Arde París

Francia es un país política y socialmente al borde del ataque de nervios o del colapso. Y Macron lo sabe. Si no tuvo suficiente con los chalecos amarillos y la reforma de las pensiones el pasado invierno, ahora le toca lidiar con el asesinato de un chaval de 17 años, Nahel M. Tiroteado cuando quiso escapar de un control de tráfico. El adolescente, ciudadano francés de ascendencia argelina y marroquí y de los barrios periféricos de Nanterre, tenía todas las papeletas para que un agente de gatillo fácil acabara con su vida.

La banlieue arde y se tensa entre las manifestaciones y los múltiples disturbios. Tras ella arderá París y probablemente Macron.

Conocida es la violencia con la que actúan las fuerzas de seguridad francesas, en diversas ocasiones denunciada por diferentes ONG y el Consejo de Europa.

El adolescente, ciudadano francés de ascendencia argelina y marroquí y de los barrios periféricos de Nanterre, tenía todas las papeletas para que un agente de gatillo fácil acabara con su vida

Macron intenta diluirse como un cubito de hielo en un vaso de bourbon y espera con recogimiento y apesadumbrado por la muerte del chaval a que pase la tormenta y cesen los disturbios. No tiene intención de cuestionar, ni mucho menos de echar a los pies de los caballos a sus fuerzas de seguridad, mientras en un difícil equilibrio de funambulista se solidariza con la madre del adolescente asesinado. “Nada, absolutamente nada justifica la muerte de un joven”.

Mientras acontece todo esto, Marine Le Pen –que huele como las hienas la sangre a kilómetros de distancia– acusa a la izquierda de llamar al desorden y a la violencia y a Macron de eludir sus responsabilidades constitucionales. O lo que viene siendo: ya estás tardando, Emmanuel, en declarar el estado de excepción. La extrema derecha sabe que si corre la sangre Macron lo tendrá jodido para una transfusión. Le pintan bastos al vigésimoquinto presidente de la Republica Francesa. Y lo sabe.

Esta noche probablemente arda París y con ella el Capitán Trueno, Tintín y todos mis héroes de la infancia.

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Pako Martí es socio de infoLibre.