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Desempleo

Los votantes del PP que se han quedado en paro... seguirán votándolo

Una cola de parados a las puertas de una oficina de empleo en la Comunidad de Madrid.

Ibon Uría

Los votantes que en 2011 tenían un trabajo estable y votaron al PP volverán a votar al PP aunque se hayan quedado en paro. Y lo mismo ocurre con los simpatizantes del PSOE, Izquierda Unida o cualquier otro partido. ¿El motivo? Quedarse en paro no modifica el sentido del voto de un individuo. Es la principal conclusión de un informe hecho público este martes por la Fundación Alternativas, que subraya que perder el puesto de trabajo no altera el partido al que se vota en las generales.

El análisis parte de hasta cuatro posibles hipótesis: que los desempleados emitan un voto de castigo hacia las fuerzas que han ocupado el Gobierno, que esto únicamente ocurra en el caso de los electores de izquierdas, que los parados apoyen masivamente al partido con reputación de ser más competente para hacer frente a ese problema concreto o bien que opten en general por una mayor abstención, repartida por igual entre todas las fuerzas.

De todas estas posibilidades, sólo la última se confirma: salvo en 1993 y 2000, los parados se abstienen tradicionalmente más que los ocupados. El margen va de los 6 puntos porcentuales en 1986, 2004 y 2008 hasta los 12,5 en 1979. Por el contrario, del estudio de los resultados electorales no se desprenden indicios de que estar en paro afecte al sentido del voto. El informe afirma en este sentido que "apenas aparecen diferencias" entre parados y ocupados a la hora de votar al partido del gobierno o a la oposición.

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O individualistas o tendencia al fatalismo

En esa misma línea, tampoco aparecen diferencias entre electores de izquierdas y derechas. Incluso a igualdad de ideología, agrega el estudio, "las preferencias partidistas de los parados siguen siendo indistinguibles de las de los ocupados". Ni siquiera entre los electores claramente de izquierdas se aprecia correlación entre la experiencia de desempleo y la alteración del sentido del voto. El desplome del PSOE en 2011, por ejemplo, se explica por la abstención de los parados y no por su huida hacia otras fuerzas.

Finalmente, el documento trata de dilucidar por qué los nuevos parados vuelven a confiar en el mismo partido durante cuyo mandato se quedaron en la calle. Los expertos creen bien que los desempleados podrían no considerar al Gobierno responsable –algo que se vincula con ideas individualistas y con la desconfianza hacia el poder de la política de influir en la marcha de la economía–, bien que el paro conduce al fatalismo y al desánimo, por lo que desincentiva la posibilidad de usar el voto para buscar soluciones políticas.

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