Futuro de la monarquía

Felipe VI llama a recuperar el prestigio de la Corona con “una conducta íntegra, honesta y transparente”

Los reyes, Felipe VI y Letizia, junto a sus hijas, Leonor y Sofía, y Juan Carlos y Sofía saludan desde el balcón central del Palacio de Oriente.

Yolanda González / Juanma Romero

Los escándalos de corrupción que han salpicado a miembros de su familia. La desafección de los ciudadanos respecto a las instituciones. La situación económica. Y una llamada a la unidad de España en pleno desafío soberanista de Artur Mas. Estos fueron los grandes ejes de su discurso. Felipe VI hizo este jueves una llamada a "la dignidad de la institución, preservar su prestigio y observar una conducta íntegra, honesta y transparente". La Corona "debe ganarse continuamente el aprecio, el respeto y la confianza de los ciudadanos" y hacerse acreedora de "autoridad moral", señaló. Lo hizo en el acto de su proclamación como rey de España en el Congreso de los Diputados con dos sonoras ausencias en la agenda de actos, la de su hermana la infanta Cristina, que podría ser imputada en los próximos días por el juez José Castro en el caso Nóos, y la del monarca saliente, que optó por no acudir al acto para, según fuentes de la Zarzuela, no restar protagonismo a su hijo. Sí estaba su madre, la reina Sofía, y su hermana Elena. Ambas siguieron la ceremonia visiblemente emocionadas desde la Presidencia de la tribuna de honor de la Cámara baja.

El anuncio del la abdicación del rey en su hijo Felipe, ya rey de España, ha llegado en un momento en el que la institución vive sus horas más bajas de popularidad –la Corona no levanta cabeza en los sondeos del CIS desde hace dos años y medio, la cacería de Botsuana, el caso Nóos, son algunos de los ejemplos–. En este contexto, el rey, que llega al trono tras sonadas convocatorias ciudadanas a favor de un referéndum para elegir la forma de Estado, y con el plantón de la izquierda parlamentaria, se marcó como deber el "buscar la cercanía con los ciudadanos". "Hoy, más que nunca, los ciudadanos demandan con toda razón que los principios morales y éticos inspiren –y la ejemplaridad presida– nuestra vida pública", recalcó. 

"Una monarquía renovada para un tiempo nuevo"

Al igual que han hecho los dos principales partidos en las últimas semanas, en las que han mostrado una enorme sintonía para acelerar los trámites para la proclamación del nuevo rey, Felipe VI enmarcó su papel en la Carta Magna. "Un rey que accede a la primera magistratura del Estado de acuerdo con una Constitución que fue refrendada por los españoles y que es nuestra norma suprema desde hace ya más de 35 años". Pero a la vez, intentó revestir este mensaje de cierto aire de modernidad. 

A saber: él es de una nueva generación, un "rey constitucional", y encarna "una monarquía renovada para un tiempo nuevo". Al finalizar su discurso el heredero de la Corona volvería a insistir en esta idea con las mismas palabras: "Una monarquía renovada para un tiempo nuevo".

"En España cabemos todos"

En pleno desafío soberanista de Artur Mas, presente en el hemiciclo, el heredero de Juan Carlos I insistió en que en España "cabemos todos" y defendió "todas las formas de sentirse español". "En esta España, unida y diversa, basada en la igualdad de los españoles, en la solidaridad entre sus pueblos y en el respeto a la ley, cabemos todos, caben todos los sentimientos y sensibilidades, caben las distintas formas de sentirse español. Porque los sentimientos, más aún en los tiempos de la construcción europea, no deben nunca enfrentar, dividir o excluir, sino comprender y respetar, convivir y compartir", aseveró. Felipe VI reafirmó su "fe en la unidad de España, de la que la Corona es símbolo". "Unidad que no es uniformidad", es también "diversidad".

