El futuro del PSOE
Los militantes votarán al líder del PSOE en una pugna para la que se preparan Díaz y Madina
Unos 200.000 militantes del PSOE serán llamados a las urnas para elegir a su nuevo secretario general en el fin de semana anterior al congreso extraordinario, convocado el 19 y 20 de julio, siempre y cuando concurran dos o más candidatos que hayan recabado entre un 5% y un 10% del censo (entre 10.000 y 20.000 firmas). La consulta no será vinculante, porque la decisión última recaerá en los delegados al cónclave, pero nadie pone en duda que los delegados en el congreso ratificarán la decisión que tomen los militantes en las urnas. Será la primera vez en la que el partido, a nivel federal, experimenta con esta fórmula del voto directo, después de que se ensayara en Galicia el año pasado. En la contienda podrían enfrentarse el diputado Eduardo Madina y la presidenta de la Junta, Susana Díaz.
Las condiciones del referéndum a las bases figura en el borrador de la Convocatoria y normativa de desarrollo del congreso federal extraordinario que la Comisión Ejecutiva Federal discutirá en la reunión del próximo lunes, 2 de junio. Un documento de 14 páginas, al que ha tenido acceso infoLibre, que Óscar López, el secretario de Organización, remitió en la tarde de ayer viernes a todos sus homólogos autonómicos. Alfredo Pérez Rubalcaba se había comprometido a hablar de este cambio crucial en la dinámica interna del partido con todos los barones regionales y a sacarlo adelante si encontraba el encaje jurídico y la unimidad de todo el PSOE. En principio, todas las federaciones parecen compartir el principio de un militante, un voto. La más reticente, Aragón, dio ayer su visto bueno.
A falta de que se pronuncie la ejecutiva el lunes, el borrador contiene en su punto nueve el proceso de consulta a la militancia, "con carácter previo a la celebración del congreso federal extraordinario, una vez proclamadas las candidaturas, y en una fecha que determinará". La normativa del referéndum consta en el anexo del documento. Aquellos que quieran aspirar al liderazgo del partido, deberán reunir, como mínimo, el 5% del total del censo válido –cerrado el día en que se convocó el cónclave, el 26 de mayo– y un máximo del 10%, y deberán recabarlos en 15 días, del 6 al 20 de junio. Aunque en los próximos días se conocerá el número de militantes, las últimas cifras facilitadas por Ferraz apuntaban que rondaba los 200.000 (sumando los afiliados del PSOE, del PSC y de las Juventudes de cada partido, cualquiera que sea su edad). Los umbrales mínimo (5%) y máximo (10%) son los mismos que se aprobaron en la Conferencia Política del pasado noviembre para las primarias abiertas para la elección del candidato a la Moncloa.
Posibilidad de debates
Quien vigilará todo el proceso será la Comisión Federal de Ética y Garantías, y será este órgano el que valide los avales y proclame definitivamente a los aspirantes, el 25 de junio. La consulta "sólo se abrirá si son proclamadas dos o más candidaturas". A estas se les adjudicarán estos recursos: un envío por correo electrónico a toda la militancia, un enlace a su web desde la página del partido (www.psoe.es) y un "enlace con la oficina de prensa". No tendrán acceso a los datos personales de la militancia. Las candidaturas, dice el borrador, "podrán celebrar debates entre sí, en los términos que consideren, previa comunicación a la Comisión Federal de Ética y Garantías". Los debates, como ocurría en el reglamento de las primarias, no son obligatorios.
La jornada de votación no está fijada en el borrador, pero sí cuándo se celebran los llamados congresilloscongresillos, los congresos insulares provinciales y autonómicos que se encargan de elegir los delegados al cónclave: del 10 al 13 de julio, así que lo previsible es que la consulta se ubique en ese fin de semana, justo el anterior al del congreso. Las urnas se colocarán en las agrupaciones locales, y estarán abiertas entre las 10 y las 21 horas.
El documento, no obstante, tiene que pasar el filtro de la ejecutiva del lunes. De aprobarse el voto directo, ya habría un precandidato en la parrilla de salida: Eduardo Madina. Él mismo lo prometió ayer en una entrevista en la Ser. "Si vamos a un congreso abierto presentaré mi candidatura para defender ese proyecto de cambio, que estoy convencido de que es mayoritario", dijo. Anoche, desde su entorno confirmaban que el diputado por Bizkaia no piensa retirarse, ni ha recibido "presiones" para que lo haga y ceda el paso a Díaz, con la que no ha hablado "desde la jornada de reflexión", el pasado 24 de mayo.
Fuentes del entorno de Madina destacaron a este diario que el pronunciamiento de la mayoría de secretarios generales autonómicos en favor de la presidenta andaluza "ha despertado mucho malestar entre las bases de sus respectivos territorios, por no haber consultado a la militancia antes de realizar esa declaración".
Susana Díaz, en principio, cuenta con un amplio respaldo orgánico. En los últimos dos días, los líderes de hasta 11 federaciones –entre ellas, tres de las de mayor peso, Valencia, Madrid y Castilla-La Mancha– le animaron a dar el paso y optar a la Secretaría General, porque ella es, adujeron, la persona que el partido necesita "en este momento", la que encarna la "unidad", con un fuerte "liderazgo" orgánico y social. Ella, que en principio no se planteaba concurrir –siempre ha sostenido que su "prioridad" es Andalucía– ya se está planteando aceptar el reto. Aunque ayer no dijo una palabra y no se espera que se pronuncie hasta pasada la ejecutiva del lunes, cuando esté claro el procedimiento.
