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El futuro del PSOE

Lissavetzky no tira la toalla pese a la salida de su protector Rubalcaba

Tomás Gómez, con Maru Menéndez, Antonio Miguel Carmona y Jaime Lissaveztky, el pasado 19 de enero en una movilización de la marea blanca en Madrid.

La elección de un secretario general del PSOE no sólo retumba en las alturas. El movimiento reverbera también en todos los escalones del partido, cómo no. Y algunas piezas que ya empezaban a bailar es posible que ahora se reacoplen.

Es el caso de la conflictiva candidatura a la Alcaldía de Madrid. Una plaza que los socialistas, según las encuestas, podrían recuperar en las municipales y autonómicas de mayo de 2015 después de 25 años sin pisar las alfombras del poder. En dura liza, por cierto, con IU, UPyD y, con toda seguridad, con Podemos. En los meses anteriores, se especulaba con un escenario a tres bandas: una competición en primarias cerradas –entre los 5.767 militantes censados en la capital más los 66 afiliados de la Asociación Socialista Universitaria (ASU)– entre el actual portavoz municipal, Jaime Lissavetzky, de casi 63 años, amigo íntimo del líder saliente del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba; el secretario regional de Política Económica, Antonio Miguel Carmona –que no se ha postulado públicamente–, de 51 años, y el militante de base Enrique del Olmo. Un juego, en realidad, a dos, porque la candidatura del último tendría pocas posibilidades de medrar. 

Ese eventual escenario ya no es seguro. Porque hay muchos más factores que se entrecruzan, y que hacen que nadie sea capaz de prever qué puede pasar en las próximas semanas. De entrada, ninguno de los tres aspirantes cuenta con retirarse de la carrera. Ni siquiera Lissavetzky, pese a haber perdido a su gran aliado y protector, Rubalcaba. Pocas horas después de la elección del madrileño Pedro Sánchez por la militancia como secretario general, deslizó que no ha cambiado de idea. "Ya saben cuáles son mis preferencias, pero no las voy a decir en este momento", comentó a los periodistas. Sin embargo, los equilibrios internos y las heridas que ha dejado la elección del nuevo secretario general del PSOE –en la capital ganó Eduardo Madina– y sus posibles consecuencias están aún por ver. 

Reunión en Ferraz de Gómez y Sánchez

Tomás Gómez, el líder del Partido Socialista de Madrid (PSM), fue el tercer barón en reunirse con Sánchez en Ferraz. El primero tras los dos únicos presidentes autonómicos socialistas, Susana Díaz y Javier Fernández. Ambos mostraron complicidad. Sánchez era el candidato de Gómez y de su aparato madrileño, así que ni el domingo ni ayer en la sede socialista se quiso privar de exhibir su euforia por el resultado, de subrayar su satisfacción por estar "en sintonía con la dirección federal" y por "trabajar de la mano con el nuevo secretario general". "También es un nuevo tiempo para nosotros en este sentido", bromeó, informa Europa Press.

La apuesta de Gómez por Sánchez fue arriesgada. Muy arriesgada. El líder del PSM había hecho gala de un control férreo de su federación, de haber aglutinado en torno a sí a una mayoría muy holgada del partido. Sin embargo, muchos dirigentes y cuadros intermedios no entendieron por qué había elegido a Sánchez como su favorito. Ambos acumulaban un pasado de enfrentamientos. Sánchez llegó a integrar la primera ejecutiva tomasista, pero luego se fueron distanciando, hasta el punto de el hoy nuevo líder del PSOE respaldó la candidatura de Trinidad Jiménez frente a la de Gómez en las primarias autonómicas de 2010. El jefe del PSM pasó luego la correspondiente factura y se abstuvo en las listas al Congreso en las generales de 2011 porque Ferraz ascendió a Sánchez al puesto 11, en contra de su criterio. 

Una vez que Susana Díaz se descartó para relevar a Rubalcaba, y una vez que no cuajaron las candidaturas de Patxi López y Juan Fernando López Aguilar, Gómez hizo su apuesta: Sánchez. La decisión causó estupor en parte de las filas tomasistas, que no llegaban a entender cómo era posible un "pacto antinatura" con quien había sido uno de sus opositores en Madrid. Menos aún que se transigiese con José Cepeda, coordinador nacional de la candidatura de Sánchez y uno de los históricos jefes locales. Cepeda, en las primarias de 2010, ayudó a Gómez, y luego marchó en el congreso de 2012 con Rubalcaba, y no con Carme Chacón, la elegida por la cúpula autonómica. El malestar con Gómez se tradujo ahora en desmarque. Tres miembros de su ejecutiva regional –Juan Lobato, Juan Segovia y Borja Cabezón, número 16 de la lista europea, por cierto– y un buen puñado de secretarios generales locales apoyaron públicamente a Eduardo Madina.

