PRIMERO DE MAYO
Los sindicatos reclaman una respuesta contundente ante un “Gobierno incapaz”
Nunca ha habido tantos motivos para salir a la calle un Primero de Mayo, claman los sindicatos, como ahora, en plena resaca de la EPA que rebasó los 6,2 millones de parados, de un programa de reformas que nada cambia en la política de austeridad y de un presidente del Gobierno que, dos días después, se limita a pedir “paciencia” a los ciudadanos. UGT y CCOO se ofrecen como “cauce” para expresar el “malestar”, pero concentran sus esfuerzos en exigir un gran pacto nacional, social y político, que implica, eso sí, un cambio previo y “radical” de la política del Gobierno.
“La situación requiere una respuesta ciudadana contundente ante un Gobierno incapaz de enfrentarse a la gravedad de la crisis”, explica el secretario de Comunicación de CCOO, Fernando Lezcano. Pero también, añade, la recesión exige soluciones. De ahí la “necesidad” urgente del acuerdo nacional. El mismo que pide insistentemente el PSOE y al que se asoma, en principio sólo sobre la reforma de las pensiones, el propio Mariano Rajoy.
“Tampoco está el momento como para provocar una crisis que lleve a unas elecciones anticipadas”, asegura Lezcano, aunque sí para “decir basta” tras “16 meses de gobierno conservador, de políticas antidéficit, de recorte de derechos”, gracias al “primer ministro más mudo y esquivo de la Unión Europea”, como escribe el secretario general del sindicato, Ignacio Fernández Toxo, en su artículo con motivo del Día del Trabajo.
Claro que “no hay pacto posible” si antes no hay cambio en las prioridades políticas y económicas del Ejecutivo, apunta el secretario de Organización de UGT, Toni Ferrer. Y el Programa de Estabilidad recién enviado a Bruselas “no incluye ni un indicador” de que se vaya a variar el rumbo. La Comisión ha dado al Gobierno dos años más para cuadrar el déficit, pero ese rédito, lamenta el responsable sindical, no lo va a aprovechar Mariano Rajoy para aumentar “la inversión productiva y social”, imprescindible para crear empleo. El Ejecutivo parece sordo a las cada vez mayores llamadas a la estimulación de una economía europea raquítica, a las voces –el FMI, el propio presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso– que empiezan a alzarse frente a los efectos perversos de la reducción del déficit.
Con el Gobierno y con la patronal
Lezcano también ve “muy empecinados” a los miembros del Gobierno en su política, pese a la “zozobra” en que cree se debaten. Por eso UGT y CCOO pretenden mantener la presión con las movilizaciones –“hemos convocado más manifestaciones que nunca”, resalta– y hasta el 7 de julio continuarán con ellas para impedir que más de tres millones de trabajadores se queden sin convenio colectivo por culpa de la reforma laboral y el fin de la ultraactividad. Tampoco van a aflojar en el debate sobre la reforma de las pensiones, abunda Toni Ferrer, que amenaza con calentar la entrada del verano.
6.202.700 parados
Ver más
El Diálogo Social ha quedado en una figura casi inexistente desde que el PP llegó al Gobierno en diciembre de 2011. Aunque tímidamente se les ha abierto a los sindicatos una puerta en el Ministerio de Empleo ahora que el Tribunal Constitucional ha obligado a cambiar el sistema de cotización de los trabajadores a tiempo parcial y que el Gobierno necesita el mayor consenso posible para definir el denominado factor de sostenibilidad de las pensiones. Un asunto electoralmente sensible donde los haya.
Con la patronal negocian estos días CCOO y UGT el temido fin de la ultraactividad –la prórroga automática de los convenios caducados mientras se negocia su renovación– y el desbloqueo de una negociación colectiva que vive en 2013 el peor año de la crisis. De momento, sólo ha habido “tanteos”, revela Lezcano. Mientras la CEOE ofrece una prórroga de seis meses de la ultraactividad, los sindicatos no aceptan menos de un año.
Tras cinco años de depresión económica, Toni Ferrer tiene claro que el país “empieza a resentirse”. Las políticas de déficit están “ahogando a la población”, subraya Cándido Méndez en su tribuna del Primero de Mayo. Así que Fernando Lezcano no descarta el “estallido social” que muchos temen: “Puede pasar de todo, el estallido, el retraimiento o brotes de desesperación individual, como en Italia”. Ferrer cree que la cumbre de la UE de junio –para la que también han convocado movilizaciones en toda Europa– puede ser el punto de inflexión que ponga fin al austericidio. Mientras, recién confirmadas sus ejecutivas tras sus respectivos congresos confederales, y con el PSOE en pleno debate interno, su batalla será “forzar cambios significativos” aquí, remata el dirigente de CCOO.