Música
Música domesticada para las calles de Madrid
Violines, guitarras, saxofones, flautas traveseras, gaitas, didgeridoos desfilaban la fría mañana de este lunes por el Centro Conde Duque de Madrid. Cientos de artistas acudían a las pruebas de idoneidad en busca de la autorización necesaria para tocar en el distrito Centro. Más de 350 músicos callejeros realizarán durante los días 2, 3 y 4 de diciembre una audición frente a un jurado que entregará o denegará la autorización a los artistas que lo soliciten.
"Nosotros creemos que la música en la calle es cultura –han señalado desde la Asociación de Músicos de Madrid– estamos a favor de que se regule la actividad mediante un horario y una duración máxima de las actuaciones, pero en ningún caso apoyamos este sistema de pruebas". Tras realizar sus audiciones, decenas de músicos con instrumentos a sus espaldas comentaban la "ambigüedad" de esta iniciativa del Ayuntamiento de Madrid. "No sabemos qué valora el jurado. No nos han explicado los criterios más allá de que se requieren 'aptitudes mínimas' para hacer música", ha explicado a infoLibre Scott A.Singer, fundador de la Asociación de Músicos de Madrid.
"La música es arte. Nadie pide a un poeta que se presente a una prueba de idoneidad –declaraba indignado Sergio Rosado, voz del quintento de metales Berganza Brass– este proceso nos parece ofensivo, no se puede valorar el arte en una actuación de cinco minutos". La duración de la audición, cinco minutos escasos, y el anonimato de los miembros del jurado han sido las principales críticas de los músicos callejeros que esta mañana se han reunido a las puertas del Centro Conde Duque. "Ha sido imposible conocer la composición del jurado –ha denunciado A.Singer– sólo sabemos que guardan alguna relación con la música, y que irá cambiando cada día, lo que nos parece injusto y sospechoso".
"Somos estudiantes. Tocamos en la calle porque nos gusta, pero también para sacar algo de dinero que nos ayude a tirar para delante", explicaban los miembros del quinteto Berganza Brass, galardonado con el Premio Pehlivanian 2013 al mejor grupo de música española. "Nos preguntamos si este procedimiento es realmente necesario, un Operación Triunfo de talentos callejeros", ironizaban ante el casting. Sin embargo, han sido pocos los músicos que han criticado públicamente la iniciativa del Ayuntamiento ante el miedo de perder la oportunidad de recibir la autorización necesaria para continuar haciendo su arte en la calle. "Hemos escuchado que aquellos que no consigan la licencia podrán ser multados con una sanción de 6.000 euros y se les confiscarán sus instrumentos", comentaban los participantes de estas pruebas.
Desde el Ayuntamiento de Madrid han señalado que se mantendrán las sanciones que ascienden a 750 euros por persona a quienes actúen en la vía pública sin tener la autorización pertinente. El concejal David Erguido ha señalado que aunque esta medida sólo se está llevando a cabo por el momento en el distrito Centro, es posible que en un futuro se extienda a la ciudad de Madrid.
Florentino Juanino ha perdido la cuenta de los años que ha dedicado a la música. Con su gaita improvisaba frente a las cámaras una melodía. "Hago música porque me gusta, las ganancias son mínimas", recalcaba. "He tocado La Lolita y Carolina. Yo creo que les ha gustado", explicaba a la salida de su audición. A su lado se encontraba Jaime Agraf con su flauta travesera, "nos conocemos de la calle". Ambos han defendido la regulación de las actuaciones musicales: "Está bien que se regule, de esta manera nos protegen de las mafías, de los enfrentamientos con la policía, de los problemas con los mendigos, porque la calle es de todos", señalaba Agraf.
No faltaba esta mañana la nota folclórica. Un grupo de mariachis ataviados de pies a cabeza con sus trajes color crema y sus sombreros charros tocaban una ranchera para demostrar que no les falta talento. "He sido banquero, minero, he trabajo en el mar, político, e incluso religioso, pero a eso ya no me dedico..., me dedico a la música porque tengo algo de bohemio", narraba Víctor Eduardo Velázquez mariachi de "origen chileno" y "corazón español".
Un minuto de silencio por la música
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"Una rumbita te alegra el día. Nos dedicamos a la música porque es nuestra pasión, y también por el público. El público es lo mejor", señalaban los integrantes del grupo Cierre por Vacaciones, un duo de guitarra y voz. "No nos parece mal que se regule si está bien regulado, si hay espacio para gente de todo tipo". El problema de esta prueba de idoneidad es que "no sabemos que se tiene en cuenta, ¿el talento? ¿o los decibelios?", se preguntaba un jóven madrileño con su didgeridoo entre los brazos.
Artistas, bohemios, amantes de la música, cruzarán uno a uno los próximos días las puertas del casting que decidirá su futuro como músicos callejeros. "Nos preocupa cuántos se quedarán sin licencia. También qué pasará con aquellos que llegen a las calles cuando este proceso de selección haya concluido", ha señalado Scott A.Singer. "Ojalá todo termine bien y no se excluya el talento, que esta medida sirva para amparar a los músicos de la calle y su arte, que proteja el arte gratuito y no lo destruya", han puntualizado desde la Asociación de Músicos de Madrid.
Según recoge la actual normativa, se prohíbe la superación de los límites de los niveles sonoros establecidos en la Ordenanza de Protección contra la Contaminación Acústica y Térmica del Ayuntamiento de Madrid (OPCAT). Además establece una distancia mínima entre músicos de 75 metros lineales; prohibe las actuaciones en los horarios de la siesta, entre las 15 y las 17 horas, y limita su horario hasta las 22 horas, excepto entre junio y septiembre, meses en los que se permitire actuar hasta las 23 horas."Está bien que se regule y se dignifique el arte, pero algunas medidas limitan y oprimen el arte en lugar de defenderlo", señalaba un músico callejero que ha preferido mantenerse en el anonimato.