El dinero siempre podrá...
El objetivo final e inicial del dinero es que podrá comprarlo todo. Porque el dinero “tira al monte”, es decir, responde a “su naturaleza”, aunque la decisión la tomen los poseedores del dichoso dinero, habilitados para hacer "de su capa un sayo”.
En consecuencia, todo es una exposición “mercantilizada”, si es que estamos dispuestos a renunciar a nuestros propios principios, que dan pingües beneficios a quienes saben hacer buenos negocios. Frente a la admiración abducida del común acabará con, en este caso, el Hola, agotando ediciones. Aunque participe en el descuartizamiento de la historia, a costa, incluso y sobre todo, de un ser inocente que ya forma parte, involuntariamente, del circo de exposición popular a cambio de mucho dinero.
Tenemos que ser capaces de recordar que, en nuestro país, la Justicia niega toda viabilidad legal al alquiler de vientres, es decir, a la subrogación de seres humanos que, por un precio, se prestarán a gestar un ser humano para consumo y disfrute de otro comprador.
Aunque, a continuación, se sepa que los recovecos que ofrece esa justicia son innumerables y que siempre se dispondrá de una puerta de atrás, la misma por la que los que hayan podido pagarse aquello que en España está prohibido, encontrarán acomodo legal en nuestro país como para ser capaces de atender y acomodar legalmente a la criatura recién nacida.
Tenemos que ser capaces de recordar que, en nuestro país, la Justicia niega toda viabilidad legal al alquiler de vientres
Mientras, los pobres y las pobras de este mundo harán bien en acomodarse a la demanda, siquiera por dinero, siquiera porque no tienen otra escapatoria, siquiera por su propio instinto de supervivencia, a “oír, ver y callar”, y suspirar soñando por si algún día ellos y ellas también dispondrán de dinero.
Y si no, estaría bien que recordásemos, por ejemplo, que en época de nuestra pasada dictadura franquista, e incluso en los albores de la actual Democracia, los recién nacidos de pobres, presas y descarriadas mujeres, “se robaban, se donaban, se vendían…" a quienes siendo “gente de bien”, al cabo, podrían hacerse cargo de las criaturas a unos precios razonables.
Como también se hizo en la Dictadura argentina, ya más cerca de este tiempo actual, en que, igualmente, los niños y niñas de las presas, las condenadas, las torturadas y las asesinadas… eran “recogidos, vendidos, concedidos…”, igualmente a “gente de bien” de ese execrable régimen, tan bien emparentadas ambas dictaduras, qué casualidad.,
Por lo tanto, de siempre el asunto ha concernido a la trampa, a la desvergüenza, al crimen solapado, a la compra de seres humanos… a beneficio de quienes pudieron pagarse el niño “adjudicado”, aunque ahora se anuncie que la legalidad en ciertos países está de parte de la “compra de niños”, es decir de seres humanos, es decir del poder del dinero.
Por mucho que se pretenda hacer un espectáculo sórdido de entretenimiento generalizado en el que unos cuantos y unas cuantas están haciendo “caja” a cuenta de haber sabido presentar un relato lacrimoso, a tanto el reportaje, la entrevista, la foto, la portada.
Tal vez porque el dinero, ¿todo lo puede?
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Antonio García Gómez es socio de infoLibre