Seis consecuencias del ‘dedazo’ de Rajoy en el PP de Andalucía

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Desde este miércoles a las 16.30 horas, Juan Manuel Moreno Bonilla es el único candidato que concurrirá a relevar a Juan Ignacio Zoido al frente del PP andaluz. Esto ocurrirá los días 1 y 2 de marzo en Sevilla en presencia del presidente del partido y del Gobierno, Mariano Rajoy, y de su secretaria general, María Dolores de Cospedal.

En un intento de escenificar que sí, que pese a la tormenta previa él es el hombre que cuenta con más apoyos en la formación regional con más militantes del partido, Moreno, un hombre que trabaja con Ana Mato como secretario de Estado de Asuntos Sociales y que ha pertenecido a los equipos de Javier Arenas y de Soraya Sáenz de Santamaría, presentó 9.000 avales. Para cubrir este trámite, le habría bastado con 90, los que establecen los estatutos.

Hasta la mañana del pasado martes, nadie en el partido se atrevía a aventurar el desenlace de esta historia que colea desde hace meses. Tras dos intentos frustrados de la secretaria general de colocar a José Luis Sanz como candidato de consenso, una llamada de Rajoy cuando quedaban 24 horas para el fin del plazo de presentación de avales echó por tierra todas las tesis, todos los análisis y todos los planes que no fueran los suyos.

El PP se tiene por un partido muy disciplinado y, una vez que Rajoy ha sentenciado, no se temen mayores problemas. Hay un solo candidato y éste llega con el compromiso de integrar a todos, por lo que la crisis del PP andaluz parece cerrarse.

Lo que sí queda son los daños colaterales. Sus consecuencias y cómo estas han afectado o afectarán al mapa de poder en el partido y el Gobierno. A continuación, se repasan algunas de las más importantes.

1. La secretaria general pierde las riendas

Tuvo que ser una llamada de teléfono la que frenara el tercer intento de José Luis Sanz y sus partidarios, entre los que se cuentan Juan Ignacio Zoido y Cospedal. En la noche del lunes, el entorno del todavía secretario del PP andaluz y alcalde Tomares (Sevilla) lanzaron de nuevo el mensaje de que la formalización de su candidatura estaba al caer. Y que, de hecho, ya había reunido los 90 avales necesarios. 

Rajoy, que ya había testado con su círculo más próximo que Sanz no reunía los apoyos suficientes en Andalucía, en la dirección nacional y en el Gobierno, levantó el teléfono para recordarle a Cospedal que los planes eran que sólo hubiera un candidato y que éste iba a ser Juan Manuel Moreno. Quería dejarlo todo atado antes de partir a Turquía de viaje oficial. Ambos quedaron en que sería la secretaria general la que oficializara la designación al interesado. 

No fue hasta la mañana del martes cuando Juan Manuel Moreno recibió una llamada de la dirección nacional. Pero no fue de Cospedal, sino de Carlos Floriano, vicesecretario de Organización. La número dos del PP delegó en éste el traslado del mensaje de Rajoy. Este gesto es interpretado de forma casi unánime como la confirmación definitiva, primero, de que el secretario de Estado de Asuntos Sociales no era el candidato de Cospedal y, segundo, de que la relación entre ambos no es nada buena.

En la mañana del miércoles, cuando Moreno ofreció una rueda de prensa tras presentar sus avales fue preguntado si había hablado con Cospedal. Su respuesta fue un no.

2. Arenas reclama su papel en el futuro del PP andaluz

Arenas abandonó la presidencia del PP de Andalucía en 2012. Pero nunca ha dejado de estar pendiente del día a día de esta comunidad en la que lo fue todo y desde la que aupó a Rajoy en sus horas más bajas de liderazgo. Ahora, con la elección de Moreno su protagonismo en Andalucía cobra más fuerza. 

