Plaza Pública
Un proyecto de país
Hace aproximadamente cien días Pedro Sánchez, y su equipo, comenzamos nuestro mandato.
Cien días en los que hemos cambiado nuestro partido. Como ha dicho muchas veces nuestro secretario general, solo si cambiamos nosotros primero, seremos capaces de cambiar la sociedad. Por eso hemos abierto el partido a la sociedad, haciendo primarias, recuperando nuestra tradición de asambleas abiertas, escuchando a la gente. Hemos aprobado un compromiso ético, hemos sido implacables con cualquier veleidad con la corrupción. Nos hemos fortalecido, hemos recobrado el espíritu.
Ahora estamos mejor preparados para ofrecer lo mejor de nosotros mismos en lo que es nuestro verdadero objetivo: cambiar España. En un momento como éste, en el que se aprecia en el Gobierno una absoluta incapacidad para dotar a España de un proyecto, los socialistas, como la segura alternativa que hay a la derecha, tenemos la obligación y la responsabilidad con los españoles de trabajar a medio plazo en construir el futuro que queremos para nuestra sociedad. En estos cien días, seguramente solapada por el griterío de la actualidad; probablemente con dificultades para abrirse paso; ciertamente en un segundo plano para los medios de comunicación, esta tarea ya ha comenzado.
Nuestro proyecto parte de un diagnóstico compartido por la mayoría: España debe abordar una segunda transición económica, social y política. La crisis en la que estamos refleja una sociedad que se organiza de manera ineficaz, de manera desigual y, sobre todo, de manera injusta. Una crisis que no se supera con parches, porque es mucho más profunda de lo que algunos (instalados) son capaces de ver, como reflejó de manera descarnada la mofa de los diputados del PP ante la mención en el Parlamento de la pobreza infantil. Ante este panorama, no caben medidas cosméticas y cortoplacistas, sino un plan serio, solvente, responsable, ambicioso, capaz de darle la vuelta a esta situación insostenible. Un plan que nos conduzca hacia una nueva España, mucho más igual, y mucho más justa. El PSOE ha comenzado a construir este plan.
Hemos comenzado a hablar de la transición económica que necesita España. Lo que significa hablar de reindustrialización, de reforma fiscal, del necesario cambio en las relaciones laborales para crear empleo estable, de transición energética. Hemos hecho hincapié en que, de la misma manera que está democratizado el poder político, debemos comenzar a democratizar el poder económico.
También hemos comenzado a trabajar en la transición social. La actual España es de los países más desiguales de Europa, lo que conduce a que seamos un país injusto. Porque la desigualdad, cuando es tan grande y arbitraria como ahora, se convierte también en una enorme injusticia. No hay objetivo más urgente para España que comenzar a converger hacia una mayor igualdad. Los conservadores piensan que la igualdad es contraria al crecimiento económico, pero no es verdad. Se trata de una más de las trampas ideológicas que nos han tendido en las últimas décadas. Cada vez más estudios económicos nos demuestran empíricamente que una sociedad más cohesionada no solo es una sociedad más justa, sino que dicha justicia nos conduce a un mejor y más eficiente crecimiento económico. Los países nórdicos son el mejor ejemplo. Ésta es la senda que debe emprender España: el PSOE situará como elemento central de su proyecto político el combate de la desigualdad.
Treinta y seis años después de la aprobación de la Constitución, España también necesita una transición política. Necesitamos un nuevo pacto constitucional, para reformar el modelo territorial, afrontar la situación de Cataluña, reforzar derechos y libertades y ayudar a la regeneración de nuestra democracia. Es imprescindible atajar la corrupción, ese cáncer que acaba con cualquier tipo de confianza de la ciudadanía en sus representantes y en las instituciones democráticas. Debemos recuperar la política para los ciudadanos.
En definitiva, junto a la necesaria labor de oposición que la Constitución nos encomienda, la buena noticia es que el PSOE, en estos primeros cien días de Pedro Sánchez, se ha puesto a trabajar en un proyecto de país que ofrecer en 2015 a los ciudadanos, proyecto con el que deseamos llenar de contenido lo que siempre fue nuestra razón de ser: servir a la ciudadanía.
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Meritxell Batet es secretaria de Estudios y Programas del PSOE