Además, los diputados autonómicos y senadores Enrique Cascallana y José Quintana, más el parlamentario regional Mario Salvatierra respaldaron al candidato de Izquierda Socialista, José Antonio Pérez Tapias. Sin embargo, para el aparato regional este último trasvase era más entendible, más fácil de asumir para Gómez y su número dos, Maru Menéndez. No así el aval a Madina, con el que no existía ni sintonía y al que se asociaba con Rubalcaba, conexión que también operó en otras federaciones. Empezando por el PSOE andaluz. 

División palpable en las agrupaciones

Las fugas de apoyos a Gómez en su última aventura orgánica se sintieron, sobre todo, en Madrid ciudad. Secretarios locales tomasistas como Chema Dávila (Centro), Miguel Ángel Gómez Tante (Salamanca), Juan Segovia (Fuencarral) o Lorenzo Vázquez (San Blas) se inclinaron por Madina y algunos hicieron campaña activamente por él. Todos ellos eran (y son) apoyos de Carmona. Fieles al líder del PSM y a su directriz se mantuvieron, entre otros, Manuel Zurro (Tetuán) y Agustín Vinagre (Chamartín). 

Pero en la capital se cruzaron y se cruzan más variables. Entre los que habían venido respaldando a Lissavetzky como candidato a la alcaldía cuajó la división. Daniel Viondi (Vicálvaro) y José Cepeda (hombre fuerte de Latina, una de las agrupaciones más grandes) fueron los coordinadores madrileño y nacional de la campaña de Sánchez. En este grupo también se situaba Enrique Rico (Villaverde). Por el otro lado, entre los madinistas, orbitaban Diego Cruz (Chamberí, otra de las asambleas más numerosas), secretario de Madrid Ciudad –miembro por tanto de la ejecutiva de Gómez– o Gabriel Calles (Carabanchel). 

La "confusión total" en la que vive inmerso el PSM, expresión que emplean varios dirigentes de todos los bandos, se trasladó al resultado de la consulta del domingo. Sánchez había derrotado con rotundidad en su federación a Madina en la recogida de avales (3.811 frente a 1.591), pero ganó por menos margen en Madrid el 13-J. Reunió 4.359 votos (42,66%), por los 3.973 (38,88%) de Madina y los 1.886 (18,46%) de Pérez Tapias. O sea, le sacó sólo 386 papeletas. En toda España, el diputado arrasó: logró el 48,65% de las papeletas, contra el 36,28% del vasco y el 15,07% del miembro de IS. El PSM, con sus 15.866 militantes, es la tercera federación socialista, tras Andalucía (48.792) y Valencia (18.422), dejando aparte al PSC (20.816). 

Pero en Madrid capital quien ganó fue Madina. El diputado vasco venció en 12 de las 22 agrupaciones de la ciudad (Arganzuela, Barajas, Carabanchel, Centro, Chamberí, Ciudad Lineal, Entrevías, Fuencarral, Moncloa, Moratalaz, Puente de Vallecas y Salamanca), en algunas con amplísima ventaja. En total, según los datos a los que ha tenido acceso infoLibre, logró 1.587 votos (43,83%). Sánchez se impuso en nueve asambleas (Chamartín, Hortaleza, Latina, Retiro, San Blas, Tetuán, Usera, Vicálvaro y Villaverde), pescando 1.349 sufragios (un 37,25%). En una agrupación, Vallecas Villa, empataron a 26 votos. La diferencia fue, por tanto, de 238 papeletas a favor del vasco. En la capital, una ciudad de 3,2 millones de habitantes, militan 5.767 socialistas, a los que hay que sumar los 66 integrantes de la ASU. La participación el 13-J alcanzó el 62,79%, algo por debajo de la media nacional (66,92%). 

"Alfredo era un inconveniente para Jaime"

Ahora, después de la consulta, nadie sabe dibujar con certeza qué ocurrirá. Y Madrid no es una batalla menor. Teniendo en cuenta que las primarias autonómicas y locales se celebrarán a la vuelta del verano, y que Madrid es una federación cuya relevancia y centralidad hace que sus conflictos salten pronto a la política nacional, Sánchez es consciente de que será uno de los primeros asuntos que tendrá que despejar del horizonte. Es, además, su federación. 

