Cultura

“La bajada del IVA cultural no debe ser sólo para las élites”

Miguel Ríos firma 'Cosas que siempre quise contarte' (Planeta).

El músico Miguel Ríos, los escritores Luis García Montero y Almudena Grandes y el editor Chus Visor reclamaron que la bajada del IVA cultural anunciada por el Gobierno para las obras de arte –del 21% al 10%–se extienda a la cultura "más popular", aquella que es más accesible para el ciudadano de a pie, como el teatro, la música o el cine. 

"Estoy contento por el sector del arte, pero el hecho de que se baje el IVA a productos más elitistas hace que de alguna forma se aumente el agravio comparativo con la cultura popular", remarcó Miguel Ríos durante un acto de presentación de su libro 'Cosas que siempre quise contarte' en el Foro de Izquierda Abierta en Madrid. El músico insistió en que la medida del Gobierno es acertada aunque la interpreta como "un guiño a las élites" que debe también trasladarse al resto del sector para enmendar el error "tan grave que han cometido con la cultura". 

El granadino destaca dos aspectos fundamentales de este error del Ejecutivo de Mariano Rajoy. El primero, "desprestigiar" a la cultura y el segundo, echar mal las cuentas subiendo el IVA cultural hasta el 21%. "La cultura más popular como el cine, el teatro y la música se ha encarecido hasta un nivel que la gente no puede permitirse".

El escritor y poeta Luis García Montero, que presentó el acto, subrayó lo "significativo" de la bajada, al tratarse de un mercado "muy reducido y para las élites". El autor de 'No me cuentes tu vida' y columnista de infoLibre, que se muestra contento por los pintores, recalcó que "lo justo y necesario" es que en el consumo popular y mayoritario también se vea reflejada la bajada del IVA cultural. 

España es el segundo país de la Unión Europea con el gravamen más alto a la cultura (21%), sólo superado por Dinamarca, que alcanza un 25%. Otros países como Francia (10%), Alemania (7%), Italia (10%) o Bélgica (6%) se sitúan a niveles muy inferiores.

Para García Montero, la política del Partido Popular se ha basado en "desprestigiar" a la cultura como educación y forma de conocimiento, y atribuye a las campañas del sector contra sus políticas, como por ejemplo el 'No a la Guerra', el acicate para que a su entrada en el Gobierno emprendieran una "campaña de desprestigio que buscaba el castigo y la sanción". 

La escritora Almudena Grandes cree que sin duda el mercado del arte se beneficiará de esta bajada que, a su juicio, es de "alabar", aunque subrayó que esto no impide que se siga produciendo una "falta de respeto" a la cultura popular. "Han intentado instalar la idea de que la cultura es supérflua y de privilegiados", añadió Grandes, quien sostuvo que el Gobierno comete un "grave error" al no concebir el teatro, la música y el cine como un sector que genera más puestos de trabajo y que "ignoran" que supone más crecimiento para la economía real. 

Por su parte, el editor Chus Visor se refirió a la situación por la que atraviesa el mundo del libro. "Las compras de las bibliotecas públicas y los estamentos que dependen de ayuntamientos son ínfimas", destacó, para añadir que "la sensación es casi de ruina". Visor señaló que rectificar es de sabios e invitó a los gobernantes a extender la bajada a la cultura más accesible, que a su juicio, debería estar gravada no ya al 10%, sino al 4%, como los libros. 

"Cuando se levantó Fraga pensé que mi carrera había acabado"

Antes de pronunciarse sobre la polémica del IVA cultural, García Montero y el cantante presentaron el libro autobiográfico de este último.

Miguel Ríos era todavía un aspirante, un "yeyé", como se conocía antaño a los que empezaban en la música. Era la inauguración del Palacio de Congresos de Madrid y la estrella era Lola Flores. Después de la actuación de La Faraona, un grupo jóvenes "yeyés" se subía al escenario, entre ellos Miguel Ríos: "Cuando empecé a cantar Popotitos ví cómo el entonces ministro Manuel Fraga se levantaba de su sitio, y claro, con él, medio Palacio de Congesos. En ese momento pensé que mi carrera había acabado. Me lo imaginé redactando cartas a todas las salas para que yo no actuara".

Dice Miguel Ríos, criado en una Granada que invitaba a "salir corriendo" en su época adolescente, que las anécdotas le salvaron a la hora de ponerse a escribir su libro. En cuatrocientas páginas relata sus éxitos como leyenda del Rock&Roll, pero también sus sin sabores, sus tropiezos y sus fracasos. "No quería ocultárselo al lector", señaló durante la presentación en el local que Izquierda Abierta tiene cerca del Rastro madrileño. 

El IVA de la discordia

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"Yo iba para vendedor de una tienda de tejidos, pero me salí del cascarón. Empecé a escuchar a Elvis y, claro, quería ser como él. El Rock fue la música que liberó a toda una generación y además, la percha de mi vida", recordó nostálgico, para lamentar que hoy en día "la industria que queda está lapidada", a su juicio, por la propia "torpeza de la industria y por la piratería". 

Comenta que el oficio ya sólo acoge a "gente que lo ama, con mucha vocación y con poco que ganar cuando se cuelga la guitarra". Casi no se espera recompensa, y critica el concepto de "poco sacrificio" que se ha instalado en el mundo de la música mediante diversos programas televisivos.

Luis García Montero, que hizo de telonero durante la presentación, sostuvo que hoy la sociedad relaciona el éxito con "dinero, ascenso social y halago ajeno", mientras que Miguel Ríos hizo de la "condición personal y la experiencia humana" la clave para alcanzarlo.

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