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Los socialistas cierran filas con Sánchez en torno al rey sin las discrepancias de la era Rubalcaba

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Apenas cuatro meses han pasado, pero las cosas han cambiado. Entonces, el 11 de junio, el Grupo Socialista de Alfredo Pérez Rubalcaba sufrió tres fugas de voto en la Ley de Abdicación del rey Juan Carlos, en un debate en el que penetró de lleno la disyuntiva monarquía o república. Ahora, 16 de septiembre, el Grupo Socialista de Pedro Sánchez se ha mantenido unido, sin fisuras, en torno a un debate de fondo semejante: si es pertinente o no que los ciudadanos se pronuncien acerca de la forma política del Estado. No hubo abstenciones ni ausencias intencionadas, como ocurrió antes del verano. Este martes el PSOE rechazó en bloque la convocatoria de un referéndum sobre la monarquía que pedía Izquierda Plural, y unió sus votos a los del PP. 

El resultado de la votación, cerca de las 21.30 horas, fue este: 274 rechazos a la iniciativa promovida por IU-ICV-CHA (PP, PSOE, UPyD, Foro Asturias y Unión del Pueblo Navarro), 26 síes (Izquierda Plural, PNV, Amaiur, ERC, BNG, Compromís-Equo, Geroa Bai y Nueva Canarias) y 15 abstenciones (CiU y Coalición Canaria). El convergente Carles Campuzano apoyó la moción por error. Y los socialistas que se separaron de su grupo en junio (el guipuzcoano Odón Elorza, que se abstuvo, y el balear Guillem García y la gallega Paloma Rodríguez, que faltaron) acataron la disciplina de voto. No funcionó, por tanto, que IU llamara a los diputados del PSOE a votar en conciencia. Todos se acogieron a la directriz marcada por Sánchez, ausente por cierto en el pleno del Congreso, dado su viaje de dos días a Estrasburgo. 

Elorza prefería que el PSOE se hubiera abstenido y se hubiera diferenciado del PP, pero rehusó salirse de la disciplina de voto. "Para no perjudicar a Pedro Sánchez y a sus cien días de gracia". "Tal y como está el partido, no podemos rasgarnos tampoco en discrepancias a la primera de cambio", explicaba posteriormente a este diario. 

Un bipartidismo "enrocado en desoír" a los ciudadanos

Fue el diputado Alberto Garzón quien defendió la moción consecuencia de la interpelación al Gobierno que él mismo protagonizó el miércoles pasado. El texto de IU-ICV-CHA apelaba al Ejecutivo a hacer uso del artículo 92 de la Constitución, que establece que las "decisiones políticas de especial trascendencia" pueden ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos. Plebiscito que tendría que ser convocado por el rey, mediante propuesta del presidente del Gobierno, autorizado este por el Congreso. 

Garzón explicó que el artículo 92 es la forma de "abrir la puerta a un cambio radical" en las instituciones, ante la "falta de democracia" en España, una de cuyas últimas muestras fue la reforma de la Carta Magna en 2011, cocinada por los dos grandes partidos para embridar el déficit y la deuda. 

En el texto de la moción, y en la intervención en la tribuna, Garzón se remitió al referente de la Constitución republicana de 1931, por su carácter "modernizador", y porque representaba los valores de "participación" y de modificación de raíz del sistema. Ese republicanismo que hoy defiende su grupo, como el de entonces, "no se refiere sólo a la ausencia de un rey", sino "sobre todo a un principio democrático", el que todo debe quedar bajo el "control del poder popular". Algo que, a su juicio, no ocurre en la España actual, donde los mercados teledirigen la política, "chantajean y sobornan las políticas públicas" que se aprueban en las Cortes. Todo ello con una monarquía reinante "hereditaria, inviolable, profundamente protegida por el bipartidismo, implicada en corrupción y enchufismo", que le ha llevado incluso al suspenso en las encuestas. La receta, concluyó, es la apertura de un proceso constituyente, para que el país se dote de instituciones que impidan "los matrimonios felices de la élite política y económica", y se maximice la participación ciudadana, porque democracia no es "votar cada cuatro años". 

