Centrales nucleares
Greenpeace y Equo piden revisar la central de Cofrentes tras el cierre de dos nucleares en Bélgica
Este miércoles se conoció la decisión del Gobierno belga de cerrar dos de sus reactores nucleares de forma definitiva debido a las grietas encontradas en sus vasijas. A raíz de los hechos, la Agencia de Seguridad Nuclear de Bélgica pidió el cierre de los reactores fabricados por la misma empresa, entre los que se encuentran las centrales españolas de Garoña –cerrada desde hace dos años por problemas económicos–, en Burgos, y la de Cofrentes, en la Comunitat Valenciana.
En España, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) pidió la revisión de la vasija de la central nuclear de Garoña, pero no adoptó ninguna posición sobre el reactor de Cofrentes. Según la consejera del CSN Cristina Narbona, exministra socialista de Medio Ambiente, cuando se iniciarion las investigaciones belgas les informaron de que en Garoña era necesario hacer una investigación. "Además se estaba pensando en una posible renovación de los años de vida de la central, por lo que era imprescindible revisar la vasija", comentó Narbona en conversación telefónica con infoLibre.
La razón por la que Consejo no solicitó la revisión de la central de Cofrentes se encuentra en su vasija. "En Cofrentes, la primera revisión del Consejo consideró que había unas circunstancias distintas en la fabricación de la vasija y que no coincidía en todos sus aspectos con las de las centrales belgas. Por ello, se descartó que hubiera algún riesgo en el caso de Cofrentes, pero había más dudas en el caso de Garoña. Pero la primera opinión sobre Cofrentes no era de preocupación al respecto", explicó Narbona.
Por su parte, Greenpeace recordó en declaraciones a infoLibre las preocupaciones y el motivo por el que se han cerrado los dos reactores belgas. "En 2012 se empezaron a realizar pruebas convencionales a las centrales de Bélgica, que consistían en realizar unas simulaciones para observar cómo se comportaban los materiales, semejantes a los que componen las vasijas, sometidos a intensas radiaciones. El resultado de esas pruebas sorprendieron a los investigadores. Pero hasta este junio no concluyeron que se trataba de algo muy grave, por lo que han dado la voz de alarma al resto de reactores nucleares que tienen vasijas fabricadas por esa empresa holandesa", explicó Raquel Montón, responsable de la campaña antinuclear de la organización.
"En el caso de Garoña estamos en la fase en la que han vuelto a solicitar la posibilidad de un nuevo permiso para 17 años más. En el estudio le han pedido a la central una cantidad de requisitos interminables. Entre esa lista está verificar que la vasija del reactor no tenga los mismos problemas que la de los belgas. Pero si los belgas han estado haciendo pruebas dos años, imagina lo que se tardaría en hacerlas aquí. Supondría un retraso para poder abrirla, además de un coste de dinero, porque abrir una central no es barato ni mucho menos, ¿cuánto nos va a costar ponerla en marcha?", comentó la responsable de Greenpeace.
Respecto a la central de Cofrentes, la portavoz explicó que las vasijas de ambas centrales están fabricadas por la misma empresa, pero en su forma son diferentes."Esa diferencia a la hora de cómo se funde el acero, la diferencia de espesor de los materiales, etc., hicieron pensar al CSN que en Cofrentes no había ningún riesgo. Sin embargo, en el caso de Garoña sí sospecharon y le pusieron la norma de que si algún día querían abrir la central, tenían que pasar esas pruebas. Pero, a la luz de los resultados, si el problema es de resistencia del material, habría que repensar si hay que mirar algo más en ambas centrales", sentenció la portavoz de la organización, quien concluyó insistiendo en la revisión de la central de Cofrentes. "Deberían asegurarse si estos nuevos resultados afectan también a esta central", apostilló.
