Reforma constitucional
Un diálogo “franco” con Rajoy sobre la Constitución
Los socialistas observan que su pretensión de que la Constitución cambie va abriéndose camino. Que aquello que podía sonar a algunos extemporáneo hace un año ahora ya tiene mejor acogida. Y que no todas las puertas están cerradas a cal y canto. De hecho, el secretario general dice haber mantenido un diálogo "franco y profundo" con el presidente del Gobierno sobre este tema.
Alfredo Pérez Rubalcaba hizo este viernes esta pequeña confesión en una conversación informal con periodistas durante el acto institucional, en el Congreso, del 35º aniversario de la Constitución. Señaló que había hablado "a fondo" con Mariano Rajoy de la crisis territorial, que casi siempre que charla con el presidente aflora la preocupación de ambos por las tensiones en Cataluña, y que en ese marco él le ha trasladado la necesidad de reformar la Carta Magna para avanzar hacia una España federal, la organización territorial que su partido defiente. Rubalcaba comentó que le consta que el jefe del Ejecutivo le había escuchado con atención, y dándole sus argumentos.
El líder de los socialistas también ve a CiU sumándose al debate, y en cualquier caso no sería positivo que la reforma pudiera salir adelante sin los nacionalistas y sin IU.
El Gobierno y el PP se han mostrado más que remisos hasta ahora a abordar este asunto. Rajoy, a su entrada esta mañana en el Congreso, admitió que la Constitución se puede reformar "como cualquier obra humana", aunque para ello se requiere "un consenso muy amplio, similar al de 1978" y tener unos "objetivos claros". Rubalcaba, en declaraciones públicas a los medios, respondió al Gobierno que no se puede alegar falta de acuerdo –eso hizo ayer jueves Soraya Sáenz de Santamaría– para acometer la modificación constitucional si ni siquiera se ha hablado de ello. "No se puede decir que no hay consenso sin ni siquiera haberse sentado a hablar de la reforma". "¿Hay algún grupo que no esté de acuerdo por ejemplo con que la sanidad sea un derecho fundamental?", inquirió.
La pregunta no es gratuita, porque Rubalcaba no quiere que todo el foco recaiga en el modelo de Estado, cuando su partido defiende que hay más aspectos por tocar y en los que puede cuajar el consenso, caso de la sanidad. Y para ahuyentar recelos, insistió en que no está planteando un "proceso constituyente", sino un retoque de la Ley Fundamental.
Buena acogida a las declaraciones de Rajoy, Cospedal y Posada
El secretario general de los socialistas acogió con esperanzas las palabras de hoy de Rajoy, de María Dolores de Cospedal –es un "buen momento" para "pensar y reflexionar" sobre la manera en que la Constitución puede seguir siendo la garantía de una España "unida, fuerte y en progreso"– y de Jesús Posada, quien en su discurso institucional (el único oficial de la jornada) defendió la posibilidad del cambio: "Cualquier reforma del marco constitucional debe hacerse, pues, desde el diálogo, y contando, siempre, al final, con un respaldo si no el mismo muy semejante, al consenso que acompañó la aprobación de la Constitución. Por ello, cualquier intento de reforma, precisa una ardua labor pedagógica, que transmita, con claridad, los objetivos que persigue, y demuestre que éstos son eficaces para dar solución al problema por el que se plantea la reforma. Exige que se acredite y se justifique su oportunidad. Que se estudien y analicen sus consecuencias. Tiene además que convencer y concitar un consenso similar al de 1978".
Rubalcaba dijo a los periodistas que tiene esperanzas de que algo se pueda avanzar y consensuar el próximo año. Pero si no es así, esperará a la siguiente legislatura, porque lo que no va a hacer el PSOE es promover una reforma de modo unilateral. De cualquier modo, aconsejó rehuir de las comparaciones con 1978, porque el momento es distinto. "No, no deberíamos hacerlo".
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Sobre el debate soberanista, el secretario general aprecia que ha bajado el "soufflé catalán"soufflé , pero el efecto es temporal, "como la fiebre de Malta", que sube y baja, y advirtió de que se equivocan quienes piensan que el desafío catalán se va a resolver "con unas cuantas transferencias y una carretera", con dinero. Y la discrepancia de PSOE y PSC respecto al derecho a decidir está ya "razonablemente encauzada" después de que la formación de Pere Navarro se haya alejado del frente proconsulta, agregó.
Por lo demás, el acto institucional en el Congreso destacó más por las ausencias que por las presencias. Asistieron representantes de PP, PSOE y UPyD y cinco presidentes autonómicos: cuatro del PP (Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal; Valencia, Alberto Fabra; Aragón, Luisa Fernanda Rudi y Murcia, Ramón Luis Valcárcel) y el de Coalición Canaria, Paulino Rivero. No viajó a Madrid la única baronesa socialista, la andaluza Susana Díaz. Faltaron los parlamentarios de CiU, PNV, Amaiur, ERC, BNG y Geroa Bai. En IU hicieron lo que otros años: declaraciones a la entrada –este año, de la diputada madrileña Ascensión de las Heras– y plantón en la recepción. De las Heras calificó de “hipocresía insoportable” ver cómo los mismos que “están vulnerando derechos fundamentales” como la vivienda, el trabajo, la sanidad o la educación “vienen a celebrar la Constitución y darse golpes de pecho".
Pero otro de los protagonistas de la jornada fue, sin dudas, Nelson Mandela, a quien muchos recordaron y dedicaron numerosos elogios. "Ha sido un ser humano libre toda su vida, incluso los 27 años que estuvo en la cárcel", dijo Rajoy. "Era un hombre bueno, valiente, que supo luchar por la dignidad y libertad de su pueblo y después reconciliar a su país. Con razón se ha dicho que merecía ser presidente de toda la humanidad", alabó Rubalcaba.