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Bajar los impuestos (a los más ricos) nos empobrece

Miguel Gorospe

Demandas absurdas en momentos de guerra

Estamos en unos momentos especialmente graves desde el inicio de la democracia en España, desde la creación de la Unión Europea.

Hemos sufrido una crisis enorme, consecuencia de una pandemia que se inició hace dos años, con toda la población española y la europea recluidas durante meses, sin poder tener una actividad económica normal, no habiéndose todavía alcanzado el PIB per cápita de 2018.

Esta situación tan grave obligó a los países europeos a crear ayudas económicas a los sectores más perjudicados en 2020 y 2021, a muchísimas personas y empresas, hasta llegar a poner en marcha, por primera vez, unos fondos para la recuperación económica que han provocado en Europa un enorme endeudamiento, que habrá que empezar a devolver dentro de 6 años.

Se demandaba más apoyo a la sanidad, más servicios para acabar pronto con la pandemia. Estas ayudas y apoyo económico se podían financiar gracias a los impuestos, si bien España tiene un déficit tributario crónico por una presión fiscal alejada de la media europea (en concreto, en 2019 era un 6,9% del PIB inferior a la media ponderada de la Unión Europea de los 27).

A partir del verano de 2021 se produjeron una serie de subidas del precio de la energía que tuvieron su origen en distintos factores:

- Estructurales, por la absurda forma marginalista de fijar los precios de la energía.

- Fortuitos, por la falta de viento en Europa durante muchas semanas o la parada de la tercera parte de los reactores nucleares en Francia.

- Coyunturales, por la reactivación postpandemia y por la subida de los precios del gas y el carbón que todavía no se relacionaban con la estrategia rusa de invadir Ucrania y obtener una baza importante con el precio del gas.

Y ahora, con la guerra en Ucrania, el inmenso problema económico que teníamos y que empezaba a disiparse por la reactivación económica, el resurgir se vino abajo.

Y, a partir de aquí, se entró en barrena con el nivel de insensateces fiscales que empezaron reclamar algunos partidos: se empezó a hablar de dar más apoyo a las empresas, a las familias, a la energía, al transporte, aumentar el presupuesto de defensa... y al tiempo ¡que había que bajar impuestos!

¡Pero si todas las ayudas, a ERTES, a sanidad, a vacunas, ayudas en el consumo de energía, subvenciones a los carburantes, etc… solo salen de los impuestos!

Las bajadas de impuestos que prometía Rajoy en su campaña, antes de entrar en el Gobierno, se convirtieron en más de 40 subidas de impuestos en el IVA, IRPF, Sociedades, Impuesto especiales, etc.

La cacareada bajada de impuestos de la Comunidad de Madrid ha supuesto un beneficioso ahorro para las grandes fortunas, al tiempo que se endeudaba la Comunidad. Se han perdonado a los más ricos 53.000 millones de euros, mientras se ha creado una deuda pública de casi 35.000 millones de euros. O sea, se perdonó impuestos a los ricos y ahora lo debemos todos los madrileños.

Con la actual presión fiscal no se pueden bajar los impuestos si queremos tener un Estado de bienestar. Y sí se puede pedir a los más ricos un mayor esfuerzo fiscal: una subida a las grandes fortunas

La razón es muy fácil de entender: con la actual presión fiscal no se pueden bajar los impuestos si queremos tener un Estado de bienestar. Y sí se puede pedir a los más ricos un mayor esfuerzo fiscal: una subida a las grandes fortunas.

Para bajar impuestos, antes hay que reducir el fraude fiscal, el fraude laboral, revisar los beneficios fiscales, etc. Y para ello es imprescindible que el Ministerio de Hacienda ponga en marcha la contratación de personal para acercarnos a los niveles europeos, tal y como se ordenó en la Ley contra el Fraude Fiscal y que se está incumpliendo, que prometía contar con una inspección laboral similar a la europea y reducir los beneficios fiscales estériles.

Cuando tengamos una presión fiscal similar a la europea, nuestro paro bajará y al aumentar el empleo y los demás parámetros, entonces se podrán poner en marcha bajadas de impuestos.

Es una gran trampa hablar de bajar impuestos cuando la realidad es que hasta que no tengamos unos ingresos fiscales similares a los de la media europea, es decir con un incremento cercano al 7% de PIB, no será posible hablar de bajar impuestos. Y menos ahora con los gastos sobrevenidos de la pandemia, la energía, la guerra, etc.

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Miguel Gorospe es coordinador de la Plataforma por la Justicia Fiscal.

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