26M | 'Superdomingo' electoral
Las tensiones entre las 'dos almas' del PP complican a Pablo Casado la recta final hacia las elecciones del 26M
Si Pablo Casado pensaba que con su gesto de este martes, haciendo autocrítica de los pésimos resultados del 28A y enseñando los dientes a Vox y Ciudadanos, iba a calmar las aguas en el Partido Popular, se equivocaba. Los barones le han dado una tregua, al menos hasta el 26M. Pero la recta final hacia la triple jornada electoral no va ser fácil para el jefe de los conservadores.
El líder del PP fue elegido presidente del partido en primarias, algo que, en teoría, debería ser una vacuna contra las críticas internas cuando no ha cumplido ni un año en el cargo. Pero sólo en teoría. Para un partido político no hay mayor elemento distorsionador que una derrota electoral, y como la de Casado ha sido contundente, el nerviosismo se ha instalado en la organización mientras todos los sectores esperan un milagro en forma de mejores resultados en las municipales, autonómicas y europeas.
Este jueves, esas tensiones afloraron de forma clara mientras Casado presenciaba los actos centrales del Dos de Mayo, fiesta de la Comunidad de Madrid. En el PP siguen coexistiendo dos almas enfrentadas. Y a Casado la batalla le pilla en medio. Barones regionales, de un lado. Aznaristas y aguirristas, de otro.
Esperanza Aguirre, expresidenta de la Comunidad de Madrid, es una de las representantes del PP de los "principios y valores" que Casado enarboló en la campaña que le llevó a presidir el partido. Y este jueves, 48 horas después de que el jefe de los conservadores viviera uno de los comités ejecutivos más duros de la historia de la formación, con intervenciones pidiendo un cambio de rumbo, se plantó en la Puerta del Sol para disparar contra Mariano Rajoy, uno de sus blancos favoritos. Pero también para darle un tirón de orejas a Casado.
Rajoy y el mitin de Elche
Aguirre, que hacía dos años que no acudía a esta fiesta —se la invita en calidad de expresidenta de la Comunidad de Madrid— no quiso esta vez perderse la cita. Fiel a su estilo, no huyó de las cámaras e hizo su análisis de la situación.
A su juicio, todo el PP tiene la culpa de los malos resultados electorales y de la fragmentación de la derecha en tres partidos. Pero si hay que buscar el origen del punto en el que todo se torció, ella ve a Rajoy en la foto. A su juicio, el inicio del fraccionamiento del partido tiene una fecha: abril de 2008. Y una ubicación geográfica: Elche (Alicante).
Cansado de que Aguirre y su entorno intentaran debilitar su liderazgo y torpedear su candidatura al XVI Congreso Nacional del PP, Rajoy aprovechó un mitin en esa ciudad alicantina para enseñar la puerta de salida del PP a aquellos que quisiesen ir al partido liberal o al conservador. Días antes, la lideresa había puesto en duda la solidez ideológica del expresidente del Gobierno apuntando que ella entendía que los "socialdemócratas" estuviesen más cómodos con Rajoy.
Tras la mención a Rajoy, Aguirre no esquivó las preguntas sobre el giro de Casado hablando de Vox como partido de "extrema derecha" o recordando que su líder, Santiago Abascal, había vivido años de "chiringuitos y mamandurrias". Los "chiringuitos" en los que Aguirre le hizo un hueco cuando rompió con el PP vasco. Son "un error" esas críticas, dijo Aguirre, porque pueden perjudicar las opciones del PP en las autonómicas y municipales.
"Ella fue su jefa [de Casado]. Pero se le olvida que ahora él es el presidente electo del partido y que si algo le viene mal es que hasta ella hurgue en la herida de la división interna que hay desde el congreso extraordinario y que se ha agudizado tras el batacazo de las generales", valora un dirigente conservador en conversación con infoLibre.
