Izquierda Anticapitalista estudia disolverse como partido y ser una corriente de Podemos

Disolverse como partido y "transformarse" en algo diferente. Es la idea que ronda la cabeza de la mayor parte de la dirección de Izquierda Anticapitalista (IA), partido fundador de Podemos que es el principal perjudicado por la norma que, en los estatutos recién aprobados por la formación, prohíbe que militantes de otras organizaciones políticas de ámbito nacional ocupen cargos de dirección y sólo les permite ser afiliados rasos.

La regla fue aprobada por la militancia de Podemos hace unas semanas dentro del documento organizativo que propuso el equipo encabezado por el secretario general, Pablo Iglesias, una propuesta que arrasó con un 80,7% de los votos. Y la prohibición ya ha dejado notar sus efectos, ya que los afiliados de IA se vieron obligados a no presentar candidaturas para el Consejo Ciudadano, la Comisión de Garantías y la Secretaría General de Podemos en la votación que se cerró hace apenas una semana, pese a que su cara más visible dentro de la formación, la eurodiputada Teresa Rodríguez, había expresado públicamente su deseo de postularse para un puesto en la dirección.

Por ello, IA anunció el pasado día 5 que adelantaría la primera fase de su congreso al último fin de semana de noviembre para poder adaptarse “al nuevo marco que ha decidido la Asamblea Ciudadana”; es decir, para decidir qué hacer con respecto a una norma que limita de forma tan importante la participación de sus afiliados dentro de Podemos. Este primer encuentro, no obstante, no se celebrará finalmente hasta medidados de enero, porque los estatutos del partido no permiten que la convocatoria se realice con tan poco tiempo, según explica la organización.

Tomar "una forma jurídica diferente" a la de partido

Pero la idea de la mayoría de la dirección, según admiten en la propia formación, está clara: apostar por su integración plena en Podemos y disolver IA como partido político, aunque manteniéndose como otro tipo de organización. Así lo explica Raúl Camargo, miembro de la cúpula, que señala que "la mayoría" de los dirigentes del partido apuestan por que éste se "transforme" en un ente con una "forma jurídica diferente", lo que no conlleva, sin embargo, que sus militantes dejen de estar "agrupados". "Tenemos que debatirlo, pero la mayoría de la dirección" va en esa línea, asegura Camargo, que sin embargo señala que también hay dirigentes que se oponen a esta postura.

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Pero transformarse ¿en qué? El dirigente no da más pistas y explica que es una decisión que tendrá que tomarse en una votación que se abrirá a todos los militantes de IA en el congreso, si bien sí que avanza que se barajan varias opciones, como tomar la forma jurídica de una asociación. Y, en este sentido, Camargo hace referencia a que el partido podría también acabar convirtiéndose en una corriente interna organizada dentro de Podemos, si bien el dirigente de IA es cauto y admite que para realizar este movimiento primero habría que discutirlo con los órganos de dirección del partido de Iglesias.

Y es que en el documento organizativo aprobado por los militantes de Podemos no se hace referencia en ningún momento a la existencia de corrientes internas, una figura que, no obstante, no es extraña en otros partidos: sin ir más lejos, dentro del PSOE está organizada Izquierda Socialista, mientras que en IU conviven corrientes como Redes o EnComún. Pero el partido de Iglesias no menciona en sus estatutos esta figura, si bien Camargo afirma que, a su juicio, tendría sentido articular una corriente dentro de un partido "tan plural como Podemos".

Lo que está claro es que IA va a reaccionar para intentar que en su partido –así definieron a Podemos en su comunicado del 5 de noviembre– no se den “disfunciones tan extrañas como que una diputada en el Parlamento Europeo no pueda participar en los espacios donde se toman decisiones que le afectan”, como denunció Teresa Rodríguez en Vistalegre. Y es que, como señalaba el comunicado de IA, "todo ha cambiado, y nosotros tenemos que cambiar también".