Siempre cayéndonos del guindo…

“Dime con quién vas y te diré quién eres”.

De nuevo hemos caído del guindo,  pesar de todos los avisos y todas las alarmas, las señales cegadoras y los ademanes que se esforzaban en “dejarnos caer del caballo”.

Ahora resulta que la luminaria mediática, que era o pretendía ser el envanecido señor Inda, y que era invitado un día y otro y otro… a que nos descubriera la exclusiva de turno era “papel de plata”.

Y el señor García Ferreras, periodista de capilla bendecida desde las alturas que no descansaba nunca, se dejaba “informar” por el tal señor Inda que, muy pronto, ya no daba el pego, salvo que te dejaras.

Y las estrategias sotto voce seguían funcionando, sin tregua, planificadas, contra cualquier intento desde la izquierda que amenazara desestabilizar el andamiaje del poder, y por eso mismo se decidió mentir, acosar y derribar el intento alternativo de Podemos, “por tierra, mar y aire”. Y ahora nos caemos del guindo.

Con caídos por la gran trama, como lo fue el periodista de raza Cantera, cuando le sucedió su defenestración intempestiva cuando empezó a tener más audiencia que el citado Ferreras

Y en la orilla de enfrente se forjó otro invento, el de una derecha “civilizada, centrada, de andar por casa”, tal y como pretendían endilgarnos con la aparición “mariana” de Ciudadanos. Así como sin querer hacer sangre, desangrando cualquier escora hacia la izquierda. Como ha confesado el señor Caño, de El País, que hicieron todo lo que pudieran por “amigar” al PSOE con C´s, con tal de descabalgar a Unidas Podemos con todas las triquiñuelas barriobajeras puestas al servicio de la causa desde las cloacas, Villarejo por medio,… donde hozaron y pacieron tantos próceres de la patria, y lo siguen, y lo seguirán haciendo.

Con caídos por la gran trama, como lo fue el periodista de raza Cantera, cuando le sucedió su defenestración intempestiva cuando empezó a tener más audiencia que el citado Ferreras.

Y es que con las cosas de comer de algunos no se juego ni de “mentirijillas”.

Mientras seguimos cayéndonos del guindo sin rechistar.  

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Antonio García Gómez es socio de infoLibre