Dos meses después de la noche electoral del 23 de julio, en la que Pedro Sánchez volvió a demostrar que más vale un buen manual de resistencia que una victoria sin aliados, la vida sigue igual. Así se desprende del barómetro del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) de septiembre, el primero que se publica tras los comicios generales, que pronostica una victoria del PSOE, con el 33,5% de los votos frente al 31,7% que lograría el PP, con Sumar en tercera posición con el 11,9% de los sufragios a escasa ventaja de Vox, que obtendría el 11,1%.
Un sondeo que se basa en 10.104 entrevistas y se ha realizado entre el 1 y el 12 de septiembre, en plena tormenta por la amnistía a los encausados del procés que demandan los partidos independentistas catalanes para dar su sí a la investidura del candidato socialista y a escasos días de que se celebre el pleno de investidura del candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, que previsiblemente no contará con los apoyos suficientes para alcanzar el Gobierno del Estado.
La repetición electoral también es otro de los elementos que aborda el instituto que dirige José Félix Tezanos, habida cuenta de que la investidura de Sánchez también está en el aire y la propia hemeroteca, ya que en los últimos ocho años a cada elección general le ha sucedido una repetición. En ambas ocasiones el resultado no fue muy diferente del anterior, escaño arriba o escaño abajo, pero solo se llegó a un acuerdo a la segunda.
En política se suele dar por hecho que el electorado castiga a quien considera culpable de esa repetición y premia a la víctima del bloqueo, que en este caso sería el PSOE, ya que el PP no tiene opciones de gobernar. El CIS apunta en esa dirección: el 26,8% de los encuestados asegura que votaría al PSOE si se repitiesen las elecciones, mientras que el 22,8% lo haría por el PP. Quién más acusaría el desgaste sería Vox, que bajaría hasta el 6,7% de apoyos, mientras Sumar sacaría el 12,2%
Los votantes ultraderechistas son los que más se arrepienten de su voto. Un 13,2% de los encuestados afirma que habría votado a otro partido de haber sabido cuáles iban a ser los resultados, un porcentaje que en el caso de Sumar asciende al 9,5%, mientras que en el caso de PSOE y PP ese porcentaje se reduce al 5%. Con todo, el escenario de bloques que dibuja el CIS se asemeja al del pasado 23J, con una ligera ventaja de la izquierda, que obtendría el 45,4% de los votos, frente al bloque de la derecha, que conseguiría el 42,8%.
"Llevamos cinco años con un práctico empate entre izquierda y derecha"
El doctor en Sociología y director de Opinión Pública y Estudios Políticos de Ipsos España, José Pablo Ferrándiz, se sirve de los datos CIS para concluir que el empate entre bloques continúa tras el 23J y que esa tendencia se mantendría en caso de repetición electoral. "Llevamos cinco elecciones consecutivas con un práctico empate entre izquierda y derecha. Un nueva repetición electoral a lo mejor podría dar algún escaño más a la derecha y permitirle sumar esos 176 diputados, pero la realidad sigue siendo la misma. En todos estos años los españoles están manifestando a través del voto una realidad mucho más plural de los que algunos partidos quieren identificar", apunta en conversación con infoLibre.
El experto cree que es pronto para concluir que los votantes del PSOE, por un lado, y del PP, por otro, no penalizarían la posible amnistía o la investidura fallida de Feijóo pero recuerda que en campaña electoral los pactos de Sánchez con las formaciones independentistas estuvieron muy presentes y el socialista ganó casi un millón de votos respecto a 2019. "Se está manifestando una intención de voto muy similar a la de hace dos meses, cuando se aludía a cuestiones como ETA, Cataluña o los indultos", recuerda.