"El Gobierno está actuando con mucha irresponsabilidad"
Por su parte, el líder de Equo, Juan López de Uralde, subrayó que la medida del CSN de revisar únicamente la central de Garoña no es suficiente. "No sólo no es suficiente, sino que es una irresponsabilidad. Es bien conocido el hecho de que la vasija de Garoña sufre agrietamientos, de hecho la llamamos La central de las mil y una grietas. Es una central muy peligrosa, y no basta simplemente con reconocer el reactor, sino que en todo caso habría que cambiarlo. El líder de la formación cree que Nuclenor –la empresa dueña de la central– "está haciendo presión para reducir al máximo las exigencias de seguridad". "Realmente lo que están haciendo es priorizar el beneficio económico, porque no hay un interés energético. Tenemos potencia instalada más que suficiente para poder prescincir de esas centrales", añadió Uralde.
Sobre el caso de Cofrentes, Uralde insistió en que "no hay ninguna razón que justifique que esas inspecciones no se produzcan y viendo más los precedentes de Bélgica". "Se están tomando decisiones políticas sobre una cuestión de alto riesgo que es la seguridad nuclear. Y se está anteponiendo el interés económico a la seguridad. El Gobierno está actuando con mucha irresponsabilidad", concluyó el político.
"Las medidas exigidas están lejos de cumplirse"
Desde Esquerra Unida del País Valencià (EUPV), marca valenciana de IU, consideran que "se regalan millones de euros a las empresas dueñas de estas centrales que están ya obsoletas" y que además "tienen enormes problemas de seguridad". Lluís Torró, diputado en Les Corts Valencianes y portavoz de esta formación, explicó a infoLibre que la central de Cofrentes "ya debería estar cerrada". "Hay que tener en cuenta que por mucho que se haya invertido para cubrir los problemas de la central, sigue siendo una central vieja, debería estar cerrada".
El problema de las centrales nucleares, según Torró, es que "se instalan en lugares deprimidos económicamente", con lo cual, una vez instaladas, "generan importantes beneficios económicos en la población de los alrededores". "El cierre de esta central tendría que valorarse y estudiarse en qué medida se produciría ese impacto socioeconómico".
Respecto a Cofrentes, Torró aseguró que hubo una revisión en la que se señalaron "bastantes" puntos que "tendrían que resolverse". "De ahí se decidieron una serie de medidas que no están siendo cumplidas en los plazos que se le exigía a la central. La última vez que compareció el director de la instalación, en junio de este año, la discusión fue que las medidas exigidas están lejos de cumplirse", agregó el diputado.
"Mucha gente es tolerante con los posibles riesgos"
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Por su parte, el secretario provincial del PSPV-PSOE en Valencia, José Luis Ábalos, explicó que la política del partido en el caso de Cofrentes ha sido siempre la de "culminar el periodo de vida de la central". "Pero además, en función de lo último que hemos sabido de las centrales belgas, la posición que se debe tomar debe ser la de máxima seguridad".
El dirigente socialista coincidió con el criterio de Torró, y es que, "a final, toda la apuesta de desarrollo económico gira en torno a la central". "Lo que hemos planteado siempre ha sido buscar otras alternativas, la economía de la región no puede centrarse sólo en la central. Pero es cierto que mucha gente es tolerante con los posibles riesgos porque, en definitiva, está defendiendo su modo de vida", remachó Ábalos.
Sin embargo, desde la Asociación de Municipios en Áreas de Centrales Nucleares (AMAC), consideraron "atrevido" por parte de la Agencia de Seguridad Nuclear belga pedir el cierre de estas dos centrales españolas. "Siempre que hay cualquier situación de deficiencias entendemos que lo que se tiene que hacer es repensar las decisiones del CSN", argumentó el gerente de la asociación, Mariano Vila d'Abadal. "Cuando se revisa una central, se hace con todas las garantías. De todos modos, pediermos al CSN información sobre las revisiones a raíz de esta noticia, sobre todo lo que va a ocurrir con Garoña", concluyó el gerente.