, "no" a salarios "de escándalo" de ejecutivos, "no" al auxilio a las autopistas de peaje...
"Nosotros sí estamos orgullosos de ser de izquierdas"
El secretario general se centró posteriormente en el contraste. En esa "otra forma de hacer" que pretendía predicar la Conferencia Autonómica. Eso supone "gobernar con rigor" y "con decencia". "Esa otra forma de hacer se llama socialismo y ser socialistas es ser de izquierdas, y nosotros sí estamos orgullosos de ser de izquierdas", proclamó. "Orgulloso" de las ideas y valores del PSOE, de los compañeros "que lo dieron todo, incluso la vida", de los que pelean día a día para proteger derechos y cambiar sus pueblos y comunidades. Aquí fue donde Sánchez tocó la tecla de la emoción de sus compañeros, y donde reivindicó el ADN del partido y el corazón "de izquierdas". No era una evocación gratuita, sino una lanza (indirecta, eso sí) a Podemos, quien rehúye las etiquetas de izquierdas y derechas.
"Esa es la política en la que creo, la política limpia, la política decente y eficaz para servir a la mayoría de los españoles que reclaman un cambio seguro", subrayó. Otra muletilla, la del "cambio seguro", que utiliza para oponerse a la formación de Pablo Iglesias. Ya lo habían expresado ante el plenario los coordinadores de la conferencia, Meritxell Batet y Antonio Pradas, que a su vez presentaron las conclusiones del cónclave [consúltalas aquí en PDF]: el PSOE ofrecerá a los ciudadanos una "alternativa seria, solvente y contrastada" al PP, porque la suya es la "alternativa de la izquierda acreditada". Es la izquierda que "apela a la inteligencia y no a las entrañas", que es "un sentimiento pero no sentimentaliza", que da "razones y no soflamas", había enunciado Batet.
Tercer eje de propuestas, tras empleo y desigualdad: el rearme moral de la políica, el compromiso de "reformar" las instituciones y fomentar la participación ciudadana, porque la democracia no es sólo "convocar elecciones cada cuatro años", sino "hablar y escuchar, proponer y recibir propuestas, criticar y recibir críticas cada día". Ahí encajó Sánchez la referencia a la España federal que defiende el PSOE y la promesa de "transparencia" y de los "bolsillos de cristal".
El PSOE exhibe cada vez que tiene la ocasión que tiene propuesta, frenta a la ausencia de medidas de los de Iglesias. Representa la izquierda que no sólo puede, sino quiere, y así lo dijo hoy el jefe: "Se terminó el cuento de la derecha. La política puede si la política quiere. Y nosotros queremos".
Recuerdo a González y Zapatero
También como contraste con Podemos, al que no aludió nunca directamente, recordó (y reivindicó) que los socialistas no parten "de cero", ya que los grandes "avances" que ha dado España los ha emprendido de la mano de unas siglas, las del PSOE, y con dos "nombres propios: Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero". El auditorio correspondió el gesto con una fortísima ovación y puesto en pie.
"Por eso nunca lo olvidéis: a quien teme el PP es al Partido Socialista. Y ¿sabéis por qué nos temen? Porque mientras exista el Partido Socialista, habrá millones de personas defendiendo la libertad, la igualdad y la justicia social". Sánchez venía a expresar otra idea recurrente: que al PP le interesa fragmentar a la izquierda, dando oxígeno a Podemos, para debilitar al PSOE, consciente de que así tendría más fácil ser primera fuerza.
El secretario general reconoció que "hay quien dice que no son tiempos fáciles". Una asunción de que el partido sigue hundido en las encuestas, tal vez desnortado. Pero "nunca lo hemos tenido fácil", añadió, a renglón seguido. Una especie de remake del "no estamos tan mal" de Zapatero, en aquel congreso en 2000 que ganó por la mínima. Sánchez recordó que en todos esos momentos complicados, el PSOE ha logrado "resistir y avanzar", aguantar el chaparrón: en la dictadura, en la clandestinidad, luchando contra el terrorismo.
El líder encadenó con un mensaje para su parroquia: unidad, nada de divisiones, justo tras semanas de intenso ruido interno. "Siempre hemos sabido unirnos en torno a unos mismos objetivos y principios. Hoy os pido lo que siempre hemos hecho: unidad, fortaleza y salir a por todas, salir a ganar". A ganar, primero, Andalucía –"Nos vamos a volcar para ayudar a Susana [Díaz] y al socialismo andaluz"– y el resto de comunidades y ayuntamientos, y también Cataluña en septiembre y las generales en el otoño. "Opongamos el miedo a la esperanza", enfatizó.
Y un último mensaje, también en clave de "orgullo", de ánimo a las tropas: "Si alguien os pregunta por qué somos socialistas, por qué hay votar socialista, decidle que no se pregunte por qué sino por quién". Por los parados, los jóvenes, los mayores, las mujeres, los pequeños empresarios, las familias en riesgo de desahucio, los hijos que merecen "un futuro mejor". "Por todos ellos, por la libertad, la igualdad y la justicia social, ¡somos y seremos socialistas!", culminó, a grito pelado, enérgico y relajado. El público, que se había ido calentando según avanzaba en su discurso-arenga, se lo devolvió con una ovación y, de nuevo, en pie.
Puig también apela al corazón socialista
Antes que Sánchez, le hizo de telonero el líder del PSPV y anfitrión de la conferencia, Ximo Puig. El candidato a la Generalitat destacó que Sánchez ha acudido más veces a la Comunitat Valenciana en cien días que Rajoy en lo que va legislatura. "Rajoy ya no viene: para Rajoy somos un activo tóxico; para el PSOE somos un activo potente de cambio", apuntó. Puig agradeció al secretario general su compromiso "real" con la región y por devolverle "día a día" esa "deuda histórica del cariño" que padece. "Cuando a Pedro le pedimos recursos de inconstitucionalidad contra los recortes de los valencianos, los pone; cuando pedimos apoyo para la nueva financiación, Pedro hace que el grupo parlamentario lo apoye", subrayó, y eso "son hechos, no palabras", informa Europa Press.
Puig también quiso manifestar el orgullo socialista, por un partido "con ideas más nuevas" que ninguno otro, que en Valencia lleva 20 años, todos los que hace desde que el PP está al mando, diciendo "no". "Hemos dicho que no a la corrupción, a la liquidación de cajas, al cierre de Canal 9, a la especulación, al copago o a la privatización de hospitales". Por eso, "ahora os digo que esta Comunitat quiere pasar página, porque es urgente que haya cambio, y para eso debe ganar el PSPV".
"A este partido salimos a ganar, a ser la primera fuerza política de este país". El líder del PSPV, miembro también de la ejecutiva federal, apeló al largo pasado del PSOE. "Me hice socialista aprendiendo de mis mayores y de la historia, y más socialista con los Gobiernos de España y de la Generalitat, porque las ideas hacen cambiar la historia y porque crearon el Estado del bienestar, mejoraron las pensiones y la situación de las mujeres, por eso me siento orgulloso", incidió. "No somos infalibles, pero sí incansables en defender nuestras posiciones e ideas, en la lealtad a la libertad y en las convicciones democráticas, en la voluntad de cambiar las cosas, en ganar al PP, porque esa es nuestra meta", remató.
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