Una "patada a Abascal" en el "trasero" de Aguirre
"Casado ha querido dar una patada a Abascal en mi trasero", explicó gráficamente Aguirre sobre las críticas del líder del PP a Santiago Abascal. "Ella ha querido dar una patada a Rajoy en el trasero de Casado", reinterpretaba la frase un líder provincial que lamenta que el aguirrismo y el aznarismo estén intentando ganar ahora, con Casado como líder, lo que perdieron en el congreso del PP de 2008. A esta cita Rajoy llegó muy debilitado, pero como único candidato después de una campaña en la que Aguirre y sus fieles cuestionaron prácticamente a diario su capacidad para seguir liderando el partido.
Mientras el jefe de los conservadores veía cómo la expresidenta —a la que se supone de su máxima confianza— le lanzaba estos dardos, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, no desaprovechó tampoco la ocasión para, una vez más, recordarle a Casado que se había equivocado.Casado
El único presidente autonómico del PP que gobierna con mayoría absoluta subrayó que había habido "un error de estrategia" y de "posicionamiento político" durante la campaña de las generales.
"Por el hecho de que un partido como Vox iniciaba su recorrido electoral, cambiamos las estrategias y dejamos de ser quien somos", añadió en la rueda de prensa posterior a la reunión semanal con su Ejecutivo, según informa Europa Press.
Feijóo ve "desproporcionado" culpar a Rajoy
"Somos el partido del centro y la derecha en España, pero si solamente somos el partido de la derecha dejamos de ser el partido del centro. Y por ahí entraron los centenares de miles de votos de Ciudadanos. Insisto, creo que nuestra estrategia no fue la más correcta", aseguró Feijóo.
Preguntado sobre las declaraciones de Aguirre, consideró "desproporcionado" vincular la derrota de Casado a "un equipo que sacó el doble de escaños que el actual" en los comicios de 2016.
Desde el País Vasco, el líder de los conservadores de Gipuzkoa, Borja Sémper, apostaba en una entrevista concedida a ETB por hacer una reflexión "seria y profunda" dentro de su partido. Además, no descartó que Casado pueda seguir siendo el líder de los populares, siempre que emprenda ese camino de "estabilidad y serenidad". Sémper es candidato a la Alcaldía de San Sebastián.
¿Una estrategia de doble filo?
En medio de estas tensiones, la dirección nacional del PP parece estar preparando el terreno para lo que pueda pasar el 26M. Así, deslizan que si en la campaña de las elecciones generales Casado no cargó contra Cs y Vox no fue por beneficiarse él, sino para no perjudicar a los barones y candidatos municipales que tras el 26M tendrán que sentarse a hablar con los candidatos de estos dos partidos para llegar a pactos.
Dirigentes territoriales consultados por este diario aseguran que en ningún momento trasladaron a Génova la petición de que no se entrase a responder a las críticas de los partidos de Albert Rivera y Santiago Abascal. "Todo lo contrario. Hemos dicho pocas veces que nosotros no somos como Vox ni como Ciudadanos. Y que muchas de las cosas que aseguran defender en exclusiva las lleva defendiendo el PP desde hace décadas", asegura un líder provincial.
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El lunes, a las 13.00 horas, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe a Casado en la Moncloa como primera toma de contacto tras las elecciones generales. Una cita en la que, como ha informado este diario, el líder del PSOE pondrá a prueba la viabilidad de reconstruir puentes con PP y Cs en temas de Estado tras meses de bloqueo.
En un momento de máxima competición entre PP y Cs, la dirección nacional de los conservadores considera que "por el bien de España" verían con mejores ojos un pacto de Gobierno entre Sánchez y Rivera antes de que el PSOE pacte con Podemos y los independentistas.
Uno de los ejes de la campaña del PP ha sido el de criticar que en Cs no son de fiar y que, al final, el partido naranja se echaría en brazos de Sánchez para llegar a la Moncloa. Ahora, no ven con malos ojos la idea de un acercamiento entre ambas formaciones. Todo, para que Ciudadanos se distancie del espacio político del centroderecha.