"Que no piense que tiene miedo a la gente"
¿Competirá incluso si Madina mantiene su apuesta? Fuentes del entorno de la presidenta señalan que no es descartable, y que tomará su decisión "al margen de si hay o no voto directo", siempre guiándose por la "responsabilidad" y sin dejarse un rasguño en Andalucía. "A ella no le asusta ni rehúye el voto de la militancia", "si va Susana, va con todas las consecuencias", repiten distintos cargos en su federación y en otros territorios que le han mostrado su apoyo. Al PSOE-A le ha molestado profundamente que desde Ferraz y desde el entorno del diputado vasco se haya deslizado que son Díaz y su equipo los que están poniendo más pegas a la consulta a las bases. Ayer, Miguel Ángel Heredia, coordinador de la Interparlamentaria de los socialistas andaluces y líder del partido en Málaga, volvió a subrayar que abogan por "la máxima participación posible de la militancia".
"Que no piense Edu que ella le tiene miedo a la gente –ilustra un máximo cargo provincial, muy cercano a la presidenta–. Se enfrente a quien se enfrente ella le puede pegar un buen revolcón. Con el apoyo que tiene Edu del aparato federal quizá recabe más apoyos, pero con la militancia no tiene nada que hacer, porque Susana tiene una aceptación unánime. Edu lo sabe: la persona a quien quiere el partido es ella". Los compañeros de la presidenta recuerdan que ya se enfrentó en las primarias andaluzas del pasado verano contra Luis Planas y José Antonio Rodríguez, y ninguno llegó a reunir los avales suficientes (por lo que no hubo urnas). "¿Qué pasa, que la militancia es tonta? Ya está bien de estupideces", sentencia esta fuente. Otra dirigente de primera línea, aseguraba que Díaz "no tiene ningún problema en ir a un proceso de voto directo", aunque "otra cosa es que le interese: "Qué va a hacer es una incógnita, pero está claro que mucha gente se lo ha pedido y ella despierta ilusión en la gente". Desde Madrid, otro responsable que apoya a la jefa del Ejecutivo andaluz, apuntaba otra razón para su victoria: las bases y los cuadros están ya pensando en las autonómicas y municipales de mayo de 2015, y da vértigo caer hacia el "precipicio".
Un miembro de la Junta, sin embargo, matizaba la euforia: "Yo creo que Susana asumiría el reto de la Secretaría General si hay una petición global, unánime, si todo el mundo la ve a ella como la solución y no ven a otro. Pero no adelantemos acontecimientos, hay que esperar a la próxima semana".
El pronunciamiento en cascada de los dirigentes de las principales federaciones –se quedaron fuera, significativamente, Asturias, Extremadura, Baleares y el PSC– se debió, según el análisis de múltiples fuentes consultadas, a tres razones, básicamente. Uno, la convicción de que Díaz es la "mejor" dirigente que tiene el PSOE para liderarlo. Dos, que la presidenta andaluza "dio el visto bueno" a los barones para salir en su defensa, para decir en público aquello que le habían trasladado en los últimos días en privado. Y tres, que Rubalcaba, en su rueda de prensa el jueves en el Congreso, pretendiese "derivar la responsabilidad de la aprobación del voto directo" a los secretarios regionales. "La gente, lo que no entiende es la incertidumbre y la descoordinación. No puede ser. Es la dirección federal la que ha metido al partido en este embrollo, en esta confusión", dictaminaba un líder territorial. En el fondo del malestar está lo que muchos entienden que es un "pacto" entre Rubalcaba y Madina, según el cual el primero comenzó a movilizar a las federaciones para urdir un cambio en el curso del congreso que no está en los estatutos, y al que nadie se podía negar, porque "está mal visto que se diga no al principio de un militante, un voto, aunque el congreso clásico, por delegados, sea igualmente democrático".
En una federación más fría con Díaz como es Extremadura, interpretaban el goteo de declaraciones a su favor como la "reacción del establishment del partidoestablishment ". Como hizo Guillermo Fernández Vara en público, cuestionaban la posibilidad de compatibilizar la Junta con el liderazgo del PSOE. Y rechazaban que lo que necesiten los socialistas ahora sea entronizar a un aspirante. "La unidad se construye desde la participación, no se impone ni se desea. Es compartir desde la diversidad. No es un congreso a la búlgara. Eso es una apariencia de unidad con rotos maltapados", expresaba un estrecho colaborador de Vara.
¿Era necesaria una gestora?
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En varios territorios se oye el lamento de que "para este plan, para pretender tutelar el proceso", mejor habría sido que Rubalcaba hubiera dimitido el primer día y se hubiese formado una gestora, como ocurrió en 2000, tras la marcha de Joaquín Almunia. "Estos últimos movimientos han colmado la paciencia de la gente. Si está de acuerdo con el voto directo, que lo haga y deje de enredar, porque todos estamos de acuerdo", protestaba un importante barón. En Andalucía el juicio era similar: "No ha gustado nada el me voy pero no me voy. Ha levantado muchas suspicacias y mucho cabreo. Da la sensación de que esto se le ha ido de las manos, que es una locura colectiva", en opinión de una dirigente provincial. "Otra vez Alfredo usando trucos de trilero. De sí pero no", completaban desde otra federación de peso.
En algunos sectores del partido ha causado cierto malestar que Madina y su entorno que los barones no representan realmente a la totalidad de sus territorios. "¿Qué es esto, como si decidiéramos dictatorialmente y como si nadie nos hubiera elegido?", preguntaba indignado un cargo andaluz. "No nos elige la Virgen", ironizaba un secretario general que ha pasado por las urnas de los afiliados y de los ciudadanos. Y en otro territorio recordaban que no es incompatible defender a Díaz y el voto directo. A la luz de las declaraciones que se escuchan en privado, es evidente que la tensión, como poco, va en aumento.