El nuevo secretario general ha reiterado en campaña que apoyará a Gómez en su camino para convertirse en presidente de la Comunidad de Madrid, y protagonizaron fotos juntos. Un gesto que en el PSM se interpretó de una sola forma: Sánchez no propiciaría ninguna candidatura alternativa al líder del PSM. Sus hombres fuertes en la región, Viondi y Cepeda, se abstendrían (teóricamente) de buscar un rival a Gómez. 

Pero, ¿y la capital? Ahí está la incógnita. Lissavetzky, según sus lugartenientes, está "totamente dispuesto a presentarse". "Que haya ganado Edu en la capital y no Pedro no varía en nada –asegura un dirigente de la absoluta confianza del portavoz municipal–. De nuestro espectro también hay gente que apoyó al nuevo secretario general". ¿No influye en su ánimo que Rubalcaba ya no esté? "En absoluto. Alfredo incluso podría ser un inconveniente para él. Jaime depende de sí mismo y de los apoyos que tiene en Madrid", responde esta misma fuente. Los partidarios de Lissavetzky valoran que tenga decidido completar su mandato y no huir a otros puestos de relumbrón, como hicieron sus antecesores (Miguel Sebastián, que no llegó a tomar posesión de su acta, o Trinidad Jiménez) y que pretenda repetir como cabeza de lista en 2015. En Carmona ven a un dirigente "poco leal y solidario" con la labor de oposición que el grupo hace a la alcaldesa, Ana Botella, y poco sólido como candidato, pese a su conocimiento ciudadano. 

En el grupo de Lissavetzky están convencidos de que el portavoz no ha perdido apoyos, porque aquellos de los suyos que apostaron por Sánchez para la Secretaría General "aún le respaldan". Es más, creen que sus posibilidades se han multiplicado con el madrileño como líder del PSOE: "Lo natural es que quiera construir un escenario con la mayor tranquilidad posible, especialmente en Madrid, que no es cualquier plaza. Puede abrirse perfectamente el escenario del acuerdo". Por acuerdo hay que entender un pacto entre Sánchez y Gómez para aupar a Lissavetzky sin pasar por primarias. 

Apoyo "a muerte" de Gómez a Carmona

La visión del sector de Carmona es completamente opuesta. Según sus colaboradores más cercanos, él cuenta con el apoyo "a muerte" del líder del PSM, de la UGT, de Izquierda Socialista y de la "inmensa mayoría de la militancia". El dirigente regional conservaría las agrupaciones que antes eran suyas y se habría sumado dos próximas al portavoz, como Latina o Vicálvaro, que en el proceso federal se mojaron con Sánchez. Carmona contaría sobre todo, con el aval del nuevo jefe del PSOE, que le preferiría frente a Lissavetzky. La hipótesis que manejan los carmonistas es que el portavoz en el Ayuntamiento acabará retirándose, porque "no tiene nada que hacer".

"Mienten Jaime y los suyos cuando dicen que ganan, porque no es verdad, igual que mintieron cuando dijeron que había un pacto entre Tomás y Alfredo para dejarle como candidato. Antonio ganaría con holgura en las primarias", aducen. Fuentes socialistas lanzaban ayer la posibilidad de que desde Ferraz y desde Callao, la sede regional, se esté buscando otro acomodo al portavoz municipal, para así evitar la competición. Si la hay, no obstante, Carmona tiene decidido acudir. Sus fieles destacan la fortaleza de su proyecto y su proyección pública, ganada gracias a su participación en múltiples tertulias televisivas.

Tomás Gómez y Pedro Sánchez, durante su reunión de ayer martes en Ferraz | EFE

Ni el jefe del PSOE ni el líder del PSM se han pronunciado públicamente sobre este asunto. En la cúpula regional no ocultan su mayor sintonía con Carmona, pero prefieren no anticipar futuros escenarios o alianzas. "Partido a partido, como dice Simeone y como siempre dice Pedro Sánchez", avisan fuentes oficiales. Para empezar, ni siquiera está claro el formato de las primarias locales. En enero, el Comité Federal excluyó la posibilidad de celebrar votaciones abiertas a la ciudadanía en los municipios. No hay previsión de que el método cambie. Pero, como están subrayando los barones que están ya despachando con Sánchez, él debe tener "autonomía" para hacer una propuesta. 

