Rajoy evita que su acto en Cataluña coincida con la manifestación antiabortista

Dos días después del tercer aniversario de su mayoría absoluta en las urnas, el sábado 22 de noviembre, el presidente del Gobierno verá cómo una parte del sector más conservador de su electorado sale a la calle en Madrid para protestar contra la retirada de la reforma de la ley del aborto. En principio, el presidente del Gobierno tenía previsto para ese mismo día por la mañana, coincidiendo con la manifestación que arranca a las 12:00 horas, un acto en Cataluña en el que pretendía dar una respuesta más contundente al 9-N después de haber reconocido algunos fallos de comunicación. Pero a última hora de este lunes los planes cambiaron y fuentes de Moncloa aseguraban que el acto, por "encajes de agenda del presidente" pasaba al fin de semana próximo. Con este cambio, se consigue que ambas convocatorias no coincidan.

Horas antes del cambio de planes, fuentes de la dirección nacional del Partido Popular aseguraban que Rajoy tenía reservado este fin de semana para actos de la formación que lidera y que estaban pendientes de que aterrizase del vuelo que le traía de Australia, donde había acudido a la Cumbre del G-20, para concretar los detalles de su visita a Cataluña. Estos nuevos planes implican, a su vez, una segunda modificación en la agenda de los conservadores para ese mismo fin de semana en el que estaban convocadas unas jornadas sobre gobiernos locales. Estas se celebrarán pero no tendrán lugar en La Rioja como se dijo inicialmente, ni en Navarra como se sostuvo en la misma mañana del lunes en rueda de prensa. Serán en Cataluña, arrancarán el viernes 28 y la intervención de Rajoy hará las veces de clausura un día despuéshará las veces de clausura un día después.

Pese a que el vicesecretario de Organización y Electoral del PP, Carlos Floriano, sostuvo en rueda de prensa que a su partido no le preocupa "nada" que algunos de sus dirigentes puedan asistir a la marcha, las fuentes consultadas admiten cierto grado de inquietud por lo que pueda dar de sí una convocatoria en la que se les exige que cumplan el programa electoral con el que concurrieron a las generales de 2011. La manifestación, con el lema "Cada vida importa. Por la vida, la mujer y la maternidad", fue convocada el pasado 7 de octubre, poco después de que Mariano Rajoy anunciase la retirada de la ley del aborto y que esto provocase la renuncia de Alberto Ruiz-Gallardón como ministro de Justicia. Según la página web que informa de la jornada, son más de 40 las asociaciones españolas convocantes. Entre ellas están el Foro de la Familia, Hazte Oír o la Federación Española de Familias Numerosas. De fuera de España, son 47 las organizaciones adheridas.

"Respetar la posición de cada uno"

El sábado se producirá una imagen atípica en este tipo de actos en contra del aborto. Y es que, a diferencia de lo que ocurrió en la época de Gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, ningún miembro de la dirección nacional del PP irá detrás de las pancartas. Al contrario. Las pancartas irán contra ellos. “Es un tema lo suficientemente difícil como para respetar la posición de cada uno”, señaló Floriano ante la posibilidad de que miembros del partido acudan, a título personal, a la marcha. Fuentes de los organizadores consultadas por infoLibre aseguran que en ningún momento han hecho ningún llamamiento explícito a ningún partido político. 

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"El Gobierno del Partido Popular pretende renunciar a modificar la vigente legislación en materia de aborto manteniendo así la despenalización total de su práctica y su reconocimiento como un derecho. Dicha iniciativa supondría la consolidación definitiva de la desprotección total de las dos víctimas del aborto: el niño no nacido, que carecerá de toda protección jurídica, y la mujer, abocada al aborto sin alternativas posibles", arranca el manifiesto de esta concentración que recorrerá desde la Glorieta de Ruiz Giménez hasta la plaza de Colón. Un recorrido que pasa por la sede nacional del PP, en la madrileña calle de Génova.Una reacción esperada

En un momento tan delicado en las encuestas, el éxito o fracaso de la convocatoria será analizado puertas adentro del PP. Los conservadores son conscientes de que gran parte de aquellos que se declaran en la abstención son votantes suyos tradicionales, normalmente muy fieles, que se declaran defraudados por el incumplimiento del programa electoral. Y la reforma de la ley del aborto es una pieza clave. Antes de guardar la ley en un cajón, el Ejecutivo puso en una balanza los pros y contras de dar marcha atrás. Ganaron los puntos a favor. Pero ya contaban con una respuesta similar a la que tendrán este sábado en las calles de Madrid y con el enfado de los obispos y de los medios de comunicación más conservadores.

Uno de los principales temores de algunas de las fuentes consultadas es que la marcha pueda servir también de altavoz de otras demandas que el electorado más conservador del PP hace al partido de Rajoy. Tras el 9-N, algunos dirigentes han constatado el enfado de sus votantes por la poco contundente respuesta del presidente y por su retraso –tardó tres días– a la hora de comparecer.