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El futuro de la izquierda

IU sospecha que los dirigentes de Podemos rechazarán la convergencia de la izquierda

Cayo Lara y José Luis Centella, en el pleno del Congreso del pasado 16 de septiembre de 2014.

Podemos aún no ha decidido si convergerá o no con otras fuerzas y movimientos sociales en las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2015, pero los gestos y las palabras de sus dirigentes invitan a pensar a otro de los grandes protagonistas de esta historia, Izquierda Unida, que no habrá confluencia. O no la habrá, al menos, en plazas claves, en las que la formación de Pablo Iglesias crea que puede firmar un buen resultado acudiendo a las urnas en solitario. Caso de Madrid. 

La previsión de que los cuadros de Podemos intentan enfriar la suma de las izquierdas está calando en el núcleo duro de IU. Y la sostienen, de hecho, en el área más concernida, la de Proceso Constituyente y Convergencia, que pilota el diputado Alberto Garzón, pero la comparten también otros miembros de la cúpula. "Ya nos estamos mentalizando de que los dirigentes de Podemos no están por la labor. Otra cosa es que, forzados por sus bases, al final acepten la confluencia, pero por arriba se les percibe bastante fríos", diagnostica un importante responsable de la federación. "La opción de que ellos rechacen estar en un mismo bloque con nosotros es una posibilidad que yo no descarto", manifiesta una estrecha colaboradora del coordinador, Cayo Lara. Otro mando de peso expresa su "preocupación por la deriva contraria a la unidad de determinados dirigentes de Podemos", a quienes acusa de actitudes "sectarias y arrogantes". Análisis todos ellos que salen de la boca de cuadros de IU comprometidos (y convencidos) con el proceso de convergencia. 

En lo alto de la federación se justifica la percepción por los contactos con miembros del partido de Iglesias y, sobre todo, por las declaraciones públicas que han venido haciendo en las últimas semanas, "y que no ayudan nada". Empezando por el propio líder de Podemos. Ayer miércoles, en una entrevista en la Cadena Ser, Iglesias insistía en que "los poderosos" estarían "muy contentos y muy tranquilos si se vieran frente a una coalición de partidos". "Quien piense que esto es un problema de unión de siglas o de pactos por arriba, se equivoca". En otra entrevista, publicada el lunes en el digital Nueva Tribuna, se explayaba más: "El régimen estaría encantado de que su mayor desafío fuera una coalición de siglas que pareciera un frente de izquierdas, eso a nosotros nos parecería un error. Por eso decimos que es fundamental la unidad popular, por encima de la unidad de las siglas". Para Iglesias, "desdichadamente, algunos sectores de la izquierda siguen defendiendo" apelar "a un '¡unámonos!'". "Con ese planteamiento parecen decir: 'Aquí estoy yo con mi mochila y con lo que he sido siempre, yo aporto estos números, tú aportas estos números, así que unámonos'. El cambio de régimen no es un cambio cuantitativo, es un cambio cualitativo".

"Dejarnos enamorar por la posibilidad de que la izquierda se tome la revancha ante muchos años de gobierno de la derecha es trabajar para ellos –continuaba–. Es no entender que el cambio político de este país exige analizar qué ha pasado". Iglesias explicaba que el fenómeno Podemos es el resultado "del fracaso de la izquierda tradicional", de sus "torpezas".

Visiones más optimistas

Dirigentes de IU interpretan que estas palabras, aunque distintas en las formas, se asemejan a otras, más rotundas, de Juan Carlos Monedero, ideólogo y promotor de Podemos, en El Mundo. "Podemos no va a ser la UCI de ningún partido del régimen del 78. Nos interesa infinitamente menos la unidad de la izquierda que la unidad popular. Para cambiar este país necesitamos construir mayorías. No ser el pegamento de los fragmentos de la izquierda", aseguró. Unas declaraciones de las que IU se dolió pero ante las que intentó guardar la calma. 

En la federación, no obstante, no tiran la toalla. Ni quieren cerrar la puerta a ningún escenario. Básicamente, porque a Podemos aún le queda discusión interna por delante, ya que está sumergido en su proceso congresual. Hasta avanzado el otoño las bases del partido, no decidirán qué estrategia seguir: si aprueban o no la convergencia, en qué condiciones y dónde. Pero en la dirección de IU algunos cuadros tienen la impresión de que los de Iglesias preferirán ir en solitario a elecciones en aquellas zonas en las que se sientan más fuertes, y optarán por la suma donde su estructura (aún inexistente) sea más débil. 

La perspectiva más pesimista, no obstante, no está extendida en toda la ejecutiva. Hay quien advierte de que no cabe hacer pronósticos, porque "nadie sabe qué hará Podemos a día de hoy". Ramón Luque, secretario de Acción Electoral, resalta que la pulsión de la convergencia será muy fuerte y cree que en Barcelona, la ciudad en la que nació el movimiento Guanyem –liderado por Ada Colau–, y que puede marcar la pauta, los de Iglesias se unirán a un frente único. Luque destaca además el trabajo conjunto que IU y Podemos están desplegando en el Parlamento Europeo, donde comparten grupo. Jorge García Castaño, secretario de Elaboración Programática de la federación madrileña y uno de los participantes de Ganemos Madrid, no concibe otro escenario que el de la confluencia. "Se están haciendo las cosas bien en Madrid. Y lo normal es que vayamos juntos. El PP lleva 25 años gobernando el Ayuntamiento y 19 la Comunidad. Hay que ganar a la derecha". 