Fuera de los sectores más vinculados a Carmona o a Lissavetzky, las cosas no están tan claras. Distintos secretarios locales, más próximos a uno u otro candidato, manifiestan que la arena madrileña está todavía muy confusa. Podría haber pugna a dos (a tres si se cuenta a Del Olmo), que se retirase uno de los aspirantes, que hubiera pacto... "Los giros de 180 grados, como los que ha hecho Tomás, son complicados. La gente todavía siente cierto despiste, y ahí es cuando pueden surgir alternativas", opina un líder tomasista de una agrupación de la capital. "El escenario ahora mismo es diabólico", ilustra otro. 

La importancia de los gestos

Los secretarios locales, madinistas o sanchistas, consideran que el terreno que se abone en los próximos meses dependerá de lo que ocurra en estos días. Por ejemplo, cómo será la lista de delegados que acudan al congreso federal del 26 y 27 de julio. Los 83 representantes del PSM se eligen en el congresillo de este sábadocongresillo . Con toda seguridad, sólo habrá una lista (toda ella votará a Sánchez), pero distintos cuadros locales esperan que Gómez, a la hora de componerla, dé muestras de "integración" y "unidad", que incluya a los madinistas o a los que apoyaron a Tapias. También se mirará con lupa a quién coloca el líder del PSM en Ferraz. Ahora todo lo "simbólico", dicen, cuenta. 

En caso de que al final Lissavetzky y Carmona den la batalla, cada uno tiene echadas sus cuentas. Y, como era de esperar, no coinciden del todo. Las agrupaciones en las que vencería el portavoz municipal son Hortaleza, Moncloa, Retiro, Puente de Vallecas, Villa de Vallecas, Entrevías y, aunque más fragmentadas, Chamberí (en la que tiene mucha fuerza Izquierda Socialista) y Carabanchel. También se anotaría, en principio, la ASU, en la que tiene influencia Rafael Simancas, exlíder del PSM. Carmona, por su parte, parte como favorito en Centro, Arganzuela, Barajas, Ciudad Lineal, Fuencarral, Moratalaz, Salamanca, San Blas y Usera. Tetuán o Chamartín, ambas muy tomasistas, estarían pendiendes del criterio que marcara Gómeztomasistas. Villaverde es cercana a Lissavetzky y apoyó a Sánchez, pero se calcula que seguirá el paso de su presidente, Manuel García-Hierro.

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La duda pesa sobre Latina y Vicálvaro, muy identificadas con el portavoz pero defensoras del nuevo secretario general. En la primera consideran que la correlación de fuerzas entre los dos candidatos podría mantenerse, pero "nada está escrito y la política hace extraños compañeros de viaje". Cepeda, además, ya ha protagonizado varios cambios de bando en su trayectoria, con y contra Gómez. En la segunda, Vicálvaro, rehúsan adelantar posición. Si se optara por unas primarias abiertas, ahí los pronósticos son más coincidentes: tendría las de ganar Carmona, por su mayor proyección mediática. 

En definitiva, todo está muy abierto en Madrid a estas alturas. Anticipar comportamientos en una federación tan compleja como la madrileña, siempre dividida en mil familias y acostumbrada a las mesas camillas y los pactos de última hora, resulta aventurado. 

La atención, no obstante, sigue centrada en el congreso federal. Gómez insistió ayer en que el nuevo líder debe gobernar el PSOE sin mirar atrás, especialmente en lo que atañe al controvertido dilema de las primarias. "Ningún calendario del pasado debe vincular al futuro, porque Pedro Sánchez representa un nuevo tiempo y, por tanto, no debemos atarle a las decisiones del pasado". "Hay cada día una voluntad más mayoritaria de que esas elecciones no se celebren en noviembre", aunque hacerlas entonces "tampoco sería un problema", dijo el manchego Emiliano García-Page, que entró en Ferraz después que Gómez. El calendario, pues, se decidirá "entre todos sin mayor trauma". La ronda de contactos seguirá este miércoles con los barones de Valencia (Ximo Puig), La Rioja (César Luena), Extremadura (Guillermo Fernández Vara), José Miguel Pérez (Canarias), Eva Díaz Tezanos (Cantabria), Rafael González Tovar (Murcia) y José Ramón Gómez Besteiro (Galicia). 

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