LA PORTADA DE MAÑANA
Ver
Las decisiones del nuevo CGPJ muestran que el empate pactado entre PP y PSOE favorece a la derecha

Navarra

El dilema del PSOE navarro: ‘desaparecer’ o enfrentarse a Ferraz

Roberto Jiménez, líder del PSN, el pasado 27 de febrero en el Parlamento de Navarra.

La moción de censura en Navarra amenaza con enredar a los socialistas. La dirección federal del PSOE cree que, a la luz de los trabajos de la comisión de investigación abierta en el Parlamento foral y que este viernes acaba sus trabajos, no hay suficientes razones para intentar echar a Yolanda Barcina de la jefatura del Gobierno con una operación que, para prosperar, necesitaría del concurso de EH Bildu. El equipo de Alfredo Pérez Rubalcaba intentará convencer a sus compañeros del Partido Socialista de Navarra (PSN), que lidera Roberto Jiménez, de que la mejor alternativa es desistir de la moción. Una opción que el PSN no comparte en absoluto y a la que se resistirá, porque considera que hay razones sobradas para echar a Barcina y convocar elecciones anticipadas para el 25 de mayo. El entorno más próximo a Jiménez juzga que dar marcha atrás y no presentar ahora la censura supondría "machacar" directamente al PSN, eliminando cualquier posibilidad de ser alternativa a Unión del Pueblo Navarro (UPN). 

El 11 de febrero, la política navarra sufrió una enorme convulsión. Quien había sido la directora gerente de la Hacienda foral hasta el 20 de enero, Idoia Nieves, denunció en sede parlamentaria una serie de irregularidades que afectaban de lleno a la vicepresidenta y consejera de Economía y Hacienda, Lourdes Goicoechea. Le acusaba de haber retrasado las devoluciones del IVA para lograr cuadrar las cifras de déficit, de haber incurrido en injerencias o de haber intentado procurar un trato de favor a importantes contribuyentes, como la Universidad de Navarra. Además, según declaró entonces Nieves, Goicoechea le reclamó datos sobre retribuciones a consejeros de Caja Navarra a instancias de Barcina, justo en pleno escándalo por el caso dietas. Las explosivas afirmaciones de la dimisionaria responsable de la Hacienda navarra llevaron a Jiménez a anunciar, apenas 24 horas después, que presentaría una moción de censura contra la presidenta si esta no dimitía en caso de que se acreditasen las acusaciones contra su Gobierno

Desde el primer minuto, Ferraz y el PSN aseguraron que la estrategia estaba "coordinada", que ambas direcciones estaban en comunicación constante. Pero, casi de inmediato, el caso Barcina se tornó en el caso Bildu. La presidenta y su partido, (UPN), así como desde Madrid el PP y el Gobierno de Mariano Rajoy, pusieron el foco en que el PSN iba a lograr el poder "pactando" con Bildu. Los socialistas lo han desmentido siempre: simplemente, llegado el caso de la moción de censura, Bildu (siete diputados) y Aralar-Nafarroa Bai (seis) –ambos forman ahora la coalición EH Bildu–, votaría a favor de desalojar a Barcina. No habría "pacto". Jiménez (9 escaños) sería investido presidente con el respaldo de Bildu, Izquierda-Ezkerra (3) y Geroa Bai (2) y formaría un Ejecutivo técnico, con el único propósito de disolver la Cámara y convocar elecciones para el 25 de mayo, coincidiendo con las europeas. 

Hoy concluye sus trabajos la comisión de investigación con la presentación y votación de las conclusiones que, según prevé el PSN, serán "demoledoras" para los intereses de Barcina y su vicepresidenta, Lourdes Goicoechea. Y para el sábado está programada la reunión de la ejecutiva regional del PSN. El próximo jueves, 6 de marzo, se citará el máximo órgano de dirección del partido, el Comité Regional, apenas 24 horas antes de que finalice el plazo de presentación de la moción de censura para llegar a tiempo a la convocatoria anticipada. En ese Comité Regional se adoptará la decisión definitiva. 

Las próximas horas serán, pues, claves. Porque o Ferraz y el PSN acercan posiciones –que es en lo que oficialmente confían– o habrá choque de trenes. En la memoria de todos está el agostazo de 2007, cuando la dirección del PSOE  frenó el acuerdo de gobierno con los nacionalistas vascos y obligó a dar el Gobierno a UPN. 

La versión de Ferraz

Rubalcaba, según un miembro de su equipo de la máxima confianza, no ve la necesidad de la moción, como adelantó ayer El Mundo. Cree que la comisión se ha desinflado, que no se han acreditado hechos "de tanta gravedad" como se pensaba. "No ha sido la mundial", analizaba ayer esta fuente. Es una visión compartida por varios miembros de la ejecutiva federal, quienes estiman que en estos 15 días no se han mostrado documentos concluyentes, que al final han aflorado "tejemanejes turbios" del Ejecutivo foral, "no delitos", que todo se ha reducido a un enfrentamiento entre la palabra de Nieves y la de Goicoechea, y que tampoco "ayuda" que Barcina, este último martes, enseñara un correo electrónico con el que pretendía demostrar el interés de Jiménez, cuando era vicepresidente del Gobierno de Navarra, sobre la devolución del IVA a una empresa. "¡Si hasta Zabaleta ha dicho que no hay corrupción!", exclamaba ayer en el Congreso un dirigente federal. Se refería así a las palabras de Patxi Zabaleta, parlamentario de Aralar-NaBai, quien afirmó que en la comisión no se habían podido detectar "ilegalidades", aunque sí un "funcionamiento chabacano" de la Administración de UPN. 

