Homofobia
El obispo denunciado por equiparar a los gais con perros asegura que han tratado de “amordazarle”
El obispo de Málaga, Jesús Esteban Catalá, considera que le han tratado de "perseguir" y "amordazar" por haber equiparado los matrimonios de un mismo sexo con los de personas y perros, o los de mujeres ancianas con niños de pocos días, según un escrito al que ha tenido acceso infoLibre.
Catalá impartió en abril pasado una charla en el Colegio San Estanislao de Kotska de Málaga en la que según la prensa local el prelado también criticó duramente que las personas homosexuales puedan adoptar e insistió en que él mismo no confiaría la educación de un niño a una pareja del mismo sexo.
Las alegaciones del obispo forman parte del rechazo a la intención del denunciante, el abogado murciano José Luis Mazón, de que se reabra el caso. La querella fue archivada por el juez, que justificó esta decisión al considerar que el preñlado se limitó a expresar "su criterio acorde con la doctrina de la Iglesia, esto es: una posición crítica hacia la homosexualidad, lo que se encuentra amparado por la libertad de expresión y libertad religiosa".
Ahora será la Audiencia Provincial de Málaga la que tendrá que reabrir el caso o archivarlo de forma definitiva. La Sección Número 23 de la Audiencia Provincial de Madrid también archivó una denuncia presentada por el mismo abogado contra el obispo de la diócesis de Alcalá de Henares (Madrid), Juan Antonio Reig Plà.
En concreto el documento, firmado por el procurador del obispo en nombre del propio Catalá, considera "preocupante" e incluso "peligroso" que se pretenda perseguir al religioso "por tener esos distintos conceptos y opiniones y se le intente amordazar, incluso judicialmente, para evitar que pueda expresarlos libremente".
El escrito resalta, además, que a nadie le debe de extrañar que el obispo de Málaga mantenga una concepción y opinión sobre cuestiones como el matrimonio o la adopción "distinta a la que sustentan otras personas" y de modo particular "por parte de los colectivos de gais y lesbianas o por determinados grupos políticos y asociativos". Además, el obispo sostiene que los juzgados no son "el campo de batalla para, al amparo del poder coactivo del Estado, imponer la propia ideología".
Libertad de expresión
Asimismo, el obispo de Málaga defiende sus declaraciones como parte de su libertad de expresión, aunque reconoce que pueden no ser compartidas: "La libertad de todos y no, desde luego, de unos pocos que intentan imponer su visión particular e individual, como revestida de supuestos valores superiores, a la mayoría".
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La visión del prelado coincide con la del fiscal, que sostiene que aún de haberse emitido frases "tan desafortunadas como las que se recogen en la prensa no podría entenderse cometido delito alguno".
No obstante, en el escrito del fiscal se reconoce que el denunciado realiza una serie de reflexiones en relación al matrimonio homosexual en las que, "fuera de falta de sensibilidad o de desconocimiento de la realidad social, no puede entenderse que se quiera crear clima de odio u hostilidad alguno hacia el colectivo".
Por todo ello, el responsable del Ministerio Público considera que el obispo no comete el delito que se le imputa, pues sus palabras era "comentarios informales en el seno de una charla a adolescentes, sin pretensión de certeza científica y dentro del magisterio de la Iglesia".