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Puigdemont o qué hay de lo mío

José Ramón Berné

Vamos a hacernos tres preguntas. 

La primera. ¿Qué objetivo persigue Junts? La respuesta parece obvia: la independencia de Cataluña. 

Segunda pregunta. ¿Cómo es más fácil alcanzarla, habiendo más o menos catalanes independentistas? La respuesta también es obvia: cuantos más catalanes independentistas haya, más fácil será alcanzar un Estado independiente. Nadie podría evitar una Cataluña independiente con un 75 % de catalanes deseosos de alcanzar la independencia, aunque fuera de manera unilateral. 

Tercera pregunta. ¿Con qué partido, en el gobierno de España, hay más independentistas en Cataluña? Solo hay que mirar los datos: con el PP. Según el CEO (el CIS catalán), en octubre  de 2017, el 48,7 % de los catalanes querían una Cataluña independiente, mientras que en octubre  de 2023 el porcentaje ha bajado al 42 %, siendo ahora los que están en contra un 52 % de los encuestados.

Dando por hecho que el objetivo de Junts es la independencia de Cataluña y admitiendo que las respuestas a las preguntas anteriores son correctas, podemos plantear el siguiente  silogismo, aunque sea de manera sui generis:

Premisa Mayor: “Cuantos más catalanes independentistas haya, más fácil será conseguir la independencia de Cataluña”.

Premisa menor: Con el PP en el gobierno siempre hay más catalanes independentistas”.

Conclusión: “Con el PP en el gobierno será más fácil alcanzar la independencia de Cataluña

Admitiendo la validez del silogismo, parece evidente que Junts no va a favorecer un gobierno con Pedro Sánchez a la cabeza, preferirá unas nuevas elecciones y esperar a que el PP saque mejores resultados. Ahora bien, ¿qué interés puede tener Junts en facilitar la investidura de Sánchez? Pues ni más ni menos que aquello de: “¿qué hay de lo mío?"; es decir, que Puigdemont quede limpio aun a costa de que el independentismo pierda fuerza, y “mañana Dios dirá”.

En definitiva, la lógica parece indicar que, salvo que consiguiera un compromiso por parte de Sánchez de permitir un seudo-referéndum o algo similar que contente al independentismo catalán, más por su propia autocomplacencia que por su validez legal, JUunts no apoyará la investidura de Sánchez, como mucho, se abstendrá. 

A mi modo de ver, si Puigdemont tiene la capacidad de influencia que se le supone sobre Junts, seguramente se conformará con mejorar su situación legal,  lo cual justificará la abstención; de esa manera, Sánchez solo necesitaría convencer a Coalición Canaria de que le diera su voto positivo. PNV, BILDU y ERC se da por descontado que le darán el sí, ya que sus exigencias parecen de menos calado y más fáciles de asumir.  

Dentro de unos días conoceremos la “honradez” política de Puigdemont, veremos si lo que busca es favorecer las pretensiones del independentismo catalán o, simplemente, que le limpien el expediente.

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José Ramón Berné es socio de infoLibre

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