LOS ABUSOS DE LA BANCA
Recortes de plantilla sin fin en la banca: BBVA prepara un nuevo ERE en Catalunya Banc
Cuando ya parecía que el sector financiero había dado por concluida la cirugía mayor, tras eliminar más de 51.000 empleos en cinco años, 2015 se abre con dos duros recortes. No son el resultado de imposiciones comunitarias –como Bankia– , sino fruto de dos operaciones de compra. Al Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que Caixabank está negociando para la plantilla de Barclays se le sumará en unas semanas el más que probable de BBVA en el recién adquirido Catalunya Banc.
El pasado julio BBVA compró Catalunya Banc por 1.187 millones de euros. El precio incluye 4.700 empleados y 758 sucursales. Una operación que el propio banco calificó de “buenísima” y de “riesgo muy bajo”. No es para menos. Catalunya Banc es una de las entidades financieras nacionalizadas: recibió un total de 13.600 millones de euros en ayudas públicas. De los 1.187 millones del precio inicial, BBVA podrá descontarse los costes de las reclamaciones por las preferentes y las cláusulas suelo de las hipotecas –que pagará el FROB–, por lo que la factura final puede quedarse en la mitad. Además, cuenta con 3.500 millones de euros en créditos fiscales –beneficios fiscales diferidos–.
Por ese módico precio, BBVA consigue una cartera de 3,6 millones de clientes y duplica su cuota de mercado en Cataluña, hasta casi el 25%. Claro que, de los 4.700 empleados de Catalunya Banc, 4.400 trabajan en esa comunidad autónoma. Casi los mismos que BBVA tiene allí. Hay que recordar, además, que BBVA compró en marzo de 2012 Unnim, resultado de la fusión entre Caixa Terrassa, Caixa Sabadell y Caixa Manlleu. Por sólo un euro, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) adjudicó al banco de Francisco González 843 sucursales y dos millones de clientes. Al tiempo, BBVA se hizo acreedor de un total de 2.869 millones de euros en ayudas públicas a través del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD). Después pactó con los sindicatos un ERE para 600 trabajadores de los 1.218 que Bruselas le obligaba a recortar. Ese número final se alcanzó con esas bajas incentivadas en Unnim y con prejubilaciones en el BBVA.
A la luz de esas cifras de personal, el Sindicat d'Estalvi de Catalunya (SEC), mayoritario en Catalunya Banc, da por seguro que habrá un ERE. “Despidos, modificación sustancial de condiciones de trabajo, prejubilaciones, suspensiones de contrato y reducciones de jornada… aún no sabemos, pero seguro que lo habrá”, aseguran fuentes del sindicato. En parecidos términos se manifiesta UGT que, curándose en salud, ya ha pedido a la entidad que todo el recorte de plantilla se lleve a cabo con “medidas voluntarias y prejubilaciones”.
Anuncio en marzo
Ambos sindicatos precisan que aún no han recibido comunicación oficial sobre posibles reducciones de personal. UGT cree, no obstante, que el anuncio se hará en la junta general de accionistas que se celebrará el 13 de marzo. El SEC, por su parte, no espera noticias hasta finales de ese mes, cuando termina el plazo dado a Blackstone, el mayor fondo de inversión del mundo, para culminar la compra de los 6.500 millones de euros en activos tóxicos de Catalunya Banc que firmó en julio del año pasado.
Un portavoz del BBVA, finalmente, apunta que el banco aún debe obtener la autorización de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) antes de anunciar oficialmente su plan para Catalunya Banc. La compra ya ha sido aprobada tanto por las autoridades de la competencia nacionales como europeas.
Fuentes del SEC explican que en Catalunya Banc hay unos 600 trabajadores con más de 56 años, y cerca de 500 en las oficinas catalanas del BBVA que sobrepasan esa edad. “Es decir, hay material para no hacer sangre con el ERE”, destacan. En UGT, Sebastián Moreno, responsable del sector financiero, mira hacia el modelo que el BBVA siguió en Unnim. Ese expediente se cubrió exclusivamente con salidas voluntarias.
Dos ERE en cuatro años
Pero, hasta el momento, nada saben los sindicatos de Catalunya Banc sobre las intenciones del BBVA. Ni siquiera se les han comunicado cuáles son sus ratios de eficienciaratios –lo que le cuesta al banco ganar un euro: cuanto más elevados, menos eficientes–. “Pero no deberían ser muy altos, después de los dos ERE que ha sufrido Catalunya Banc”, apunta Sebastián Moreno. El primero se ejecutó en 2011 y supuso la prejubilación y baja voluntaria de 1.350 trabajadores, nada más culminar la integración de Caixa Catalunya, Caixa Tarragona y Caixa Manresa. El segundo, en 2013, recortó 2.395 empleos a razón de 30 días por año trabajado con un tope de 22 mensualidades, la indemnización estándar en el sector desde el ERE de Bankia. La suma de ambos dejó la plantilla de Catalunya Banc reducida a la mitad. Hoy sólo le quedan 43 oficinas fuera de Cataluña.
El escenario resultante de la fusión en este caso, pese a repartirse también entre Cataluña y el resto del territorio, es el negativo de la operación Caixabank-Barclays. Si en esta última compra, la entidad que preside Isidro Fainé duplica su plantilla en Madrid donde ha recaído el grueso del recorte , el BBVA concentra sus problemas en Cataluña. En el resto, aseguran las fuentes del SEC, los 300 trabajadores de Catalunya Banc son “de fácil absorción”, porque están “muy diseminados” y son “necesarios para retener el negocio”.
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En cualquier caso, no dudan en calificar de “inquietante” el plan que sus vecinos de Caixabank han ofrecido a los sindicatos para recortar 1.120 puestos de trabajo, la mitad de la plantilla de Barclays. Y temen por su contagio. “Estamos velando armas”, confiesan, ante la inminencia del nuevo tijeretazo a la plantilla. UGT cree que el BBVA “tiene margen” para hacer un recorte no traumático, después de haber ganado 2.618 millones en 2014, un 25,7% más que el año anterior. También posee capacidad para absorber a los trabajadores de Catalunya Banc en su nómina nacional de 18.000 empleados.
El BBVA prevé que la compra de la entidad catalana le reporte unas sinergias de 1.200 millones de euros, después de recortar un 40% los costes. Y eso que en la reestructuración se gastará 450 millones de euros. Pese a haber sido nacionalizada y pese al golpe a su imagen que supuso tener a su cúpula sentada en el banquillo por adjudicarse unos sueldos escandalosos, Catalunya Banc cerró 2013 con unos beneficios de 532 millones de euros y ganó otros 103 millones más en el primer semestre de 2014.
Tampoco se pronuncia aún el BBVA sobre la marca que lucirá en Cataluña tras la compra de la entidad que presidía Adolfo Todó. “Pero”, avanza su portavoz, “a corto plazo, no se piensa en prescindir de Catalunya Caixa”, la marca comercial de Catalunya Banc. Lo que ya es una novedad respecto a casos anteriores. Unnim desapareció en mayo de 2013, apenas tres años después de nacer.