La situación en el PP
La alianza de Cospedal y González contra Aguirre aviva la lucha en el PP de Madrid
"La jefa no levanta cabeza. Se ha abierto la veda contra ella". Quien así habla es un destacado dirigente del PP de Madrid, un aguirrista convencido de que "la jefa", Esperanza Aguirre, está en el punto de mira de muchos de sus compañeros de partido que buscan no quedarse fuera de la foto del nuevo escenario que se abrirá en el partido de Mariano Rajoy en 2015. El año que viene tocan elecciones municipales y autonómicas y la resistencia del líder del PP y del Gobierno a abrir el melón "pone a más de uno de los nervios", completa la misma fuente.
En las últimas semanas la preocupación en sectores del PP de Madrid se ha acrecentado al observar una especie de "fuego amigo" que parte de Ignacio González, heredero de la Presidencia de la Comunidad de Madrid de manos de la propia Aguirre, y de María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP. Ambos mantienen una muy buena relación desde que coincidieron en el Ministerio del Interior en la época de Aznar, según admiten en sus entornos, y han tenido roces con la "lideresa", como ella se definió en su día.
Para llegar a la conclusión del "fuego amigo", las fuentes consultadas por infoLibre citan los acontecimientos de las últimas semanas. Primero, laoperación Púnica, que golpeó al corazón del PP de Madrid llevándose por delante al exsecretario general Francisco Granados y a cuatro alcaldes de la Comunidad. Y segundo, la polémica suscitada después de que la cadena Ser informase de que el PP de Madrid había tardado 24 horas en contratar a su gerente, Beltrán Gutiérrez, después de que éste fuese dado de baja en el PP nacional por su implicación en el escándalo de las tarjetas B de Caja Madrid.
Enfado de los alcaldes
El enfrentamiento con González vino a cuenta de la estrategia que Aguirre diseñó para dar un impulso a un partido que había visto como Granados, el hombre que lo fue todo en sus gobiernos, en el que llegó a depositar al mismo tiempo las consejerías de Presidencia, Justicia e Interior, ingresaba en la cárcel como uno de los cabecillas de la operación Púnica. Tras perder a cuatro regidores –Collado Villalba, Casarrubuelos, Valdemoro y Torrejón de Velasco–, la presidenta ideó una especie de cásting con cobertura mediática en el que los aspirantes a suceder a sus compañeros imputados se enfrentaban a preguntas, sobre todo, relacionadas con la corrupción.
La audiencia o hearing –así se conoce el sistema con el que los aspirantes a comisarios de la Unión Europea presentan su proyecto a los miembros de la Eurocámara– estuvo envuelta por la polémica. Primero, por las informaciones, desveladas por El Mundo, que apuntaban a que los participantes habían preparado previamente el examen con las mismas preguntas que se les haría después. "Un circo", en palabras de un miembro del PP de Madrid que admite de forma muy gráfica: "El propio Granados habría sacado un diez en este examen". Y, en segundo lugar, por el malestar interno generado por estos actos. Fuentes del partido admiten que en los últimos días han recibido quejas de regidores municipales, no sólo de Madrid sino de otras localidades del resto de España, avisando de que no estaban dispuestos a repetir este tipo de escenas si el partido decide para las próximas municipales y autonómicas examinar así a sus candidatos.
Con estos mimbres, llegó Ignacio González el pasado viernes a la reunión de la Ejecutiva del PP de Madrid, donde sus compañeros pudieron escucharle criticando el sistema ideado por su jefa –él es secretario general del partido–. "Vino a decir que no era partidario de criminalizar a los alcaldes. Y Aguirre no se lo tomó muy bien y le llegó a preguntar si él tendría algún problema en hacer ese examen", resume a infoLibre una de personas conocedoras del contenido de esa reunión, convocada precisamente para debatir sobre esos castings. La misma fuente asegura que la situación fue "tensa"."La relación no es ni mejor ni peor"
No obstante, en los entornos de Aguirre y González intentan minimizar el choque y sostienen que son dos personas que se conocen desde hace mucho tiempo y que no es la primera vez que mantienen discrepancias sobre algunas cuestiones. "Para eso están los órganos de partido. Para escuchar y hacerse escuchar. Desde que Aguirre dejó la Presidencia de la Comunidad en manos de González en septiembre de 2012 se ha buscado el enfrentamiento entre ambos. Pero la relación no es ni mejor ni peor", defienden desde el PP de Madrid.