Las fuentes consultadas subrayan que el secretario de Estado de Asuntos Sociales es un hombre próximo a Arenas, pero no es de su círculo de confianza. No obstante, atribuyen al vicesecretario de Política Autonómica y Local la capacidad para haberse puesto del lado de la persona a la que Cospedal no apoyaba. Es este, pues, el elemento clave que ha convertido a Moreno en un protegido de Arenas ante los ojos de Rajoy y del resto del partido.

Lo que queda demostrado, por si alguien tenía dudas en el PP, es que su presidente sigue escuchando al hombre con el que compartió consejos de ministros en los gobiernos de Aznar. Todo, pese al desgaste al que ha sido sometido desde el estallido del caso de los papeles de Bárcenas, después de que desde su propio partido se le señalase como uno de los interlocutores entre Rajoy y el extesorero del partido.

Quien también parece haberse labrado los apoyos de Andalucía para un futuro –es una comunidad autónoma clave por su número de militantes– es la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. La vicetodo, como la llaman en el partido, trabajó codo a codo con el futuro líder del PP andaluz en su etapa en la oposición y desde entonces mantienen una relación excelente. Un sector del PP, ubicado en Madrid, considera que su opinión fue muy tenida en cuenta por Rajoy. Lo mismo sostienen de Jorge Moragas, el jefe de gabinete de la Presidencia del Gobierno.

Los dirigentes consultados interpretan que, llegado el momento de la sucesión de Rajoy en el partido y planteada una hipotética batalla entre Cospedal y la vicepresidenta, esta última ya se habría garantizado los apoyos de la potente organización andaluza.

3. El partido espera un gesto de Rajoy tras la desautorización de Cospedal

Pese a que la intervención de Rajoy derribó los planes de Cospedal para el PP andaluz, su entorno coincide en que la continuidad de la secretaria general no corre peligro. Esto no es inconveniente para que sean no pocas las voces que dentro del PP consideran que el presidente debe lanzar cuando antes un mensaje de apoyo a su número dos para trasladar que cuenta con su total confianza y que es ella la que se encarga del día a día. ¿Es compatible este mensaje con el ya trasladado de que nada se mueve hasta que Rajoy dice la última palabra? "Es complicado. Pero Rajoy es así y ya le conocemos", subraya un diputado.

En clave interna, este mensaje serviría para hacer llegar a los cargos públicos del partido que es a ella a la que tienen que dirigirse para cualquier cuestión relacionada con la organización de la formación. Y, puertas afuera del partido, intentaría desactivar las críticas que puedan llover desde la oposición. María Dolores de Cospedal es también presidenta de Castilla-La Mancha y, desde que accedió al cargo, los socialistas la acusan de desatender a su comunidad por estar más pendiente de lo que ocurre en la sede nacional del PP.

Hace casi un año, cuando sus compañeros cargaban contra su gestión del escándalo de los papeles de Bárcenas, la secretaria general del PP protagonizó un desayuno informativo en Madrid. Fue presentada por Mariano Rajoy, quien defendió su gestión en unos momentos tan complicados. "Es una magnífica secretaria general", dijo.

4. Rajoy está de vuelta... en el PP

Cuentan en el PP que esto no ocurría con José María Aznar, que celebraba los tradicionales maitines de la dirección nacional del partido en La Moncloa cuando gobernada. Pero el presidente del Gobierno, desde que ganó las elecciones, dejó el partido en manos de Cospedal y, salvo en una ocasión, no ha vuelto a presidir un Comité de Dirección. "El presidente, al Gobierno; el partido, para Cospedal", resume un miembro del Ejecutivo. Quizá por esto, analizan algunos cargos del partido, la sucesión en el PP andaluz ha sido tan tortuosa.

Fuentes del Gobierno subrayan que, ahora que la situación económica está "más encauzada", Rajoy puede haber decidido volcarse más en el partido. Vienen fechas claves como las elecciones europeas. Y después toca poner en marcha toda la maquinaria para las municipales y autonómicas. La intención es que lo ocurrido en Andalucía con su futuro candidato a la Junta no se repita.

