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Primarias en el PSdeG

Los socialistas gallegos votan por primera vez para elegir a su secretario general

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Ibon Uría

Los militantes socialistas de Galicia acuden este sábado a las urnas para elegir a su próximo secretario general. Es la primera vez en la historia del PSOE y de sus federaciones en la que eligen los afiliados y no los delegados en un congreso. Y aunque desde Ferraz se insiste en que la votación es de carácter "consultivo" y no vinculante, en Galicia hay acuerdo: el congreso extraordinario del PSdeG, que se celebrará el próximo 29 de septiembre, no hará sino ratificar el resultado de la batalla entre José Ramón Gómez Besteiro, actual presidente de la Diputación de Lugo, y Manel Vázquez, alcalde de A Illa (Pontevedra). La votación en las urnas elegirá pues al sucesor de Pachi Vázquez.

Otra cosa es que ese resultado esté, a estas alturas, casi cantado. Gómez Besteiro tiene el apoyo de la práctica totalidad del partido, de una amplia mayoría de dirigentes y de facciones que hace meses parecían irreconciliables: los exministros José Blanco y Francisco Caamaño, la ejecutiva local de Ourense, la corriente Novo Socialismo Galego y una amplia mayoría en la provincia de Lugo lo auparán, salvo mayúscula sorpresa, a la Secretaría General del PSdeG. Prácticamente todos han preferido dejarle el camino libre y han descartado, por una u otra razón, enfrentarse a él. Al menos por ahora.

Frente al presidente de la Diputación de Lugo, Vázquez tuvo dificultades para lograr los avales necesarios para concurrir a las primarias: 1.125 firmas, el respaldo del 10% de los militantes del PSdeG, que sólo consiguió reunir a última hora, en el último día del plazo consignado. Todo apunta a que su candidatura no pasará del nivel de mero contendiente y que no será un verdadero competidor. Sin embargo, su presencia servirá para evitar la imagen de una votación con un único candidato. Quizá por eso se han intensificado los llamamientos a la participación a lo largo de los últimos días. El voto, aseguró este miércoles Pablo García, secretario de organización de los socialistas gallegos, es "un derecho", pero también "una obligación".

García también reclamó una presencia "masiva" en las urnas para "consolidar" el nuevo mecanismo de elección. Durante meses, desde que en primavera el PSdeG aprobase con un respaldo del 99% su reglamento de primarias, el partido y el propio Pachi Vázquez han batallado con Ferraz hasta que el PSOE ha dado su brazo a torcer. Ahora, una baja participación dejaría tocado de salida al ganador de la cita y aumentaría las dudas en torno a método de elección.

En el cierre de campaña también se han intensificado las declaraciones de ambos candidatos. Gómez Besteiro ha centrado su mensaje en reclamar transparencia en la financiación de los partidos y ha negado la existencia de dos almas en el PSdeG: "La única rival es la derecha dura e insensible de Feijóo", ha dicho. Por su parte, Vázquez ha acusado a su contrincante de ser "el preferido de la derecha", ha recordado que carece del apoyo del aparato del PSdeG y ha reclamado la "urgente transformación del partido". "Cada militante un voto, pero un voto libre, como la Galicia que queremos", apostilló a dos días de la votación.

Un largo recorrido

Pese a la clara voluntad de los socialistas gallegos, el camino hasta llegar a la celebración de primarias ha sido complicado. Desde que a principios de marzo el Comité Nacional del PSdeG decidiera celebrar la votación, el tira y afloja entre Galicia y Madrid ha sido constante. No eran pocas las voces que en Ferraz defendían que el mecanismo defendido por Pachi Vázquez contravenía los estatutos federales salidos del 38º Congreso del PSOE. Ese documento impone la fórmula del congreso para la elección de los secretarios generales y no establece la votación de las bases.

El acuerdo comenzó a fraguarse semanas después, en una reunión entre Vázquez y Rubalcaba. Allí se elaboró la fórmula del consenso: los candidatos encabezarían una lista de delegados que posteriormente acudirían a una congreso para elegir al número uno. Así se superaban dos escollos: las primarias no tenían, oficialmente, carácter vinculante –aunque lo eran de facto–, y se evitaba la posibilidad de que las bases respaldasen a un candidato y los delegados elegieran al contrario.

Posteriormente surgieron discrepancias a la hora de elaborar el reglamento definitivo, y Pachi Vázquez aceptó la vía ofrecida por el PSOE a finales de abril: retrasar todo el calendario a la vuelta del verano a cambio de recibir la autorización del Comité Federal –el máximo órgano del partido–. FInalmente, el PSOE aceptó la celebración de primarias aunque a sus ojos no tienen más validez que la de una simple consulta. Mientras tanto, en Galicia todo queda establecido en los términos en los que se aprobó inicialmente: los candidatos se comprometen a aceptar el dictamen de las bases y a no presentarse al posterior congreso si salen derrotados,

Los militantes gallegos podrán por primera vez elegir entre dos candidatos a su nuevo secretario general

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¿Y después qué?

Más allá del resultado de la votación, la otra gran incógnita es saber qué pasará con el PSdeG hasta las autonómicas de 2016. Distintas fuentes coinciden en señalar un clima de agotamiento en el partido, tras años de fragmentación, enfrentamientos y batallas internas que han dejado a la organización debilitada. Si Besteiro se alza con la Secretaría General, tendrá que enfrentarse además a otro contratiempo: no es diputado en el Parlamento autonómico, el lugar donde tradicionalmente se formar los líderes de la comunidad. El presidente de la Diputación de Lugo no podría enfrentarse a Alberto Núñez Feijóo (PP) ni a Xosé Manuel Beiras (líder de Esquerda Unida-Anova), actualmente con una mayor presencia pública que el socialista.

Así las cosas, Besteiro se vería en la necesidad de designar a un diputado autonómico que pudiera ejercer de azote del Gobierno autonómico. Ese factor, unido a una previsible derrota en las elecciones municipales de 2015, lo lastrarían de cara a encabezar una candidatura contra Feijóo en Galicia. En el PSdeG la sensación generalizada es que a la hora de elegir al candidato a la Presidencia, Besteiro tendría que enfrentarse con algunos de los que ahora le han dejado el camino despejado: entre ellos los de Francisco Caamaño y José Blanco.

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