Junto a González también tomaron la palabra en un sentido similar Paloma Adrados, alcaldesa de Pozuelo y del círculo de estrecha confianza del presidente, y Borja Sarasola, uno de sus hombres fuertes. Este último, secretario Ejecutivo de Territorial de la formación regional, puso sobre la mesa el malestar que tenían algunos de los alcaldes.
Hay en el PP quien atribuye la reacción de González a una llamada en los días previos de María Dolores de Cospedal, en la que ésta le instaba a rebajar la tensión y a acabar con esos exámenes. En el entorno de la secretaria general rechazan tajantemente este extremo.
Por su parte, en el PP de Madrid no tienen nada claro que estos hearings vayan a tener mucho recorrido después de las experiencias de la semana pasada. "Hacerlo en 179 municipios quizá sea desproporcionado", señalan. Una comisión interna, no obstante, lo estudiará. Lo que sí está claro es que en esto, como en otras muchas cuestiones, Aguirre se toparía con la oposición de la dirección nacional.
En el caso de Cospedal, el enfrentamiento tuvo como contexto la readmidsión por parte del PP de Madrid de Beltrán Gutiérrez, el gerente del partido que había presentado su dimisión tras el escándalo de las tarjetas B de Caja Madrid. Tras conocerse la noticia este mismo miércoles, la secretaria general descargó en una entrevista televisada todo el peso de la decisión sobre el PP de Aguirre. En la primera planta de Génova, sede de los conservadores madrileños, no sentó nada bien escuchar a Cospedal instando a la presidenta a dar explicaciones sobre por qué Gutiérrez continuaba siendo trabajador del partido después de que se conociese que había gastado 58.000 euros con su tarjeta B de la entidad madrileña. La respuesta a la secretaria general llegaba un día después. En el entorno de Aguirre se preguntaban a qué venía su reacción cuando su gerente en el PP de Castilla-La Mancha, José Ángel Cañas, a diferencia de Gutiérrez, sí está imputado por el caso Bárcenas. caso Bárcenas
Según el testimonio de Luis Bárcenas, extesorero del PP, Cañas habría recibido una comisión de 200.000 euros de Sufi, filial de Sacyr, para la campaña autonómica de Cospedal de 2007.
"Que coincidan no es baladí"
"Que González y Cospedal lancen críticas o pongan en entredicho la gestión de Aguirre no es baladí. No son dos militantes de base cualquiera. El primero se juega la permanencia en las listas de Madrid y la segunda es la mano derecha de Rajoy en el partido y será seguro una de las personas a las que el presidente escuchará antes de tomar una decisión sobre la candidatura", señala un miembro del Comité Ejecutivo Nacional del partido.
¿Se trata de una estrategia coordinada? Sobre esta cuestión no hay unanimidad en las fuentes consultadas. Hay quienes sostienen que Cospedal y González coinciden en el objetivo de sus críticas sin necesidad de que responda a algo premeditado. Un diputado madrileño lo explica así: "Ignacio busca distanciarse lo máximo de Aguirre porque sabe que el hecho de que ambos sean concebidos como tándem no le beneficia. No es una cuestión de pactos, pero si tiene que elegir entre Aguirre o la dirección nacional se decanta por la dirección nacional. La presidenta, que hace meses figuraba en todas las quinielas a la Alcaldía de Madrid, ahora pierde posibilidades prácticamente a diario. No es un pacto con Cospedal, es mantener distancias con su antecesora". Por su parte, la secretaria general estaría intentado responder a los continuos pulsos que una cada vaz más debilitada Aguirre presenta a Rajoy.
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No pasa inadvertido que la presidenta del PP de Madrid salió a contradecir a Cospedal cuando, tras el estallido de la Púnica, Cospedal aseguró que su partido no podía hacer nada más para luchar contra la corrupción. En Génova sentó fatal. Sobre todo porque gran parte de esta operación de había desarrollado en Madrid, en el seno de una formación regional en la que no se mueve nada sin que Aguirre dé luz verde.
Otro sector, sin embargo, cree que además de coincidir en el objetivo –Aguirre– ambos están interesados en que se vislumbre su fortaleza frente a la presidenta del PP de Madrid. Y en este punto vuelven a mencionar la relación personal que les une más allá de las siglas del partido. "Se han llevado muy bien desde que coincidieron en Interior. Y después, volvieron a coincidir en la etapa de Cospedal como consejera de Transportes en la Comunidad de Madrid", insisten fuentes de la formación.
Esta sintonía quedó patente hace poco más de un mes en un desayuno informativo, en el que la presidenta de Castilla-La Mancha presentó al madrileño. "Es una de las voces más autorizadas", dijo de él.