Un aspecto en el que también se detiene Eduardo Bayón, politólogo y consultor en comunicación política. "Estas elecciones llegan tras el primer gobierno de coalición, que se ha sustentado en los pactos con formaciones como Esquerra Republicana, Bildu o el PNV. Es verdad que ahí no estaba Junts, pero el votante del PSOE tenía claro que en caso de necesidad para la gobernabilidad del país su partido no iba a tener inconveniente en llegar a acuerdos con ellos de nuevo", reflexiona. Aún así, al igual que Ferrándiz, cree que es "prematuro" extraer conclusiones sobre los efectos que pueden tener algunas decisiones políticas como la amnistía, porque todavía no se han materializado.
Ferrándiz también cita un estudio de la Fundación BBVA sobre cultura política realizado por Ipsos en el que la principal conclusión es que los votantes siguen apostando "por el multipartidismo" y "los gobiernos de coalición. "A pesar de todo lo que se ha dicho sobre este gobierno y las fricciones incluso que ha habido entre el PSOE y Sumar, la gente manifiesta que los prefiere a las mayorías absolutas. A mí me parece significativo".
El 26% de los electores decidieron su voto en la última semana de campaña
La mayoría de los encuestados, el 61%, tenía decidido el partido o la coalición que iba a votar antes del inicio de la campaña electoral, pero más de un tercio de los electores, el 38,5%, tomó la decisión en esos quince días. La última semana fue decisiva para el 26%, un dato llamativo si se compara con los comicios de 2019, en el que ese porcentaje se situó en el 16%. A juicio de los expertos, esto demuestra la importancia que tienen las campañas electorales y recuerdan que el PP protagonizó una "errática" última semana.
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Ferrándiz se detiene en esa brecha de diez puntos para explicar que fue ahí donde se produjo el "cambio en las expectativas de algunos partidos" como el PP y de "algunas empresas demoscópicas" como Gad3, que pronosticaban una holgada mayoría de Núñez Feijóo, al que daban, como mínimo, 150 diputados "Parecía que las campañas electorales se daban por amortizadas, pero esos últimos siete días fueron decisivos para la movilización de una parte del electorado izquierda y la desmovilización de una parte de la derecha", asegura el sociólogo, al tiempo que nombra algunos de los errores del candidato popular como su ausencia del debate de RTVE o la mención expresa a Marcial Dorado como "contrabandista".
Para la experta en comunicación y analista política Verónica Fumanal en elecciones de "alta volatilidad" las campañas electorales "son fundamentales" porque "ayudan a sedimentar tendencias". "Estos últimos días han salido voces críticas con la campaña de Feijóo que aseguran que, si se hubiera hecho de otra manera, se hubiera evitado su amarga victoria", señala. "Lo cierto es que el PP planteó una campaña de mayoría absoluta sin tener en cuenta a su rival, y como el PSOE es una gran maquinaria electoral, con un candidato que nunca da nada por perdido y que pelea cada voto", analiza.
Bayón cree que el principal error del PP fue creerse las encuestas que ya anticipaban una mayoría absoluta y permitirse errores impropios de un candidato de la oposición, como su ausencia del debate con Sánchez, Yolanda Díaz y Santiago Abascal, que dejó a este último el representante del bloque de la derecha. "La mayoría de sondeos fallaron porque dibujaban un escenario previo con un clima muy particular que era el de los resultados del 28 de mayo de las elecciones municipales y autonómicas. Evidentemente creo que a estas alturas la estrategia del PP estuvo lastrada por una percepción de la información o del clima electoral errónea", asegura.
Dos meses después de la noche electoral del 23 de julio, en la que Pedro Sánchez volvió a demostrar que más vale un buen manual de resistencia que una victoria sin aliados, la vida sigue igual. Así se desprende del barómetro del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) de septiembre, el primero que se publica tras los comicios generales, que pronostica una victoria del PSOE, con el 33,5% de los votos frente al 31,7% que lograría el PP, con Sumar en tercera posición con el 11,9% de los sufragios a escasa ventaja de Vox, que obtendría el 11,1%.