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Otra vez más pendientes de ellos que ellos de nosotros

Apuro para escribir esta columna las noticias que surgen sobre Sumar. Félix López Rey, número 2 de Más Madrid al Ayuntamiento de Madrid, pide que no estén Irene Montero ni Ione Belarra, a las que tilda de "ministras peor valoradas". Para ser ministra peor valorada antes hay que ser ministra, pienso yo. Más Madrid aclara que su número 2 habla a título personal y no en nombre de Más Madrid. Pablo Iglesias dice que hay tres partidos que están vetando a Ione Belarra y a Irene Montero. Pablo Iglesias no tiene ningún cargo en Podemos, pero todo el mundo da por hecho que no habla en su nombre y sí en el de Podemos. Podemos tampoco sale a decir que habla a título personal.

Santiago Alba Rico publica un artículo en Público en el que viene a decir que Sumar no debe incorporar a Podemos porque será peor. Se chequean los me gustas y retuits al texto (y su distribución por grupos de WhatsApp y Telegram), en una actitud que debería ser pueril y absurda pero que no lo es porque, en este ecosistema de la negociación, son hechos muy relevantes. Ada Colau, que se apartó de Sumar como Alberto Garzón (obtuvo por ello las loas de Yolanda Díaz), acusa a Podemos de negociar una lista nacional con ERC, algo que ERC niega pero ante lo que Podemos (al cierre de estas líneas) no dice ni pío. Mi instinto me dice que algo hay y que se hizo como táctica de presión negociadora. Mi sentido común, que nadie debió hacerlo público. Y más allá: que eso no se hace. Que aquí solo están pasando cosas que no se deben hacer.

Veo otras noticias sobre los nombres que se barajan en Madrid, en Valencia, en Cataluña para las listas de Sumar. Intuyo dónde estará Errejón, dónde los de Compromís, en qué lugar pretende Podemos colocar a su gente. Un mercadillo.

Confío en que este sainete dure esta semana. Espero que luego todos sean adultos. Asumo que al final imperará la cordura. Pero tened clarísimo que no apostaría un solo euro por ello

Las buenas noticias sobre Sumar son un acuerdo con Proyecto Drago en Canarias y las incorporaciones de dos políticos brillantísimos como Pablo Bustinduy y Ernest Urtasun. Sin duda, tres pasos fantásticos. Ilusionantes. Por supuesto que lo son.

Repaso, miro, veo las noticias. La mayoría son filtraciones interesadas, declaraciones que enmierdan, escenas del teatrillo negociador. Todas, me parece, son desde alguno de los 15 partidos que Sumar pretende hacer confluir pero ninguna desde Sumar, que algo tendrá que decir en algún momento, supongo. Ninguna de las noticias va sobre el proyecto de país que se debate, sobre los acuerdos programáticos, sobre las medidas en las que difieren las partes. 

Y, una vez más, me pongo triste. Porque yo entiendo que esto tiene una lógica porque una negociación de meses se ha concentrado en una semana, porque estas cosas hay que hablarlas, porque la política es así. Pero no puedo dejar de pensar en la gente que tiene que votarlos, a la que de nuevo se les pide el mismo esfuerzo de siempre: estar más pendientes ellos de los políticos, de sus cosas, de cómo se llevan, de cuál fue su pasado para entender este presente, que los políticos de ellos, de sus problemas, de sus miedos, de sus anhelos. Ya lo he escrito aquí más veces: nos piden que estemos más preocupados por ellos de lo que ellos muestran estar por nosotros.

Confío en que este sainete dure esta semana. Espero que luego todos sean adultos. Asumo que al final imperará la cordura. Pero tened clarísimo que no apostaría un solo euro por ello.

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