La poca dedicación de Rajoy al partido ha sido una de las críticas internas que más se han escuchado desde que preside el Gobierno. 

5. las batallas que vienen

Ligado al punto anterior está el hecho de que el Partido Popular tenga que tomar importantes decisiones sobre listas electorales y candidaturas en los próximos meses. Sin plantearlo como un duelo entre Rajoy y Cospedal, pocos en el PP tienen dudas de que la secretaria general seguirá intentando acaparar cuotas de poder.

La cita más inmediata son las elecciones europeas, que se celebrarán el 25 de mayo. La elaboración de la lista se abordará en las próximas semanas si Rajoy, tal y como le sugieren desde Europa, quiere ir al Congreso del PP Europeo que se celebrará los días 6 y 7 en Dublín con un cabeza de lista.

Tampoco se descarta que la dirección nacional del partido tenga que intervenir en la discusión generada en el PP de Euskadi. El próximo 8 de marzo, los conservadores vascos ratificarán a Arantza Quiroga como presidenta del partido. Este miércoles se cerró el plazo de presentación de avales y no tiene rival. El problema está en los nombres que integrarán su candidatura, concretamente en el número dos. La sucesora de Antonio Basagoiti reflexiona estos días sobre la idoneidad de Iñaki Oyarzábal para continuar en su cargo. Que sea apeado de este puesto es algo que no comparte el PP de Álava, presidido por Alfonso Alonso, portavoz del PP en el Congreso de los Diputados y uno de los hombres de máxima confianza de la vicepresidenta.

También este mismo miércoles se abrió un posible frente: Navarra. Los socialistas navarros amagaron con la presentación de una moción de censura si Yolanda Barcina, la presidenta regional desde 2011, de Unión del Pueblo Navarro (UPN), no dimite en un plazo de 15 días. La moción de censura, en caso de que finalmente se presente, tendría todas las opciones de prosperar, ya que la oposición es mayoritaria en el Parlamento foral. El nuevo Ejecutivo convocaría elecciones anticipadas para el 25 de mayo.

El PP de Navarra lo preside un perfecto desconocido, Enrique Martín de Marcos, que llegó al partido tras la marcha de Santiago Cervera. No está claro si cuando fue proclamado presidente del partido, Rajoy pensaba también en él como cabeza de lista en la comunidad foral. El PP sólo tiene 4 diputados de 50 en el Parlamento foral. 

6. Portazo a la democracia interna

Las demandas de mayor democracia interna en el PP han vuelto a caer en saco roto. Este proceso ha sido todo un ejemplo.

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La semana pasada, después de dos intentos sin éxito de ubicar a Sanz al frente del partido, Cospedal se desplazó a Sevilla para presidir la Junta Directiva Regional que convocó el congreso de los días 1 y 2 de marzo. Previamente, en una reunión con los presidentes provinciales, se había acordado que habría un solo candidato avalado por Rajoy. Y así ha ocurrido.

El martes, la dirección nacional del partido se encargó de trasladar el mensaje de que Juan Manuel Moreno contaba con el respaldo del presidente. Sanz, que habia amagado con rivalizar contra el secretario de Estado, dio un paso atrás en la mañana del miércoles poco antes de que Moreno presentase sus 9.000 avales.

Obviando que todos esos datos ya se conocían, desde Ankara, el presidente del Gobierno manifestó que no veía mal que hubiese más de un candidato.

Desde este miércoles a las 16.30 horas, Juan Manuel Moreno Bonilla es el único candidato que concurrirá a relevar a Juan Ignacio Zoido al frente del PP andaluz. Esto ocurrirá los días 1 y 2 de marzo en Sevilla en presencia del presidente del partido y del Gobierno, Mariano Rajoy, y de su secretaria general, María Dolores de Cospedal.

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