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Educación

Los jóvenes que dejan los estudios después de la ESO bajan un 22% desde 2005

Estudiantes, en un examen de Selectividad.

El abandono educativo temprano se ha reducido en España un 22,4% en los últimos ochos años. En 2005, el 30,8% de los jóvenes de entre 18 y 24 años abandonaba los estudios tras la enseñanza obligatoria y sin conseguir un título de FP o bachillerato. Entre los hombres, la cifra ascendía hasta el 36,6%. En el primer trimestre de 2013, según datos del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE), el porcentaje total se redujo al 23,9%. Aunque la tendencia es positiva, España sigue en el furgón de cola de la UE en las estadísticas que miden el número de alumnos que deja los libros sin graduarse, al menos, en Bachillerato o FP. No obstante, sí está más cerca la meta de bajar al 23% el abandono educativo en 2015 y al 15% en 2020 que tiene en el horizonte el departamento de José Ignacio Wert. 

El hundimiento de la economía y el pinchazo de la burbuja inmobiliaria –coinciden los expertos consultados– ha sido el detonante de, por un lado, el regreso a las aulas de decenas de miles de jóvenes que se ven ahora sin formación y sin opciones en el mercado de trabajo. Y, por otro, de la retención dentro del sistema educativo de los que en tiempo de bonanza se habrían dejado seducir por el empleo de baja cualificación y, especialmente, por el ladrillo o el turismo. "Se juntan los que vuelven con que los que se iban no tienen a donde ir. Ya no hay ese efecto salida y eso se traslada a las cifras", señala Rafael Feito, profesor de Sociología de la Universidad Complutense. 

Sin embargo, la clave está ahora en saber si el sistema está preparado para asumir este cambio de tendencia en un contexto de fuerte reducción del gasto público. El Ministerio de Educación tiene un 24% menos de presupuesto que hace tres años –a pesar de que para 2014 aumentará un 10,6% respecto al año anterior–. Además, entre 2010 y 2013 la inversión en Educación de las comunidades ha descendido en más de 4.800 millones de euros. 

Para los que vuelven a las aulas, señala Mariano Fernández Enguita, catedrático de Sociología de la Educación en la Complutense, la opción es, si no la tienen, sacarse la ESO a través del Programa de Cualificación Profesional Inicial (PCPI). Se trata de una vía heredera de los extintos Programas de Garantía Social que tiene como objetivo volver a meter en el sistema a los alumnos que abandonaron los estudios sin lograr ningún título para que logren graduarse y puedan engancharse después a estudios posteriores. Si tienen el título de Secundaria, explica Fernández Enguita, la alternativa es ir directamente a FP o a bachillerato. 

No es de extrañar, por tanto, que el número de alumnos matriculados en enseñanza de oficios haya aumentado un 26,7% desde 2008. Desde entonces, huyendo de la crisis y las malas perspectivas laborales, miles de jóvenes –serán 697.408 en este curso que acaba de empezar, según las previsiones del Ministerio de Educación– han vuelto la mirada hacia la FP con la esperanza de que una mejor preparación les haga más competitivos a la hora de regresar o de incorporarse al mercado de trabajo. Aunque Fernández Enguita señala que el sistema "está preparado" para recibirlos aunque pueda haber exceso de demanda en algunas ramas, sindicatos y otras asociaciones denuncian que serán "miles" los jóvenes que se quedarán sin plaza de FP. Sólo en Madrid, Comisiones Obreras cifra en cerca de 18.000 los jóvenes que no obtendrán la plaza que han solicitado. 

Además, aunque la FP se ha presentando como uno de los proyectos estrella del Gobierno del PP para, precisamente, atajar las altas tasas de abandono educativo temprano, esta intención no se ha plasmado en las cuentas públicas para el próximo año. El dinero para Secundaria, FP y Escuelas Oficiales de Idiomas –100,93 millones de euros en 2014– sufre para el año que viene un recorte del 7% según el proyecto de Presupuestos Generales del Estado. Si se echa la vista atrás este apartado atesora un recorte acumulado del 70% desde 2011.

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Compensación de desigualdades 

Por otro lado está la retención dentro del sistema de los jóvenes que en tiempo de bonanza quizá habrían optado por dejar de lados los libros en busca de empleo fácil en turismo y construcción. Hay capacidad para ello, aunque los expertos sí advierten de que los recortes pueden pasar factura. "Se mantienen dentro del sistema, pero de mala manera. A veces sin el apoyo necesario", señala Feito.

Este analista se refiere a los recortes en los mecanismos de compensación de las desigualdades en la escuela. El próximo año la partida de Educación compensatoria, que se dirige a asegurar la igualdad de oportunidades, aumentará sólo un 0,8%, es decir, 400.000 euros. Se queda con 53,26 millones. Y eso a pesar de que el pasado se recortó un 68%. En 2012 alcanzó los 169,5 millones. Este recorte, señalan los analistas, es especialmente grave por tratarse de programas de refuerzo para los alumnos que van peor y que, por tanto, pueden verse más tentados a tirar la toalla. 

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