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Volverá el mirlo blanco

Julián Lobete

La reciente dimisión de Iván Espinosa de los Monteros de su puesto de diputado y portavoz de Vox en el Congreso ha suscitado dos reacciones casi unánimes en los medios de la derecha y de la ultraderecha, quizá sorpresivas para muchos.

La primera de ellas han sido los elogios, las alabanzas, las loas, dedicadas al dimisionario: un caballero, un gran orador,  habla inglés a la perfección, tiene una educación de auténtico privilegio ( King's College, Icade, Northwestern University de Illinois), desciende de una larga estirpe de nobles, diplomáticos y políticos entre los que se encuentra Cánovas del Castillo; ha trabajado como inversor inmobiliario y en Arthur Andersen, entre otras consultoras,  “se dice que es un auténtico tiburón financiero” y será marqués…

¿Cómo es posible que este auténtico mirlo blanco para la derecha, este activo tan importante se vaya a su casa? No cuadran estos elogios dedicados a un político que se retira

Cabe preguntarse: ¿cómo es posible que este auténtico mirlo blanco para la derecha, este activo tan importante se vaya a su casa? No cuadran estos elogios dedicados a un político que se retira. Los elogios al dimisionario, de toda la derecha y ultraderecha mediática, dejan en muy mal lugar a los dirigentes de Vox actuales; por tanto, la pregunta es obvia ¿ qué hay detrás de esta retirada táctica de Espinosa de los Monteros?

En 2016, tras otros malos resultados de Vox, el protagonista de este comentario también se retiró y volvió; y ahora también volverá; el cómo y el cuándo dependen de una serie de hechos que se irán produciendo, pero no cabe la menor duda de que Espinosa y el entorno económico y político que le apoya ya están trabajando en ello. 

Puede volver de dos formas, o liderando un Vox renovado o dentro del  Partido Popular; algunos medios ya han dicho que cabe perfectamente dentro del PP; si reaparece de esta forma, significará que los que mueven los hilos han decretado la muerte de Vox.

La renovación de Vox, con Espinosa al frente, se puede producir de la misma forma que se produjo su creación, según relata Anne Applebaum en “El ocaso de las democracias”.  “Piénsese en el modo como las compañías discográficas forman los nuevos grupos de pop: hacen estudios de mercado, eligen el tipo de rostros que encajan y luego comercializan al grupo publicitándole al sector demográfico más favorable.. hoy los nuevos partidos políticos también actúan así. Los ingredientes de Vox eran temas que se habían dejado al margen, que otros habían subestimado o ignorado, como la oposición al separatismo catalán o vasco; la oposición al matrimonio entre personas del mismo sexo; la oposición al feminismo; la oposición a la inmigración sobre todo a la musulmana; el enfado por la corrupción, o el hastío por la política dominante, más otro puñado de cuestiones como la caza y la posesión de armas, que a algunas personas le importan y a otras no, todo ello acompañado de cierta vena de libertarismo, cierto talento para el escarnio y cierto tufillo a nostalgia restauradora”.

Lo que se ofrecía no era una ideología sino una identidad, cuidadosamente seleccionada, envasada para un consumo fácil y lista para ser impulsada mediante una campaña viral, sigue explicando Applebaum.

Quizá en Vox ha llegado la hora de reempaquetar el producto porque el actual no acaba de obtener los resultados esperados. Para ello ya tienen el líder adecuado, a no ser que se decida otra cosa.  

 ¿Alma liberal en Vox?

La segunda reacción de los medios de la derecha ante la dimisión de Espinosa de los Monteros ha sido revelarnos que en Vox hay dos almas, una de ellas liberal, la otra nacional-populista. 

Si se recuerda el manifiesto fundacional de Vox de Ignacio Camuñas podría pensarse que algunos liberales quizá pudo haber en el partido; pero Camuñas salió hastiado de Vox por las luchas de poder, en 2014, afirmando que las discrepancias en Vox nunca eran ideológicas. Vidal Quadras, otro de los fundadores también expulsado, ha dicho que el manifiesto fundacional ha sido escondido por Vox en su página web.

Nunca se han hecho públicas divergencias entre las dos almas. Algunos concejales o diputados de Vox, tras las elecciones del 28 de mayo pasado, han tomado decisiones que bien pueden calificarse de ataques a la libertad de expresión o de pensamiento, sin que se hayan oído las voces de los liberales criticando o censurando dichas medidas. Tampoco la de Espinosa de los Monteros.  

En Europa, Vox se inclina claramente hacia la Hungría de Orbán, que ataca la separación de poderes y ha sido calificado de iliberal en la Unión Europea. Steven Forti, autor de “Extrema Derecha 2.0”, ha definido los rasgos comunes de la extrema derecha europea, tales como un marcado nacionalismo, el identitarismo, el nativismo, la recuperación de la soberanía nacional, una crítica profunda al multiculturalismo y a las sociedades abiertas, la defensa de los valores conservadores, el antiintelectualismo y la toma de distancia formal de las pasadas experiencias del fascismo.

En síntesis, según Forti, los partidos de extrema derecha son ejemplos de una oferta política marcadamente neoliberal en lo económico y claramente autoritaria en el plano de los valores.

De las querencias neoliberales de Espinosa de los Monteros, también tiburón financiero según sus apologistas, tenemos sobradas muestras. Neoliberalismo significa, como sabemos, desregulación en favor de los más favorecidos, predominio de la economía financiera, privatización de la sanidad y de la educación, inexistencia de la negociación colectiva y por tanto salarios bajos y privatización de las pensiones.

No. Vox no tiene alma liberal con Espinosa o sin él, pero como dice Gary Gerstrle, autor de “Auge y Caída del Orden Neoliberal”: El orden neoliberal en sí está roto.

 Esperemos que así sea, vuelva adonde vuelva el mirlo blanco de la ultraderecha. 

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Julián Lobete es socio de infoLibre.

  

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