"Si se estuviera cayendo el mundo, sí veríamos normal la moción de censura. Pero no es el caso en este momento", aducen en Ferraz. Entonces, ¿por qué se avaló desde el principio la estrategia de Jiménez? "Esto siempre pasa. Lanzas una iniciativa para presionar al máximo, aunque luego no tengas que tirar de ella. Por ejemplo, eso pasó con nuestra amenaza de moción de censura a Rajoy". El verano pasado, sin embargo, el presidente accedió a comparecer en el Congreso, con lo que desactivó la iniciativa del PSOE. En este caso Barcina ya ha dejado claro que no va a dimitir. Aún más, que mantiene su confianza en Goicoechea. Ferraz estima que antes de llegar a la moción de censura, "hay otras salidas", como forzar la reprobación de la presidenta foral o insistir en que ella misma se vaya. 

Pero a nadie se le escapa que detrás de la postura del PSOE hay otra razón: el miedo a que la derecha agite la idea del "pacto con Bildu" durante la campaña a las elecciones europeas, lo que podría perjudicar las opciones de ganar de Elena Valenciano, y de paso los posibles planes de Rubalcaba de presentarse a las primarias. Por supuesto, en el núcleo duro no se admite abiertamente esta razón y se limitan a reconocer la "inconveniencia de una operación política con Bildu". "Eso es lo que no nos convence", en expresión de una colaboradora del secretario general. 

Motivos para la moción

Desde el PSN, en cambio, sí se que ven "motivos más suficientes" para una moción de censura. Según el círculo más estrecho de Jiménez, "la comisión demostró lo que denunció Idoia Nieves, que la consejera intentó favorecer a la Universidad de Navarra [del Opus Dei] y que intentó obtener información". "Además, esto es la gota que colma el vaso. La comunidad está quebrada, lleva dos años sin presupuestos. Las encuestas indican que hay necesidad de cambio. No podemos no hacer nada", sentenciaba ayer por la tarde un miembro de la ejecutiva regional. Barcina gobierna desde junio de 2012 en minoría, con el apoyo de 19 de los 50 escaños de la Cámara foral

Los socialistas navarros creen que no caben muchas más salidas. Que la reprobación a Barcina ya se hizo, y ella no se fue. Y que si el PSN no toma la delantera, podría suceder que EH Bildu presentase la moción. "¿Y entonces que hacemos?", se preguntaban los de Jiménez. Todavía habrá negociación con Ferraz en las próximas horas y días, y todos confían en llegar a un acuerdo, pero en la ejecutiva regional ven un escenario "complicadísimo", endemoniado. "Dar marcha atrás ahora nos machaca. Si el PSN deja de ser clave aquí, deja de ser alternativa, significa que los nacionalistas vascos se convertirán en la alternativa. Hay que tener una visión a largo plazo". 

El PSOE navarro no se pliega a Ferraz y da un paso más hacia la moción de censura a Barcina

El PSOE navarro no se pliega a Ferraz y da un paso más hacia la moción de censura a Barcina

En la dirección autonómica esgrimen otra diferencia respecto a 2007: "En aquel momento, Ferraz vino y convenció al Comité Regional para que no hubiera acuerdo con Nafarroa Bai. Ahora, habrá que ver si pueden hacer lo mismo, porque la visión es muy compartida y la gente está muy harta. Y la mayoría de agrupaciones está con Roberto", asegura un alto cargo del PSN. En la cúpula navarra se niega divisiones internas, porque el peso de los críticos, aunque se haga oír, no es tan grande. Sin embargo, otras fuentes del partido explican que sí hay discrepancias con la gestión de Jiménez

¿Habrá entonces choque de trenes, enfrentamiento con Ferraz? "Hasta ahora no lo ha habido porque ha habido diálogo y coordinación. Pero esperemos que no lleguemos al enfrentamiento, que lo podamos arreglar. Pero así como estamos en Navarra no podemos seguir". En la ejecutiva dan incluso otra razón para responder a lo dicho por Zabaleta: "¡Es que a Bildu le interesa que no hagamos nada, que nos desgastemos, porque eso les favorece a ellos!". 

Que el PSN no descarta en absoluto la moción de censura lo evidenció incluso, en declaraciones públicas en el Parlamento foral, el secretario general: "Vamos a ser cautos con la decisión que tenemos que tomar porque los miembros de la comisión tendrán que tomar decisiones". Y quienes dicen que no habrá moción, ironizó, "tendrán una bolita de cristal". Ya queda menos de una semana para saberlo. 

Más sobre este tema
stats