Como ya hiciera la semana pasada en su interpelación ante la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, Garzón arremetió contra un "bipartidismo" que ve "enrocado" en "desoír la voluntad del pueblo", parapetándose en argumentos jurídicos para negar la posibilidad de un referéndum "consultivo" sobre la monarquía

No se puede "trocear la Constitución"

Garzón se encontró con la comprensión del PNV, BNG, ERC o Amaiur, pero también con el rotundo rechazo de PP, PSOE y UPyD, principalmente. La posición de los socialistas fue defendida por la catalana Meritxell Batet, secretaria de Estudios y Programas de la ejecutiva de Sánchez. La diputada hiló una intervención especialmente dura con IU. Acusó al parlamentario por Málaga de querer "confundir", al parangonar la república con la excelencia democrática. "Y Suecia es más democrática que Rusia y el Reino Unido, más republicana que Egipto". Le culpó de querer "trocear la Constitución" para acordarla por mayoría simple. Le combatió porque su propuesta "ataca la esencia del constitucionalismo, la esencia del republicanismo". Le endosó, en fin, hablar "con ligereza" y hasta "menosprecio" de la Ley Fundamental de 1978.

Batet, igual que hizo Rubalcaba en junio para defender el apoyo del PSOE a la Ley de Abdicación, se remitió a la célebre intervención de Luis Gómez Llorente en los debates de la Comisión Constitucional, en 1978. El diputado fijó la posición del partido para la posteridad: afirmó "la esencia republicana del socialismo", pero también el compromiso de sustentar a la Corona si esta defendía la democracia. "Si democráticamente se establece la monarquía, en tanto sea constitucional, nos consideraremos compatibles con ella", enunció Gómez Llorente, y recordó hoy la parlamentariadel PSC. "Todos cedimos y llegamos a un buen pacto para este pueblo que sufrió tanto". La monarquía parlamentaria española es "más democrática que muchas repúblicas y más republicana que muchos países en los que la Jefatura del Estado la ejerce un presidente en lugar de un rey". 

La diputada insistió en que lo que pretende IU es diseccionar la Constitución, al separar la cuestión de la Jefatura del Estado del resto de la Carta Magna. "Pertenecemos a dos organizaciones con gran tradición sindical, y sabe que los convenios colectivos no se trocean". Ante esa opción, el PSOE plantea la suya: reforma constitucional, modelo federal, "mejorar el pacto de convivencia", buscar la "regeneración democrática de todas las instituciones, profundizar en el Estado del bienestar". Y la monarquía también entra en ese lifting, porque debe ser "más transparente, austera y ejemplar". 

Para cambiar la Constitución, recordó, se necesita "más que una mayoría simple", se requiere "un nuevo consenso". "No entiendo la necesidad de deshonrar a nuestros padres para honrar a nuestros abuelos. Procuremos todos estar a la altura de nuestros padres", los que alumbraron el pacto de 1978, remachó. Al finalizar el pleno, Elorza aplaudió la intervención de su compañera, por haber plantado cara al "sectarismo" de Garzón. 

"Lobos bolivarianos con piel de cordero republicana"

El PP, como cabía esperar, fue aún más duro en su reprimenda a Garzón. "Hacía tiempo que no asistía a un ejercicio de oratoria tan maniqueo, demagógico, simple y tan infantil como el suyo. Ha subido a darme lecciones de democracia, ustedes que soportan la historia universal de la infamia política", le lanzó Pedro Gómez de la Serna nada más subir a la tribuna, enlazando la cuestión del referéndum con un espantajo que recurrentemente agitan los conservadores: el comunismo. El diputado apuntaló la argumentación de Sáenz de Santamaría: es "ilegal" acudir al artículo 92, porque no se puede utilizar ese precepto para impulsar un cambio medular en la Constitución, como no se puede tirar de él "para derogar derechos fundamentales". Hay que ir por la vía del artículo 168. La iniciativa de IU es "fraude de ley", arreó sin miramientos. "Si quieren una reforma constitucional, vayan a ella. Pero como no tienen respaldo suficiente, pretenden un atajo".