García Castaño subraya que IU tampoco quiere una sopa de siglas para las municipales y autonómicas, y en eso coincide con Podemos. "Lo que buscamos es la unidad popular, dar mucho protagonismo a los ciudadanos, a los movimientos sociales... No hablamos de pactos en los despachos". El dirigente, no obstante, sí cree que es un "error" poner la vista en las legislativas de noviembre de 2015, como hace Iglesias ("El escenario electoral crucial son las generales, que serán el momento electoral que marque la posibilidad de alterar el escenario político en este país", aseguró en Nueva Tribuna). Para la federación de Lara, las municipales y autonómicas de mayo son claves, porque pueden ahondar la "crisis del bipartidismo" y porque en ellas se juega tumbar muchos gobiernos de la derecha. Estos comicios, creen, son la antesala de unas generales que pueden rubricar el cambio de ciclo.

Próxima semana, otro escalón en el proceso

IU es consciente de que si Podemos no se suma, los anhelos de unidad se verán deslucidos, pero promete no desviarse de su hoja de ruta. Como insisten en el entorno de Garzón, la formación seguirá participando activamente en las plataformas Ganemos y en todos los proyectos de confluencia que están emergiendo. Lara, al igual que otros muchos dirigentes, ya ha advertido públicamente de que aquellos que rechacen subirse al tren de un frente único serán "responsables" de sus actos. Dicho de otro modo: IU no quiere ser el malo de la película, que Podemos acarree con las consecuencias de decir nono y que lo explique a los ciudadanos. Tampoco entrará en ataques ni "provocaciones", ni descalificará en público a la nueva formación ni a sus líderes, pese a que estos no se hayan privado de hacerlo.

No por casualidad el pasado martes, en una entrevista en Los desayunos de TVE, el líder calificó a Podemos de "un actor más" en el proceso de configuración de alianzas de la izquierda. Como dijo que no cree en un "líder maravilloso". Ante las cámaras de la cadena pública, volvió a remarcar que tan importante es la consecución de un bloque unitario como hacerlo sobre un programa que permita, al día siguiente de derrotar a la derecha, "gobernar". 

En la federación ha calado hondo el discurso de la convergencia. Lara y Garzón siempre recuerdan que propiciar la alianza de las izquierdas en torno a un proyecto está "en el ADN" de IU desde su fundación, en 1986. Pero nunca como hasta ahora esa constatación ha enraizado tanto. El punto de inflexión lo marcaron las europeas, el 25-M. La fuerte irrupción de Podemos, la caída de PSOE y PP y el crecimiento limitado de IU hicieron que las reticencias de no pocos dirigentes se diluyeran. El coordinador delegó en el diputado Alberto Garzón –bien conectado con Iglesias– la tarea estratégica de la convergencia. Lo aupó al primer plano. Y, bajo su coordinación, la federación ya ha trazado un calendario. La próxima semana se llegará a un hito importante: la puesta en circulación de las directrices de la confluencia y los 30 puntos programáticos esenciales de IU de cara a las municipales y autonómicas y la celebración de un acto público en Madrid. La culminación del proceso será el 21 y 22 de noviembre, en una gran asamblea. 

El pasado viernes, Lara reunió a los coordinadores territoriales. La cita sirvió, primero, para analizar cómo están los procesos de acercamiento de las izquierdas en todas las comunidades. Y también para que el coordinador y su equipo "tranquilizaran" a los barones. A ellos les subrayó que IU no se "diluirá" en las plataformas ciudadanas, que no perderá "identidad", que no va a tirar su historia "por la borda", según reconstruyen todas las fuentes contactadas. "Se ha insistido en que la convergencia se dará desde lo programático y desde lo político", afirmaban fuentes oficiales. Lara lo expresaba con una imagen el pasado lunes en rueda de prensa: "IU tiene una historia, tiene una mochila de luchas, de huelgas generales, de estar con las mareas ciudadanas. En todas las luchas que ha habido en este país ha estado IU. Y no sólo en la protesta, sino en la propuesta y la alternativa". "IU va a defender su espacio político, que nadie tenga dudas. Un espacio de izquierdas", sentenciaba ayer un miembro del círculo del líder. Una etiqueta que choca con lo proclamado por Podemos, que se siente más cómodo hablando del eje arriba-abajo (casta contra ciudadanía) en lugar del vector izquierda-derecha. 

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Cómo visualizar la marca

En la dirección señalan que, aunque IU concurra bajo la marca Ganemos en mayo, "hay fórmulas para visualizar la marca", para indicar a los votantes que está dentro de ese proyecto común. En Olimpo, la sede federal, se recuerda la experiencia exitosa de Alternativa Galega de Esquerda (AGE) –suma de IU, Anova, Equo y Espazo Ecosocialista–, o la denominación de Izquierda Plural (IU-ICV-CHA) en el Congreso. "Y en ningún caso nuestras siglas se han dejado de ver", indican en la cúpula. 

Según remachan distintas fuentes consultadas por infoLibre, no hay "miedo" en IU a ser devorada por Podemos, peligro latente en las encuestas. Algunos cuadros sí asumen el "impacto", la "sorpresa" y el "desconcierto", la sensación incluso de "injusticia" por ver ahora recortadas sus expectativas tras años duros de travesía en el desierto, intentando remontar. "La organización ha entendido que las europeas abren un espacio de oportunidad de disputar el poder al bipartidismo. Una ventana que no hay que desaprovechar. Es importante resaltar tanto la voluntad como la necesidad de converger". "No hay otro norte que la confluencia", resume Luque. IU reitera que esa es su hoja de ruta, la que le ha acompañado en los últimos años, desde la refundación, y que no va a "pegar bandazos". Pese a quien pese, y suceda lo que suceda. 

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