Consulta catalana 2014
Seis ideas sobre Cataluña que el presidente repite siempre
Mariano Rajoy admitió hace unas semanas que su discurso sobre Cataluña puede mejorar. Desde que Mas anunció la consulta hace casi un año, el presidente del Gobierno se ha movido poco en sus argumentos. Sus intervenciones han girado siempre en torno a un reducido número de ideas. Y ni siquiera varió en la rueda de prensa que ofreció en el palacio de la Moncloa 72 horas después del pasado 9 de noviembreMoncloa .
Una semana después de la cita de los catalanes con las urnas, desde Australia, donde había acudido a la cita del G-20, el jefe del Ejecutivo, en lo que parecía un ejercicio de autocrítica señaló que a partir de ese momento tendría "que explicar mejor" sus razones. El contexto que envolvía a estas declaraciones era muy complejo. De un lado, un sector del PP le criticaba de poca contundencia por haber permitido lo que siempre dijo que no iba a permitir: votar. De otro, la oposición en pleno le pedía un gesto para desbloquear las relaciones entre el Gobierno y la Generalitat.
Este sábado, Rajoy tiene la oportunidad de demostrar en Barcelona si su discurso cambia en algo o, por el contrario se mantiene en la línea del último año.
A continuación, se repasan las seis ideas que el presidente del Gobierno repite siempre sobre Cataluña. Da igual que sean actos de partido o de Gobierno. O que esté en España o fuera de España.
1. Unidad
Desde el minuto uno, ha sido uno de los ejes del mensaje del presidente del Gobierno, de sus ministros y del PP. "El principal valor que encierra España, el más importante, el de mayores consecuencias, la mejor garantía para nuestro desarrollo, el que asegura nuestra convivencia en paz, aquello que no estamos dispuestos a sacrificar de ninguna manera…, es la unidad. La unidad de todos los españoles", así se pronunciaba Rajoy a comienzos de 2014 en la convención nacional que su partido celebró en Valladolid. Había pasado poco más de un mes de la convocatoria de la consulta.
En ese mismo foro recalcaba otra de las ideas fuerza de su argumentario sobre Cataluña: el hecho de que una eventual independencia de España colocaría a esta comunidad autónoma fuera también de la Unión Europea poniendo a cero el contador de su integración en un futuro. Todos los líderes europeos que en el último año han visitado España se han abonado a este discurso. "Todos los españoles formamos una gran alianza para competir desde Europa en ese mundo globalizado y competitivo que encontrarán nuestros hijos; un mundo cada vez con menos fronteras y más integración. Ese es el signo de los tiempos y Cataluña no puede quedar al margen de esa realidad. Esa es nuestra convicción y este es el mensaje que vamos a transmitir siempre en toda España", añadió el presidente.
Desde entonces a día de hoy, la palabra "unidad" ha sido una de las más pronunciadas en los discursos del presidente sobre Cataluña. Días antes de la consulta, su partido, el Partido Popular, distribuía un argumentario interno a sus cargos en el que se aseguraba lo siguiente: "El 9 de noviembre conmemoraremos la caída del muro de Berlín y celebraremos que los nacionalistas no han conseguido levantar un muro en Cataluña". Otra vez, la idea de unidad.
2. Ley
Es otra de las palabras que más ha podido escucharse al presidente del Gobierno en el último año en referencia a Cataluña. Y en varias direcciones. Por un lado, en referencia a que la consulta no se podía celebrar porque la ley suprema, la Constitución Española, no lo permite. Por otro, apelando a que la responsabilidad de los gobernantes es cumplir y hacer cumplir las leyes. Y, cuando ya estaba claro que las urnas iban a sacarse, para señalar que ese "sucedáneo" de consulta, como fue definida desde el PP y desde el Ejecutivo, no tenía ningún tipo de cobertura legal.
Un día antes del 9-N, el presidente del Gobierno clausuró un acto de partido en Cáceres en el que, precisamente, centró su parte del discurso dedicada a Cataluña en la cuestión de la legalidad.
Dijo lo mismo que en los once meses anteriores. "Lo de mañana, se le podrá llamar con se le quiera llamar, pero ni es un referéndum, ni una consulta legal ni es nada que se le parezca y no voy a calificarla. Lo que sí puedo decir es que no produce efecto alguno. Porque eso demuestra lo que otros sabemos que es España, una democracia, un Estado de Derecho en el que todos, los primeros los gobernantes, están sometidos al imperio de la ley, eso es la democracia. No se puede obviar ni la Constitución, ni la soberanía nacional ni la ley, y lo que conviene es que, a partir del próximo lunes, se recupere la cordura y hablemos dentro del marco de la Constitución y la Ley".
3. Reforma de la Constitución
Otro argumento recurrente. Y, un órdago en toda regla porque, salvo que la estrategia de los conservadores dé un giro en lo que queda de legislatura, el presidente del Gobierno no tiene en mente abrir ahora este melón.
Fue la invitación que Rajoy hizo al bloque proconsulta desde la tribuna del Congreso de los Diputados en abril, cuando el pleno rechazó la petición del Parlament de delegar la competencia para celebrar una consulta sobre el futuro de Cataluña.
El presidente del Gobierno, que ya por esas fechas había insistido en más de una ocasión en que no hay consenso en España para una reforma constitucional, retó a Mas a que iniciase los trámites para ello. "Hay una puerta abierta de par en par para aquellos que no estén conformes con el actual estado de cosas: iniciar los trámites para una reforma de la Constitución", manifestó. No obstante, una parte importante de su discurso anterior había ido encaminado a defender la vigencia de texto. Era la táctica de siempre: ustedes pidan reformar la Constitución, que ya lo frenamos nosotros con nuestra mayoría absoluta en la cámara Baja.
