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Crisis del coronavirus

La vacuna logra desligar la curva de contagios de la de muertes: sin noticias de una cuarta ola de fallecidos

Una sanitaria ante la zona de urgencias del Hospital La Fe de Valencia.

La gráfica es inequívoca. Desde finales de marzo, el número de muertos diarios por covid-19 en España por fecha de defunción se mantiene estable, en torno a los 60-70. Sin embargo, la incidencia (casos/100.000 habitantes) de los últimos 14 días ha escalado desde los 129 del 22 de marzo a los 235 de este lunes. Es la primera vez en toda la pandemia en que no hay una relación entre el crecimiento de la tasa de contagios y el de fallecimientos, que suele reflejar varias semanas después lo que se puede comprobar en la curva de casos. Además, desde hace semanas el número de decesos diarios es el más bajo desde principios de agosto. En diciembre, aún sufriendo las consecuencias de la segunda ola, España reportaba entre 140 y 190 muertes diarias con el mismo nivel de incidencia.

Los especialistas, aún con cautela, lo atribuyen al avance de la campaña de vacunación: la inmensa mayoría de sanitarios y mayores en residencias ya disfrutan de la segunda dosis, y la primera inmuniza aunque sea parcialmente a más del 99% de los mayores de 80 años del país: los más vulnerables. 

Teniendo en cuenta que suelen pasar unas semanas entre un aumento de los contagios y su reflejo en la estadística de fallecidos, las cifras aún pueden empeorar si se mantiene el lento crecimiento de la incidencia durante una muy atenuada cuarta ola (en comparación a las que la preceden), sobre todo en territorios más comprometidos, como la Comunidad de Madrid, Euskadi o Navarra. Pero los datos indican que algo ha cambiado, quizá para siempre si lo permiten las nuevas variantes del SARS-CoV2. A mismo nivel de incidencia, menos impacto en la salud de la población. Los trabajadores de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) ya están empezando a notarlo, aunque aún siguen con mucha presión: las plantas de críticos tardan en descongestionarse. No es fácil salir de un cuadro grave de covid. El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (Ccaes), Fernando Simón, cree que la ocupación máxima se alcanzará "a mediados de la semana que viene" a pesar de que los nuevos ingresos, igual que los fallecidos, se han estabilizado mientras la incidencia subía.

La aún lenta pero progresiva pérdida de la gravedad de la pandemia gracias a la campaña de vacunación, que ha inmunizado parcialmente al 99% de la población de más de 80 años, al 64,6 del tramo etario de 70 a 79 y al 45,2% de entre 60 y 69, se nota en las UCI. "La sensación que tenemos es que ha bajado la edad media de ingresados en críticos, quizá por debajo de los 60 años. Creemos que ha bajado en gran parte porque los pacientes de mayor riesgo tienen una protección que antes no tenían", explica Alejandro Rodríguez, médico intensivista y responsable del Registro COVID-19 de la Sociedad Española de Medicina Intensiva (Semicyuc). Esta bajada repercute en la mortalidad, aunque aún queda para poder analizar el cuadro completo de la cuarta ola. "Tenemos más gente joven que habitualmente sufren de obesidad o de hipertensión. Suelen tener una buena evolución". También tienen casos de mayores de 70 años, pero suelen haber contraído el virus pocos días después de vacunarse, por lo que aún no contaban con defensas: o mayores de 80 años que rechazaron el suero "por miedo", como señalan desde el hospital Clínico de Málaga.

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Simón explicó este lunes que los datos que maneja Sanidad de la semana pasada apuntan a que se ha reducido tres años la edad media de los ingresados en UCI. "Probablemente en los próximos días podremos ver una reducción de edad mayor", aventuró. La cifra, explicó, "da más esperanzas de que las personas que entran tengan un pronóstico mejor y menos probabilidad de fallecer". Además, la edad media de los fallecidos también está cayendo, aunque más lentamente: han registrado una reducción "desde alrededor de los 82 años a los 79 que estamos teniendo". Los indicadores, resumió el director del Ccaes, son "signos de esperanza", pero no se salió del guion: "tenemos que ser prudentes". 

Por su parte, la jefa del Servicio de Medicina Intensiva del hospital Germans Trias (Badalona), Pilar Ricart, cree que el promedio de edad ha bajado un poco, pero que la vacunación también se está notando en las hospitalizaciones, que han bajado hasta colocarse a la par que las UCI del centro. Coincide también con Rodríguez en el perfil de los enfermos. "La obesidad puede ser otro factor de riesgo. Hay más pacientes con neumonías graves que son obesos. Cuando veamos esto en perspectiva seguro que esto ha jugado un perfil importante". Aún quedan muchos menores de 60 años con patologías asociadas, como diabetes o problemas cardiovasculares, por vacunar, por lo que se debe mantener la tensión.

Con todos los peros, las cautelas y las puntualizaciones que suele añadir, Simón aseguró este lunes que "la evolución de la epidemia no va a llevarnos a situaciones como las que vivimos durante la segunda y la tercera ola". Siempre que las medidas se mantengan y que la campaña de vacunación avance tan bien como hasta ahora, sin retrasos en las entregas de las farmacéuticas que comprometan el objetivo del Gobierno. Puede que la cuarta ola, mucho más débil que las anteriores y que podría empezar a remitir a partir de la semana que viene, sea la última antes de la llegada de la nueva normalidad de verdad.

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