UNA DANA MORTÍFERA

Tractores, camiones y grúas, el bien más preciado para limpiar el desastre

Una excavadora retira los escombros de una calle de Massanassa (València), este lunes

El despliegue de bomberos y militares es desde este lunes mucho más evidente en los 69 municipios afectados por la dana de la semana pasada. Buena parte de los voluntarios han vuelto este lunes a sus puestos de trabajo habitual y el relevo lo han tomado los efectivos oficiales, aunque quienes permanecen en la zona indefinidamente son los operarios de tractores, grúas, camiones y cualquier vehículo pesado que ayude a retirar los escombros, el principal estorbo para que funcionen los servicios de asistencia.

Los locales comerciales y las viviendas bajas han sacado toneladas de madera, metal y basura a las aceras para garantizar una mínima higiene en los locales y esas pilas de muebles y electrodomésticos, llenos de barro, se amontonan ahora en las calles y dificultan el paso de las ambulancias y otros vehículos.

Como los bomberos y la Unidad Militar de Emergencias están centrados en vaciar garajes y trasteros inundados, son los voluntarios los que se encargan de cargar con excavadoras y grúas los escombros o los coches que se apilan en la calle. Aunque la organización de estos trabajos está en manos por los cuerpos de emergencias, que dan las instrucciones a los voluntarios de dónde meter las grúas y los camiones.

Un agricultor de Jaén, José Miguel Martínez, ha dejado a medias la siembra para viajar a la zona cero con tres empleados y llevar un tractor y otros vehículos pesados. Dice que fue el primero en llegar de fuera al desastre porque tuvo que usar su maquinaria para despejar la incorporación de la autopista a Massanassa (València), una de las localidades situadas en el epicentro de la tormenta. "Un amigo que vive aquí me mandó un vídeo el martes por la noche y el agua subía dos metros. Cogí las máquinas y el miércoles a las doce de la mañana ya estábamos aquí. Llevamos trabajando seis días, y lo que haga falta", declaró este lunes.

Con su tractor se pasa el día arrastrando coches para despejar las calzadas, y no sabe ni cuántos ha movido ya. En la zona oeste de Masanasa, junto a la Rambla del Poyo, ha montado con otros tantos voluntarios un cementerio de coches donde se cuentan por cientos,. Incluso los han apilado unos encima de otros para tener más espacio. La gran mayoría están destrozados y son siniestro, pero también hay algunos que han sobrevivido a la tormenta.

Martínez señala un Opel en mitad del descampado que sirve de desguace y que solo está abollado en un lateral. "Joder, a ese me le han dado un golpe [otro tractor], mira que dije que lo cuidaran, que estaba perfectamente", dice. Trata cada uno de los coches que lleva como si fuesen suyos.

Como este, hay otros desguaces improvisados en la zona. Javier Muñoz, un conductor de grúas de tráfico de Teruel, llegó el viernes a Massanassa con una grúa y dos plataformas, y desde entonces se dedica a retirar coches para facilitar las labores de rescate. Con la calma del lunes, cuando ya las calles empiezan a estar despejadas, han empezado a llamar a los dueños de los vehículos aparcados para que vengan a retirarlos porque algunos de los que estaban bien aparcados incluso arrancan.

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Cuando no son los coches, son los escombros los que cortan las calles, y ahí entran en juego las excavadoras y los tractores, que levantan la basura y la depositan en camiones para sacarla de la zona. Una vecina de Massanassa pide que se hagan más esfuerzos para despejar las calles: "Necesitamos que las limpien para empezar poco a poco a recuperar la normalidad". En algunos puntos de la zona afectada, estas montañas de desechos generan fuertes olores y cada día que pasa es más probable que se conviertan en focos de enfermedades, según los epidemiólogos.

Los voluntarios ya habían conseguido este lunes limpiar las grandes avenidas de los municipios cercanos a València y los accesos estaban más despejados que el fin de semana. De esta manera que las labores de limpieza de escombros llegan poco a poco a la maraña de calles que atraviesan estos pueblos, que es donde está la gran mayoría del trabajo.

Un grupo de agricultores de L'Horta Nord, una comarca del norte de València, lleva desde el miércoles arrastrando escombros y vehículos con una treintena de tractores, y reconocen que la situación ha mejorado desde los primeros días. "Empezamos sacando coches de los garajes y dejándolos en la calle, pero desde el domingo ya podemos arrastrarlos y sacarlos de la ciudad", cuenta uno de ellos.

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