Esta idea volvió a estar sobre la mesa en la rueda de prensa que el presidente convocó tres días después de la consulta. Rajoy recomendó de nuevo a Mas que plantee una reforma constitucional si quiere que se reconozca el derecho de autodeterminación. "Si el señor Mas quiere reformar la constitución para que incluya el derecho de autodeterminación es lo que tenían que haber hecho desde el principio porque el Parlamento catalán está facultado para ello. Ese es el camino legal. Pero lo que no tiene aparentemente son los apoyos para recorrerlo", dijo. Pero acto seguido ya adelantó que con el PP no contará en este hipotético viaje: "Me opondré a cualquier proyecto que liquide la soberanía nacional. Que nadie aspire a sacar ventaja política de un acto ilegal. Que nadie espere que el Gobierno convoque o autorice nada ilegal e injusto".
4. 'Una parte no decide por todos'
Un parte de España no puede decidir sobre su futuro. O, lo que es lo mismo: "Lo que sea España no lo podemos decidir ni el señor Artur Mas ni yo, sino el conjunto de los españoles". El presidente del Gobierno ha recurrido a diferentes estructuras para recalcar que la independencia de Cataluña no la pueden decidir solo los catalanes.
Su discurso más contundente al respecto tuvo lugar el pasado julio en El Escorial (Madrid), durante la clausura de los cursos de verano del PP. Tras asegurar que ni él ni Mas tenían competencia para tomar cualquier decisión sobre el futuro de su comunidad, añadió: "Ni siquiera lo puede decidir un Parlamento de una comunidad autónoma, ni siquiera el Parlamento Nacional. Lo que sea España sólo lo puede decidir el conjunto de los españoles".
Argumentos similares empleó en su comparecencia posterior al Consejo de Ministros extraordinario con el que el 29 de septiembre el Gobierno trasladaba al Tribunal Constitucional (TC) sendos recursos a la ley de consultas y al decreto de convocatoria de la Generalitat. "No hay nada ni nadie; ni poder, ni institución alguna, que pueda romper ese principio de soberanía única e indivisible sobre el que se basa nuestra convivencia. Dicho de otra manera, no hay nada ni nadie que pueda privar a todos los españoles del derecho a decidir lo que es su país; sin embargo, ésa y no otra es la consecuencia práctica de la consulta convocada por la Generalitat".
5. Diálogo
Sí al diálogo. Pero dentro del marco de la ley. Esa es la consigna. El presidente del Gobierno se ha mostrado dispuesto a hablar de todo con Artur Mas... menos de la consulta. En un momento de este proceso, antes del choque de trenes que supuso el 9-N, en el Ejecutivo lo fiaron todo a lo económico confiando en que una ronda de negociaciones en la que la financiación y las infraestructuras estuviesen sobre la mesa iban a reconducir la crisis. Pero rápido se dieron cuenta de que no. Primero, porque la Generalitat no daba su brazo a torcer. Y segundo, porque provocó un revuelo del resto de comunidades autónomas, gran parte de ellas gobernadas por el propio PP.
En este contexto se produjo la reunión entre Mas y Rajoy en la Moncloa previa a las vacaciones de verano. El president entregó al Gobierno un documento con 23 demandas para Cataluña. A su vez, Rajoy lo repartió entre sus diferentes ministros a fin de que estudiasen a qué tipo de acuerdos se podía llegar. Pero pasó el 9-N y el documento sigue siendo estudiado, según aseguran en Presidencia del Gobierno.
En su comparecencia tras el 9-N, Rajoy también recurrió al término "diálogo". Y diez días después, en el Congreso de los Diputados, el presidente resucitó ese listado de propuestas cuando desgranó, a petición del líder del PSOE, Pedro Sánchez, su estrategia para Cataluña. Según sostuvo, sus planes son "mantener la estabilidad política", seguir "colaborando" como con el resto de las comunidades en lo que a la financiación se refiere, defender las posiciones políticas del Gobierno, "hablar" sobre las 23 propuestas que Mas le trasladó antes del verano y escuchar las propuestas del resto de partidos políticos siempre que no se ponga en duda la soberanía y no se hable de derecho de autodeterminación.
6. Tras la consulta: desacreditar a Mas y la participación
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Tras el 9-N, a los argumentos anteriores se sumaron dos más: minimizar el alcance del "simulacro", como Rajoy lo definió, y desacreditar a su promotor. Ya los días previos a la cita, el Gobierno, con Rajoy a la cabeza, se habían conjurado para criticar la "mezquindad" de Mas al utilizar a los funcionarios públicos. Un colectivo, al que en palabras de su mano derecha en el Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, ponía a la "intemperie legal".
"Dos de cada tres catalanes ni se han molestado en participar. La única posición que hay en Cataluña no es la del señor Mas. En Cataluña hay muchos más catalanes que independentistas". Así se mostraba el presidente del Gobierno en la rueda de prensa que convocó 72 horas después de que se votara. Un sector de su partido, aunque no mayoritario, le había demandado las horas antes que saliera en defensa de la mayoría silenciosa que no había votado.saliera en defensa de la mayoría silenciosa
También sabía que en PP catalán, que lo habían fiado todo a que la consulta no se celebraría, cundía el malestar y el presidente salió a asegurar que no celebrado en Cataluña ese domingo nada tenía que ver con la idea inicial de Artur Mas. "El 12 de diciembre, tan pronto como se anunció, les dije que ese referéndum no se celebraría. No se ha celebrado. Ha sido un simulacro electoral sin censo con personas que se erigieron en juez y parte. No ha sido una votación democrática. Ha sido un acto de propaganda política. Se ha llevado a cabo incumpliendo las resoluciones del Tribunal Constitucional".