Elecciones europeas
Santamaría evita censurar las declaraciones de Cañete
"No puedo hacer valoración del debate en esta mesa. Estamos obligados a la neutralidad". Con esta frase, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, despachó la forma en la que Miguel Arias Cañete había reaccionado a la valoración del cara a cara que mantuvo en la noche del jueves con la socialista Elena Valenciano.
El candidato del PP al Parlamento Europeo, que se ciñó durante todo el debate al guión que llevaba escrito y al que se le vio poco cómodo –una opinión que comparten sus compañeros de partido– se justificaría un día después: "Si soy yo mismo me temo. Entraría a matar". Unas palabras que merecieron el reproche de su rival, que se preguntó a través de Twitter si la solución es dejar a las mujeres fuera de los debates.
La número dos de Rajoy en el Gobierno fue preguntada en otra ocasión más en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros por este asunto. En esta ocasión, una periodista reclamó a Santamaría que, en su calidad de máxima responsable de las políticas de igualdad en el Gobierno, respondiese si declaraciones como las de Cañete favorecen esa lucha por la igualdad. Desviando el foco de la pregunta, señaló que su Gobierno lucha por la igualdad. "Y eso es lo más importante".
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A renglón seguido, añadió que ella misma tiene "un historial de cosas y nadie dijo nada". "Y me llaman la atención algunas cosas", recalcó. La vicepresidenta se refería a esta expresión: "¿Sabe Sorayita qué es una vida puta? ¿Ha fregado escaleras con un sueldo de miseria?". Fue pronunciada por un diputado del PSC, Román Ruiz Llamas, en su cuenta de Twitter un día después de que ésta asegurara en los pasillos del Congreso tras una agria discusión de la portavoz socialista que no había cobrado "un sobre" en su "puta vida".
Otras de las cuestiones abordadas en la citada rueda de prensa tiene que ver con el anuncio del Ministerio del Interior de estudiar junto a Justicia la posibilidad de desarrollar una legislación para perseguir mensajes ofensivos como los que se pudieron leer en las redes sociales tras el asesinato de Isabel Carrasco. La vicepresidenta no rechazó del todo la idea, pero la enfrió.
Así, fue muy insistente en la idea de que el Código Penal ya castiga este tipo de conductas independientemente del soporte en el que se presenten. "Ya hay mecanismos legales y judiciales para poder reaccionar ante ese tipo de delitos [...] Esos comportamientos son ya penados. Ya está tipificado", dijo.