Gómez de la Serna también observó un "fraude político" en Izquierda Plural, al presentar la república como el "bálsamo de Fierabrás". En la "voluntad" del grupo de Cayo Lara, dijo, está "derribar" el régimen de 1978 para "sustituirlo por una democracia sustantiva de carácter socialista". "Lobos bolivarianos con piel de cordero republicana, eso nos han traído aquí", despachó, despectivo. "Nunca gobernarán España ni traerán la república", auguró. 

Aplausos de PNV, ERC, BNG y Amaiur

UPyD cayó igualmente en la ridiculización de la iniciativa de Garzón. Carlos Martínez Gorriarán calificó de "falacia" y de "reduccionismo infantil" identificar república como la mejor forma de Estado. La formación magenta, aseguró, no está en contra de que se consulte a los ciudadanos sobre la forma política del Estado, pero siempre y cuando se incluya dentro de un paquete completo de reforma constitucional. El diputado emplazó a IU a aclarar qué sistema republicano quieren. "Si su modelo es la Venezuela chavista, no lo oculten, díganlo". 

La izquierda parlamentaria sí apoyó, y con ganas, a IU-ICV-CHA. "Robaron a nuestros padres el derecho a decidir entre un monarca heredado de la dictadura y la república", arrancó Joan Tardà, de ERC, para acusar a los partidos "decadentes" de robar a los ciudadanos el "derecho a decidir". La diputada del BNG Olaia Fernández Davila o el parlamentario de Amaiur Sabino Cuadra también sacaron a colación el derecho de autodeterminación. Una incidió en la necesidad de que los ciudadanos participen en decisiones trascendentes, el otro, en su esperanza de que se proclame la primera república vasca. 

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La intervención del portavoz del PNV, Aitor Esteban, fue más templada, pero compartió los argumentos de IU-ICV-CHA. Recordó que la república "nunca tuvo una oportunidad" en 1978 porque no estaba sujeta a discusión por la presión del aparato franquista. Y en 40 años tampoco ha sido discutida, ni siquiera en el momento de la abdicación de Juan Carlos en su hijo, Felipe VI. Esteban, además, le echó en cara que no haya hecho "ningún gesto" que permita "aventurar que su reinado será distinto", dando respuesta a las "aspiraciones de las naciones" del Estado. 

CiU se quedó en tierra de nadie, en la abstención, la misma opción que en junio. Su portavoz en el pleno, Montserrat Surroca, fue quien más introdujo el debate catalán en la sesión. "Ante la pregunta de monarquía o república, nosotros respondemos Cataluña". La diputada insistió en que Cataluña "quiere votar, ser oída, ser dueña de su futuro" y esa es la prioridad de los convergentes, no la cuestión de la Jefatura del Estado. 

Apenas cuatro meses han pasado, pero las cosas han cambiado. Entonces, el 11 de junio, el Grupo Socialista de Alfredo Pérez Rubalcaba sufrió tres fugas de voto en la Ley de Abdicación del rey Juan Carlos, en un debate en el que penetró de lleno la disyuntiva monarquía o república. Ahora, 16 de septiembre, el Grupo Socialista de Pedro Sánchez se ha mantenido unido, sin fisuras, en torno a un debate de fondo semejante: si es pertinente o no que los ciudadanos se pronuncien acerca de la forma política del Estado. No hubo abstenciones ni ausencias intencionadas, como ocurrió antes del verano. Este martes el PSOE rechazó en bloque la convocatoria de un referéndum sobre la monarquía que pedía Izquierda Plural, y unió sus votos a los del PP. 

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