Lecturas infalibles
Pablo Remón abraza la gran novela con 'Submundo', 'Las correcciones' y '2666'
“Mejor tenerlos ya leídos”, bromea Pablo Remón (Madrid, 1977) al explicar que Submundo, de Don DeLillo, Las correcciones, de Jonathan Franzen y 2666, de Roberto Bolaño son libros que apenas tienen 20 años, pero que en “el futuro serán lo que llamamos clásico”. ¿Y por qué esta declaración? Estas largas novelas tienen en común la descripción de historias de ficción que impactan y horrorizan: “Son tres libros abundantes, barrocos, excesivos, donde cabe todo y casi todo. Donde lo importante no es el argumento sino el mundo enorme que construyen”.
El guionista, dramaturgo y director aconseja al lector, en la sección veraniega de infoLibre en la que varios escritores recomiendan un clásico literario, invertir el “tiempo y la disposición que muchas veces solo es posible encontrar en verano” para acercarse a las obras sugeridas. Submundo lo leyó, de hecho, durante los meses de calor, mientras escribía una serie de televisión que no le “interesaba lo más mínimo”. Por la tarde se “sumergía en la prosa de DeLillo” como “vacuna”: “Es un libro gigantesco, que cuesta tiempo leer, pero que lo compensa con creces”. El autor neoyorquino retrata la historia oculta a partir de aquellos círculos secretos de los que depende el desarrollo del futuro, como las agencias de espionaje o la política encubierta de las instituciones. Con un recorrido cronológico inverso, el novelista observa el aturdimiento del ser humano y la muerte, tanto colectiva como individual, de la sociedad contemporánea; a pesar de que detecta un halo de esperanza en la iniciativa propia.
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El retrato de la sociedad lo presenta también Franzen en Las correcciones, otra de las novelas propuestas por el autor de la película No sé decir adiós (2017) o la obra teatral 40 años de paz (2015) –por la que fue finalista a mejor autor revelación de los premios Max–. No obstante, Jonathan Franzen realiza esta descripción en otro plano diferente: crea una crítica social mediante dramas íntimos familiares y relaciona el estado de insatisfacción que sobrepasa emocionalmente a los personajes –resentimiento, envidia, egoísmo– con la situación del mundo. Remón admite que esta historia familiar le impactó mucho emocionalmente.
Y, eso mismo, el impacto de las hojas, pero de 2666, es lo que mejor recuerda el dramaturgo sobre su experiencia con esta última obra: “empachado y enfermo de Bolaño” tuvo que realizar la lectura en dos partes, porque el libro del chileno Roberto Bolaño son, en realidad, cinco novelas con una relación común, los feminicidios de la Ciudad Juárez. “Creo que hay unas cien páginas en la mitad del libro que son una especie de peaje o impuesto que hay que pagar si uno quiere llegar al asunto”, señala el autor de la obra teatral El tratamiento (2018), incluida en el libro compilatorio Abducciones (2018), propuesto por el también director teatral Juan Mayorga en esta misma sección.
El interés por la temática de novela negra o el retrato tragicómico que aparece en la selección del entrevistado no es casual: su pieza Los mariachis (2018) describe, en tono humorístico, la España vacía, la crisis económica o la corrupción. Además, la comedia negra Mammon (2018), de Nao Albet y Marcel Borràs, que recomienda Pablo Remón, utiliza el relato mitológico para abordar la cruenta guerra de la actual Siria: trata de mostrar cómo la corrupción devora a los hombres cuando traspasan el límite de los excesos, aunque plasma, a su vez, ápices de optimismo. Es “libre, divertida, viva, con brío y con garra”, que es uno de los aspectos que más valora él mismo en el teatro.