Primer discurso íntegro del rey Felipe VI

En las últimas semanas, el nuevo rey ha recibido peticiones de sectores de la sociedad catalana para que medie en la crisis abierta entre los Gobiernos central y autonómico. Este jueves dio su negativa al señalar que "un rey debe atenerse al ejercicio de las funciones que constitucionalmente le han sido encomendadas". "Ha de respetar también el principio de separación de poderes y, por tanto, cumplir las leyes aprobadas por las Cortes Generales, colaborar con el Gobierno de la Nación y respetar en todo momento la independencia del poder judicial", añadiría acto seguido.

Crisis económica

Asimismo, Felipe VI expresó en el discurso de proclamación su solidaridad con quienes se han visto "heridos en su dignidad" por la crisis económica y subrayó que siente el "deber moral" de trabajar para revertir esta situación.

Poco más de 25 minutos de discurso. Cuatro folios en papel. Y una despedida –"Muchas gracias"– en las lenguas cooficiales del Estado, como guiño para reflejar la diversidad lingüística, como lo fueron las referencias a los escritores Machado, Espriu, Aresti y Castelao.

Una hora antes del inicio de la ceremonia, el hemiciclo del Congreso ya estaba practicamente lleno. Los diputados, los presidentes autonómicos y los periodistas aprovechaban para hacerse selfies con la corona y el cetro, símbolos de la monarquía española. Por momentos, el jugador de la NBA Pau Gasol acaparó todas las miradas desde su posición en la tribuna. Mientras comenzaba el acto, los presidentes de Galicia, Alberto Núñez Feijóo; Madrid, Ignacio González; Cataluña, Artur Mas y Euskadi, Iñigo Urkullu, conversaban animadamente. Una escena que contrastaba con la de los tres expresidentes. González, Aznar y Zapatero cruzaron escasas palabras. Sentados. Sin levantarse.

A las 10.34 horas hacía su entrada en la tribuna la reina Sofía junto a la infanta Elena. El hijo de Elena y Jaime de Marichalar, Froilán, fue ubicado junto a Pau Gasol. A esa hora, Felipe de Borbón y Letizia fueron recibidos en la Carrera de San Jerónimo por el presidente del Gobierno, procedentes del palacio de la Zarzuela, donde Juan Carlos impuso a su hijo el fajín de capitán general. Un batallón de honores compuesto por la escuadra de gastadores y cuatro compañías de los tres ejércitos y de la Guardia Civil rindieron honores, con la interpretación del himno nacional. Acto seguido, el nuevo rey pasó revista a las tropas.

El acto en el hemiciclo arrancó con tres minutos de aplausos para la nueva familia real. Estos fueron seguidos de sendos minutos de aplausos para el rey Juan Carlos, ausente, y para la reina.

En su discurso, previo al del monarca, el presidente del Congreso, Jesús Posada, deseó a Felipe un fructífero reinado y señaló que los retos de España son superar la crisis y la confianza de los ciudadanos.

Los gestos del president y del lehendakari

Ni Urkullu ni Mas aplaudieron tras el himno de España. Y se mantuvieron callados tras las vivas al rey y a España.

Junto a Sofía y su hija Elena, las infantas Pilar y Margarita, hermanas de Juan Carlos, se sentaron en la tribuna de honor. A la sesión acudieron familiares de Letizia, que no estuvieron ayer en la sanción de la Ley de Abdicación en el Palacio Real. Ella era todavía princesa de Asturias, no reina de España.

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Al final del acto, los reyes volvieron al Salón de Pasos Perdidos para saludar a los portavoces del Congreso y el Senado, así como a los presidentes de las comunidades autónomas y los expresidentes del Gobierno.

Para finalizar, Felipe VI y Letizia salieron al podio de honor situado al pie de la escalinata de la Puerta de los Leones para presidir, junto a la princesa Leonor y la infanta Sofía, el desfile de las compañías de honores de los tres Ejércitos.

Una vez terminado el desfile militar, se inició el recorrido en un Rolls Royce (descapotable, al contrario de lo que se había dicho desde la Zarzuela, para despistar) hasta el Palacio de Oriente. A su primera recepción oficial como reyes.

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