PRECARIEDAD LABORAL

La Inspección de Trabajo sanciona a Casa del Libro por privar a su plantilla de los días de descanso legales

La Inspección de Trabajo sanciona a Casa del Libro por privar a su plantilla de los días de descanso legales

La Inspección de Trabajo ha levantado acta de infracción a Casa del Libro, la cadena de tiendas del grupo Planeta, por negar a sus trabajadores los días de descanso que marca la ley, así como por vulnerar su derecho de huelga. Se trata de dos infracciones graves, sancionables con multas de hasta 6.250 euros cada una. Las actas son consecuencia de las cuatro denuncias que la decena de trabajadores de una de las librerías de Madrid interpusieron ante la Inspección.

La liberalización de horarios comerciales y la reforma laboral se han unido para permitir la máxima flexibilidad en las jornadas de trabajo del sector servicios. Hasta el punto de que Casa del Libro, según la Inspección de Trabajo, infringe el artículo 37 del Estatuto de los Trabajadores y no permite a su plantilla disfrutar del descanso mínimo semanal de día y medio, “acumulable por periodos de hasta 14 días” a que obliga esa ley. Así, a los trabajadores de las librerías se les priva de las 72 horas libres preceptivas cada dos semanas porque la empresa solapa el descanso entre jornadas con el descanso semanal, una práctica prohibida por numerosas sentencias del Tribunal Supremo.

Según la doctrina impartida por el alto tribunal, los descansos semanal y diario “constituyen mínimos de derecho necesario, que deben disfrutarse de manera diferenciada, por su diferente finalidad, e independiente el uno del otro, de forma y manera que el disfrute del descanso semanal no constituya una merma, en ningún caso, del descanso diario”.

En virtud del Estatuto de los Trabajadores, los asalariados tienen derecho a un descanso mínimo ininterrumpido de 12 horas entre la finalización de una jornada y el comienzo de la siguiente, así como a un descanso mínimo semanal de día y medio ininterrumpido.

Sin embargo, Casa del Libro escamotea a sus trabajadores 12 horas de descanso cada 14 días. Para ello aduce “causas organizativas”, asegura la plantilla. Aunque la denuncia ante la Inspección de Trabajo la presentaron los empleados de la tienda de la calle de Fuencarral de Madrid, el resto de la plantilla de Casa del Libro tiene el mismo régimen de trabajo, destacan éstos.

En su acta, el inspector de Trabajo, además, reprocha a la empresa que hiciera caso omiso del requerimiento que le hizo el pasado mes de junio, en plena huelga, para que reorganizara los turnos de sus empleados y respetara la ley. Casa del Libro ha declinado explicar a infoLibre su posición al respecto.

CCOO, que convocó una huelga el pasado junio por este motivo, elaboró una propuesta de horarios que respetaba los descansos legales y se acogía a la posibilidad de acumularlos que la ley establece para determinados sectores, como el comercio y la hostelería. La empresa la rechazó porque le obligaría a pagar como horas extraordinarias las que ahora realizan los trabajadores en lugar de descansar.

Cambio de turnos y horarios a toda la plantilla

Pero la “flexibilidad” va más allá de la supresión de los descansos. La primera denuncia de los trabajadores ante la Inspección fue por cambiar de forma unilateral los turnos y horarios del delegado sindical de CCOO en la tienda de Madrid. El pasado agosto la Inspección formuló un requerimiento a Casa del Libro para que pusiera fin a esa práctica. No sólo no lo ha cumplido, sino que, tras la huelga, está cambiando, además, los horarios de toda la plantilla de la calle de Fuencarral. De forma que los trabajadores ya han convocado nuevas jornadas de huelga desde finales de octubre y durante el mes de noviembre.

La Inspección de Trabajo también ha levantado acta de infracción a Casa del Libro por vulnerar el derecho de huelga de sus trabajadores durante la primera convocatoria, en junio. Entonces les obligaron a retirar de la tienda los carteles que habían colocado e impidieron que informaran a los clientes de los motivos de la protesta.

Finalmente, la cuarta denuncia ante la Inspección ha terminado en los tribunales. Se trata del traslado de un trabajador de la tienda de la calle de Fuencarral a otra de Alcorcón, a 15 kilómetros de Madrid, después de que presentara una protesta formal ante la dirección por la sobrecarga de trabajo y la falta de descansos.

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Una constante en el sector

El deterioro de las condiciones laborales en Casa del Libro es similar al que sufren las plantillas de otras grandes cadenas comerciales como El Corte Inglés o Fnac. Aumentos de jornada, trabajo en domingos y festivos, cambios de turno continuos y casi sin preaviso, acompañados de congelación o recorte salarial. Por esos motivos, unos 3.000 trabajadores han abandonado voluntariamente El Corte Inglés en dos años. Otros 90 empleados dejaron Fnac por idéntico motivo sólo en 2013. El 60% de los trabajadores de esta cadena francesa tiene contratos a tiempo parcial, por lo que sus sueldos no superan los 500 euros al mes. En la tienda de Fuencarral de Casa del Libro, la mitad de la plantilla trabaja a jornada parcial. Un empleado con contrato de 30 horas semanales cobra unos 800 euros al mes. 

Fundada en 1923, Casa del Libro es la cadena española de librerías de más solera. Perteneció desde sus orígenes a la editorial Espasa Calpe y con ella pasó a formar parte del Grupo Planeta en 1992. A partir de 1999 comenzó una fase de expansión que la ha llevado a tejer una red de 34 librerías repartidas por todo el país. En 2003, tras la llegada a la empresa de Eduardo Bofill, un ejecutivo procedente de Fnac, Espasa Calpe destituyó a buena parte de su cúpula ejecutiva. La remodelación terminó con el despido, año y medio después, de la directora de la Casa del Libro, Rosario Albarrán, una histórica del sector que había comenzado 30 años atrás como vendedora en la tienda de la Gran Vía de Madrid. La sustituyó Félix Fernández de Gabriel, que continúa en el cargo. La empresa inició entonces un segundo plan de expansión que supuso la apertura de una veintena de tiendas, con una inversión de 25 millones de euros. Justo antes, Planeta había llegado a negociar la venta de la cadena de librerías, que posee una plantilla de 400 trabajadores, con el grupo estadounidense Borders.

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